1967: HACE
CINCUENTA AÑOS
Todas las películas industriales se
filmaron a colores. Ya era necesario porque pronto entraría la televisión
cromática a México y era tendencia mundial. Fue un año interesante. Aquí están
las cintas principales que serán cincuentenarias en 2017.
Pilar Pellicer, Enrique Lizalde y Gloria Marín
al final de la cinta.
Las visitaciones
del diablo – Alberto Isaac
Basada en una novela escrita al estilo
de los antiguos folletines del siglo XIX por Emilio Carballido, la cinta habla
de los deseos reprimidos. Mujeres que deben ocultar sus imperativos carnales
por su propia condición impuesta por las
convenciones sociales y religiosas. La mejor película de Isaac dentro del cine
industrial.
Maricruz Olivier y Marga López
en una trama de terror y venganza
Hasta el viento
tiene miedo – Carlos Enrique Taboada
Un ejercicio de terror con
implicaciones sexuales veladas que viene
a ser el mejor ejemplo de película que se volvió de culto gracias a la
televisión ya que durante su estreno fue vista por muy pocas personas (al menos
aquí en Monterrey). Su trascendencia generacional es impactante al grado que un
joven director realizó una insulsa e insultante versión contemporánea.
Fernando Luján, Michel Strauss, Juan Ferrara,
Angélica María, Edmundo Mendoza y Agustín Martínez Solares
Cinco de chocolate
y uno de fresa – Carlos Velo
El mejor acercamiento al cine
desparpajado y libre que se filmaba en otras partes del mundo para mostrar la
rebeldía juvenil que traspasaba límites morales y convenciones sociales. Tímida
en cuanto no podía destruirse la imagen virginal de Angélica María ni
permitirse la abierta ingestión de drogas, la comedia cuenta con un ritmo ágil
y expresiones intelectuales indirectas.
Corona de lágrimas
– Alejandro Galindo
Corazón salvaje –
Tito Davison
María Isabel –
Federico Curiel
La visión dinámica y sin complacencias
de la radionovela, luego telenovela mexicana. El arribismo social a costa del
sacrificio de la familia. La hipocresía moral para la satisfacción del deseo.
La pueblerina noble contra la crueldad urbana. Tres ejemplos del melodrama
contenido que revisaba sus propios códigos y convenciones a la altura de los
tiempos que se vivían.
Meche Carreño se hacía llamar Mercedes
para adquirir una percha imposible
Andante (Vértigo de
amor en la oscuridad) – Julio Bracho
Segunda relación laboral entre un viejo
intelectual que pudo realizar una cinta ambiciosa con tintes psicológicos y una
estrella creada por un protector millonario. El crítico Emilio García Riera fue
muy diplomático al decir de Meche Carreño que era “una chica dotada para interpretar personajes saludablemente populares
y terrenales, pero no ejemplos de cosmopolitismo culto o ideales femeninos
sublimes”. Y es que la autóctona Meche interpreta a varios personajes: una
prostituta francesa, una hija de millonario austriaco, una pianista mexicana,
que se torna en obsesión para un concertista internacional, sin que el
espectador alcance a creerlo jamás. Bracho pudo hacer su cinta bajo la
condición de que fuera dicha actriz la protagonista, a la cual ya había
dirigido en Damiana y los hombres, y
de esa manera acceder a los millones que lo llevaron a filmar en París, Viena,
Londres. Por tal motivo, se filmó
otra cinta que resulta delirante por las razones más equivocadas que se puedan imaginar.
Hilda Aguirre no era cantante y fue doblada
por Estela Núñez. Luego no podía
salir de gira para promocionar las canciones
Sor Ye Ye – Ramón
Fernández
Una coproducción hispano-mexicana que
fue un taquillazo en toda Iberoamérica. Iba a lanzarse a Estela Núñez como
estrella, pero el productor Gregorio Walerstein se decidió por Hilda Aguirre.
Como las canciones ya estaban grabadas de antemano con Núñez, la actriz fue
doblada en los números musicales (esto lo cuenta el Dr. Francisco Peredo en su
interesante filmobiografía sobre Walerstein publicada por la UNAM en 2015). La
película seguía los ejemplos de “La novicia rebelde” y “ Dominique” con una
chica frívola que, de pronto, sentía el llamado de Dios e ingresaba a un
convento. No obstante, su carácter efusivo e inquieto hacía que se enamorara y
dejara el noviciado pero ya cambiada.
Candy Cave enseñaba los pechos
y Jorge Rivero debía caminar con mucho cuidado
para no mostrar su "asunto".
El pecado de Adán y
Eva – Miguel Zacarías
Más de una década después de la cinta
de Alberto Gout Adan y Eva, el
maestro Zacarías decidió crear su propio paraíso terrenal y aprovechar al
musculoso Jorge Rivero y a la desconocida (y efímera) Candy Cave (seleccionada
en un concurso) como los padres de la humanidad. Un Edén con flores de papel y
varios animales domésticos era el lugar donde paseaban los personajes
exhibiendo pudorosamente sus cuerpos.
Diana Mariscal y Sergio Klainer
en intercambio de género
Fando y Lis –
Alejandro Jodorowsky
Una versión fílmica, muy libre, del
siempre polémico Jodorowsky que fue exhibida en la Reseña de Acapulco
provocando escándalo y reclamo de los productores del cine nacional. Con el paso
del tiempo se ha vuelto tímido lo que en su momento fuera bastante audaz: dos
personas en busca de la felicidad. Esta cinta independiente fue en blanco y
negro todavía.
Una cinta fallida pero entrañable
por el cuento en que estaba inspirada
y por lo que pudo haber sido
Mariana – Juan
Guerrero
Primera de dos películas industriales
que filmaría uno de los realizadores destacados surgidos del Primer Concurso de
Cine Experimental (Amelia) inspirada
en un cuento de la escritora Inés Arredondo. Mariana (Pixie Hopkin) y Fernando
(Julio Alemán) se conocen desde niños pero el padre de ella los separa. Con el
paso del tiempo se reencuentran y reanudan su amor pero Fernando es obsesivo
con Mariana quien lo ama apasionadamente. Guerrero nunca alcanzó los logros de
su ópera prima debido a las altas pretensiones narrativas que lo sobrepasaban
como realizador. Aquí hay, de cualquier manera, una gran curiosidad.
Un delirio de película de espionaje
y agentes secretos a la mexicana
Cuatro contra el
crimen – Sergio Véjar
Cuatro agentes secretos contra la
Organización Internacional del Crimen. Luego de que dos de sus principales
integrantes son muertos, los agentes tienen pistas para encontrar al verdadero
cabecilla criminal. La cinta, realizada por un inspirado Véjar quien buscaba la
manera de cristalizar sus aspiraciones intelectuales dentro del cine de género,
es una constante muestra de sorpresas y revelaciones.
Maricruz Olivier en otro de sus pináculos
melodramáticos que no ha sido
plenamente revalorado.
Rogelio Guerra en plenitud.
Las pecadoras –
Alfonso Corona Blake
Melodrama a la vieja escuela llevada
con buena mano por Corona Blake donde la prostituta Maricruz Olivier cae presa
del amor del ladrón Rogelio Guerra. Cuando ocurre una infidelidad, ella decide
matarse pero es rescatada por un millonario que se enamora y la desposa. Luego
vuelve el terrible pasado que nunca nos abandona. La cinta fue muy audaz para
su tiempo con varios desnudos femeninos.
Una de las mejores adaptaciones
de Elena Garro al cine
Juego de mentiras –
Archibaldo Burns
Según los enterados, fue la mejor
película del Segundo Concurso de Cine Experimental, muy desangelado con
respecto al primero. Basada en la obra teatral “El árbol” de Elena Garro,
tenemos el enfrentamiento de clases sociales y la presencia de las viejas idiosincrasias
indígenas para vengarse de sus abusadores. Una vieja criada retorna a casa de
su antigua patrona para que las pasiones se desaten. Otra cinta independiente
todavía en blanco y negro.
Hay muchas otras cintas por recordar
dentro de su cincuentenario (La
chamuscada, Doctor Satán y la magia negra, Los amores de Juan Charrasqueado), y
esperemos que llegue su momento para rescatarlas…
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