lunes, 26 de diciembre de 2022

ANIVERSARIOS DEL CINE MEXICANO 2023 (2)

EL AÑO PRODIGIOSO…

         …fue 1933 para el cine nacional: cuando en Hollywood y algunos países europeos ya estaba avanzada la técnica fílmica y el sonido, en nuestro país apenas se experimentaba y se iba adquiriendo experiencia, sobre todo por realizadores que traían ciertos antecedentes por cintas filmadas en el período silente o quienes habían estado en el extranjero. Nuestros cineastas incipientes filmaban con pasión, no solamente por el hecho del negocio o el deseo de “hacer una película”. Se exploraban temas y se ingresaba en la audacia. No estaba presente la vieja (o nueva, si se piensa bien) moralidad todavía. Hace 90 años se filmaron 21 películas, número excepcional, que contrastaba con una sola cinta en 1931, “Santa”, y seis, de las cuales cinco se conservan, en 1932.

 La extraordinaria Andrea Palma

         En ese año se filmaron cintas que ya son entrañables para los cinéfilos apasionados, además de tornarse en piezas y testimonios para la definición de la cultura mexicana. Sus imágenes nos enfatizan la realidad social y la actividad urbana, el pensamiento político y la vida en el campo o en el trópico. No obstante, el cine se veía como negocio de momento. Se conformaban compañías que solamente filmaban una película para obtener ganancias, con raras excepciones. Eran los inicios de la que se tornaría gran industria mexicana, con productos envidiables, estrellas con personalidad, tramas delirantes, románticas, trágicas o cómicas. Todavía estaba la posibilidad de expresión libre (desnudos, sordidez, discursos políticos), aunque había más restricción en los temas que tocaban al ejército que en mostrar cuerpos. 1933 fue mágico, iniciático, sorprendente.

 Alfredo del Diestro y Antonio Frausto "El compadre Mendoza"

1)    El padre del cine mexicano sonoro, Fernando de Fuentes (1894 – 1958), ofreció cuatro cintas con temas de pueblo, revolución, sabor de antaño, pero logró una obra maestra con el cuento de Mauricio Magdaleno, El compadre Mendoza, retrato del rico hacendado oportunista, rostro indirecto de la política mexicana, de la hipocresía, de las veleidades del destino, de la ambición sin escrúpulos que lo llevaba a traicionar a su compadre zapatista: es una de las dos grandes cintas del año. El prisionero 13, por su parte, mostraba a un coronel alcohólico quien, por situaciones políticas, ordenaba el fusilamiento de su propio hijo: la censura impuso un final donde todo era un sueño, pero el mensaje era brutal. Sus otras cintas fueron El tigre de Yautepec y La calandria.

 Juan Orol en su debut como productor y actor "Sagrario"

2)  Juan Orol, de ascendencia española, debutó como actor y productor en Sagrario (dirigida por Ramón Peón), melodrama donde un médico jugaba con las pasiones amorosas de una madre y su hija para que su romance se tornara trágico. La cinta fue taquillera y Orol iniciaría, dos años más tarde, una carrera larga, audaz, ingenua, comercial e inofensiva, como autor completo y actor, además de impulsar las carreras de muchas damas exóticas.

 Escena de "La sangre manda"

3)  José Bohr, chileno, también debutó para el cine nacional. La sangre manda, otro melodrama, ahora con raíces sociales y de empeño laboral, al mostrar a un joven frívolo cuyo padre le obliga empezar desde el escalón más bajo de su empresa, como obrero. De esta manera, se hablaba del esfuerzo personal. En esta cinta apareció Virginia Fábregas, importante diva de la escena teatral, quien solamente volvería en otra ocasión al cine.

 La cinta debut de Chano Urueta como autor completo

4)   Chano Urueta, perteneciente a una dinastía de intelectuales (Margarita y Jesús), debutó y se tornó genio incomprendido, al fracasar sus dos cintas del año, donde fue autor completo: guionista y director. Profanación mezclaba fantasía y tragedia con antecedente indígena: un collar azteca que poseía una maldición para sus usuarios. Enemigos fue otro melodrama con tema revolucionario donde un coronel, recién casado, sufría el estigma de que su esposa fuera desvirgada por un militar del bando contrario. Urueta tendría una larga y prolífica carrera tanto como director y, en sus últimos años, como actor.

 Sara García, debutante en el cine sonoro

5)  Sara García debutó en el cine sonoro con El pulpo humano, cinta del efímero Jorge Bell, además de aparecer en otras dos cintas: El vuelo de la muerte y La sangre manda, ya mencionada anteriormente. Se convertiría en figura icónica como madre y abuela en el cine nacional.

 María Luisa Zea en "Corazones en derrota"

6)  Una de las películas más raras, elementales, pocas veces exhibida, única obra de su autor Rubén C. Navarro quien además era poeta (fue el autor de uno de los hitos declamatorios de la historia “El Cristo de mi cabecera”), y luego participante de la política en el cine mexicano Corazones en derrota mostraba una trágica y extrema historia de amor (una hermana paralítica deseaba ocupar el lugar de la otra en su lecho de bodas), aparte de la represión sexual (la paralítica mataba a un canario como metáfora), culpas revolucionarias (esa paralítica era producto de una violación), que llegaba al delirio (la paralítica envenenaba a su hermana y ella misma se suicidaba antes que dejarla saborear las mieles del matrimonio). Por su mala factura, quizás, no ha sido tomada en cuenta al lado de las otras joyas soberbias de nuestro cine pionero, pero es una cinta que requiere revalorización.

 Andrea Palma y Domingo Soler, luego del ignorado incesto...

7)   Domingo Soler y Andrea Palma debutaron en la segunda gran película del año: La mujer del puerto. Ambiente sórdido, naturalista, tono de tragedia griega, con la imagen de una mujer a la cual le arrebatan su blusa para mostrar los pechos desnudos como metáfora de los encuentros carnales que ocurrían en los cuartos de la cantina, basada en un cuento de Guy de Mauppasant, se narraban las consecuencias de la entrega amorosa de una muchacha de pueblo a un tipo sin escrúpulos quien la abandonaba, manchada su reputación, para que sea lanzada, irremediablemente, a la perdición. Como prostituta de puerto recibe a un marinero gordo y sudoroso con el cual tiene relaciones sexuales para ir descubriendo, gracias a la conversación, que es su propio hermano, quien había dejado la casa familiar desde jovencito para irse por el mundo.

 El director de una sola película: Rubén C. Navarro

Estos son los 21 títulos del año: algunos permanecen, otros se han perdido. Pocos se exhiben con frecuencia, muchos siguen en resguardo. Ojalá que estos noventa años de su realización, nos den la oportunidad para volver a verlos.

 

Almas encontradas – Raphael J. Sevilla

Su última canción – John H. Auer y Fernando de Fuentes

El prisionero trece – Fernando de Fuentes

La llorona – Ramón Peón

Juárez y Maximiliano – Miguel Contreras Torres

La noche del pecado – Miguel Contreras Torres

La calandria – Fernando de Fuentes

Sagrario – Ramón Peón

Profanación – Chano Urueta

El tigre de Yautepec – Fernando de Fuentes

El héroe de Nacozari – Guillermo Calles

Enemigos – Chano Urueta

El pulpo humano – Jorge Bell

Tiburón – Ramón Peón

Águilas de América – Manuel R. Ojeda

Corazones en derrota – Rubén C. Navarro

Pecados de amor – David Kirkland

El vuelo de la muerte – Guillermo Calles

La mujer del puerto – Arcady Boytler

La sangre manda – José Bohr

El compadre Mendoza – Fernando de Fuentes

 

        

        

 

        

 

domingo, 25 de diciembre de 2022

ANIVERSARIOS DEL CINE MEXICANO 2023 (1)-CENTENARIOS

HACE 100 AÑOS…

         …se filmaron solamente seis largometrajes, cifra que disminuía radicalmente la experiencia previa de 15 y 12 títulos en los dos años previos. No se había logrado crear una industria todavía, a pesar de los esfuerzos de la década anterior. Imperaba el cine extranjero, situación que ha sido constante y competitiva, con la excepción de la época de oro, durante la Segunda Guerra Mundial. Por crónicas y documentos rescatados de publicaciones de antaño, sabemos de las películas, sin que podamos, desgraciadamente, disfrutarlas en imagen.

 Ernesto García Cabral, Margarita Baer y Matilde Cires
"Atavismo"

Esther Carmona en "Atavismo"

         Es importante destacar que se filmó “Atavismo” (estrenada en enero de 1924), dirigida por Gustavo Sáenz de Sicilia (1885 – 1950), personaje importante en la evolución del cine mexicano, quien así debutaba en la dirección cinematográfica, hecho que no volvería a repetirse en la etapa sonora (aunque hablando de manera estricta, había codirigido una cinta en 1922 y en 1936 filmaría un documental que no pudo ser exhibido). Sicilia fue ingeniero, persona conservadora, procedente de familias aristócratas, cuyas tendencias políticas apoyaron a Victoriano Huerta. Posteriormente, trabajó en relaciones exteriores durante la presidencia de Álvaro Obregón, pero sus ideas chocaron con las presidenciales, alejándose de estos menesteres. Sería el fundador de la Compañía Productora de Películas Nacionales que sería la que financiaría “Santa” (1931, Antonio Moreno) causando el inicio formal del cine sonoro mexicano. “Atavismo” trataba el tema de las consecuencias del alcoholismo. La mala vida de un dipsómano traía funestas realidades en sus descendientes. El actor principal fue Ernesto García Cabral, popular caricaturista y diseñador gráfico en tiempos posteriores

 El pionero Gustavo Sáenz de Sicilia

         “Almas tropicales”, filmada en marzo de 1923 en locaciones de Veracruz y Tamaulipas, ya que su argumento narraba las aventuras de un capitán y su contramaestre cuando su barco naufragaba y llegaban a las playas tropicales donde vivían tanto aventuras de supervivencia como amorosas. Fue escrita, actuada y codirigida por Manuel R, Ojeda y Miguel Contreras Torres, quienes seguirían filmando en la etapa sonora, aunque Ojeda con menos títulos que el enérgico y audaz Contreras.

 Dos fotogramas de "Almas tropicales"

         El mismo Contreras Torres aprovechó el ya próximo retiro del torero Rodolfo Gaona para filmar una cinta sobre la historia de su vida bajo el título de “Oro, sangre y sol”. Para ello, contrató al propio personaje para interpretarse a sí mismo y lo rodeó de varias estrellas de la escena y el teatro musical (una de ellas “La Goyita” había tenido relaciones sentimentales con Gaona, para acallar los rumores de homosexualidad que surgieron por esos años). En la película se presentaban faenas de Gaona, y otros toreros españoles, famosos por esos tiempos, como Belmonte o Joselito.

 El torero Rodolfo Gaona (1888 - 1975)
"La Goyita"

         Otras películas de las cuales no se tienen mayores datos fueron “El hijo de la loca” de José S. Ortiz, cuya mayor curiosidad es que debutó como actriz Adela Sequeyro “Perlita”, quien más adelante sería de las escasas y efímeras directoras del cine mexicano, y cuyo galán era Ángel E. Álvarez. Este mismo actor Álvarez, actuaría y codirigiría con Ortiz otra cinta del año “El secreto de un pecado”, cuya base argumental era una hija ilegítima.

 Una escena de "El hijo de la loca"

         Finalmente, la sexta cinta del año fue “Sacrificio por amor” de Francisco García Urbizu, nacido en Zamora, Michoacán, donde fue presidente municipal, además de ejercer trabajos periodísticos, historiográficos de su propia ciudad, y pictóricos. La cinta, estrenada en noviembre de 1923 en Zamora, para luego tener otras proyecciones en Guanajuato y la capital, trataba el asunto de la peste del cólera que azotó a dicha ciudad, a través de la historia de un médico recién egresado quien llega para apoyar el combate a la enfermedad. Muere la madre de su novia, y el propio joven se contamina, es tomado por muerto y tirado a una fosa común. Gracias a la intervención celestial, puede salvarse al médico, quien se casa con su novia, además de erradicar la peste. Cinta ingenua y piadosa, pero que mostraba a la provincia mexicana en todo su esplendor.

 Un momento de "El secreto de un pecado"

         En ese 1923, nacieron personalidades que tendrían mucho que ver con el cine nacional: los guionistas Ricardo Garibay y Antonio Orellana, los directores Alberto Isaac y Servando González (deleznable creador de mamotretos inútiles y ya decadentes), el productor Jesús Sotomayor Martínez (a quien le debemos cintas ya antológicas y singulares), los actores Carlos Cores, Gustavo Rojo, Alberto González Rubio o Alberto de Mendoza, la cómica Susana Cabrera, entre otras, que ya tendremos el privilegio de que Genaro Saúl Reyes nos comparta datos, títulos y detalles en su momento.

 

 

martes, 30 de agosto de 2022

SEMANA DEL CINE JAPONÉS: MIZOGUCHI 1939

LA HISTORIA DEL ÚLTIMO CRISANTEMO
(Zangiku Monogatari)
1939. Dir. Kenji Mizoguchi.

                   En los años treinta, como en la mayoría de los países, además del inicio del sonido, las cinematografías fueron consolidándose. Japón fue un caso peculiar, porque vio al cine como una extensión del teatro, en lugar de la fotografía, sobre todo durante los primeros años del siglo XX, para ir abandonando paulatinamente esta tendencia. En los años veinte iniciaron muchos jóvenes inquietos a filmar, pero fue la década siguiente, los años treinta, ya con la ventaja añadida del sonido, en la cual los directores que darían lugar a la brillantez del cine de posguerra, fueron encontrando su voz. En este ciclo, que ofrecerá películas que van de 1935 hasta 1940, podrá disfrutarse del cine de Mizoguchi, Naruse, Kinugasa, Gosho, Inagaki, Minori, Ozu, además de lo que será platillo fuerte, para los cinéfilos de corazón, al exhibirse las únicas tres películas que han sobrevivido de Sadao Yamanaka, guionista brillante, rebelde ante las tradiciones, y quien, por desgracia, falleciera durante la guerra, por lo que no pudo establecerse como lo hicieron sus compañeros de su generación, en la siguiente gran época de oro que ocurriría durante los años cincuenta.

                   La primera película que se exhibirá será “Historia del último crisantemo” (Kenji Mizoguchi, 1939), que viene a significar el más reciente bastión de una dinastía teatral. La cinta narra la historia de Kikunosuke, hijo adoptivo de un famoso actor de teatro kabuki, Kikugoro, quien también ha seguido la tradición familiar, pero no ha demostrado su talento en escena. La gente le adula por quedar bien con el padre, aunque murmuren a sus espaldas. Solamente la joven Otoku, niñera de su pequeño hermanastro, es quien se atreve a revelarle, de forma sincera, la hipocresía que le rodea y le incita a ir mejorando cada día. Kikunosuke agradece esa confianza y comienza una relación amistosa que da lugar a rumores. Por consecuencia, Otoku es despedida de su trabajo. El joven se rebela ante su padre por lo que es lanzado de su casa, busca y desposa a la muchacha, y vuelve a empezar desde abajo como actor itinerante en las provincias. Otoku será su apoyo moral.

                  Kenji Mizoguchi forma parte del trío de directores que se consideran grandes maestros y pilares del cine japonés (los otros son Ozu y Kurosawa). Llegó a filmar cien películas, iniciando desde el cine silente en 1923. Mucha de su obra se ha perdido (como es el caso de otros realizadores), pero, afortunadamente el material preservado, además de sus cintas filmadas en los años cincuenta, permiten conocer a un cineasta cuyo interés en el personaje femenino le ha colocado en un lugar privilegiado. Sus cintas acerca de mujeres cuyo sentido de sumisión y entrega dan lugar a fines redentores y finales trágicos, permiten enaltecer el valor femenino en una sociedad altamente machista, donde la mujer era considerada inferior. Es el caso en esta película, donde Otoku viene a ser el ángel guardián del actor en potencia, diamante en bruto, del cual ella se encargará de ir puliendo bajo su aliento, evitando que desfallezca, llegando al sacrificio.

                  Aunado a esta discriminación, está el sentido de clases sociales. Otoku no deja de ser una sirvienta asalariada, habitante de los barrios bajos de la ciudad, cuya amistad con el joven y noble actor, es un peligro para su prestigio. Cuando Kikunosuke se entera de la separación y de los prejuicios presentes, prefiere romper lazos con su padre e irse a comenzar de nuevo, sin imaginar que le espera una vida de privaciones y miseria, aunque también de aprendizaje, gracias a la cercanía de Otoku. La cinta muestra otra de las pasiones de Mizoguchi al tratar el tema del teatro: de hecho, esta película es la primera de una trilogía sobre el asunto, aunque solamente se ha preservado la que ahora comento. Durante la cinta se muestran tres largos ejemplos de una representación kabuki, lo que viene a representar un testimonio documental de lo que era un importante fenómeno popular y cultural. La acción sucede durante el período Meiji (la última década del siglo XIX), por lo que el joven Kikunosuke aparece como un Oyama (actor que representaba roles femeninos, porque la mujer no aparecía en los escenarios), y se muestra la espectacularidad de las producciones que involucraban a músicos, comparsas y hasta escenografías móviles con grandes telones.

                   El estilo cinematográfico de Mizoguchi se muestra brillantemente: planos secuencia, en ocasiones estáticos, cuyos movimientos sirven como comentario alterno: cuando la madrastra de Kikonosuke reprende a Otoku por atreverse a desprestigiarlo, la cámara tiene un pequeño desvío lateral para mostrar a otras sirvientas que escuchan la conversación y que se encargarán de difundir el asunto. El primer encuentro entre Otoku y Kikonosuke donde la mujer se atreverá a contarle su verdad, está tomada desde un plano general, alejado, que irá registrando su movimiento por la calle, teniendo como fondo la grandeza de la mansión del joven. No hay primeros planos: de alguna manera, es mejor el uso de un Dolly para seguir al personaje más que tenerlo en acercamiento.

El maestro Kenji Mizoguchi (1898 - 1956)



 

                    

 


domingo, 12 de junio de 2022

PORNO CHIC

GARGANTA PROFUNDA
(Deep Throat)
1972. Dir. Gerard Damiano (como Jerry Gerard).

         La joven Linda Lovelace acude con su amiga Helen (Dolly Sharp) para comentarle que se encuentra frustrada sexualmente: no logra alcanzar un orgasmo. Helen le recomienda al Dr. Young (Harry Reems) quien la examina para encontrar que su clítoris está al fondo de su garganta. Linda procede a darle una felación, a instancias del mismo doctor, y queda muy satisfecha porque puede escuchar campanas, truenos, y toda clase de sonidos que simbolizan a su nuevo descubrimiento… pero quiere más. Le propone al médico que se case con ella, a lo que le responde que mejor sea su enfermera y utilice su capacidad oral en otros pacientes. Luego de una serie de servicios sexuales, Linda encuentra al hombre de sus sueños.

"Diga: ¡Aaaah!" (Harry Reems como el doctor)

         Garganta profunda se convirtió en grandísimo éxito inesperado, luego de su estreno el 12 de junio de 1972 en Nueva York. Aparte de haber sido filmada con un presupuesto menor a los 50,000 dólares (llegaría a alcanzar sumas exorbitantes en taquilla), se estaría exhibiendo por años en diversas salas, aunque de manera limitada, porque hubo estados que la calificaron de obscena, sin permitir su estreno. ¿A qué se debía su triunfo? A que existía un argumento y que daría lugar a una etapa “dorada” del género en los años setenta y ochenta (algo que se deberá al director Damiano y que trataré más adelante). El periódico “The New York Times” creó el término de Porno chic ya que ir a ver la película, aparte de ¡confesarlo públicamente!, se volvió natural y exclusivo, sobre todo entre personas famosas (Jack Nicholson, Barbara Walters, entre muchos otros). No olvidemos que eran otras épocas, otra forma de manifestación moral. El término de “garganta profunda” sería hasta utilizado por el “Washington Post” para referirse a uno de los declarantes ocultos del escándalo Watergate. Y en muchas revistas que nunca tocaban el tema pornográfico, se trató el fenómeno que produjo esta cinta “de entretenimiento adulto” (como ahora se le nombra, para hacerlo menos escabroso).

         Antes de Garganta profunda, el cine pornográfico consistía en la mera exposición de una relación sexual, sin mayor argumento ni justificación (situación que se puede aplicar de manera internacional y desde siempre: en este artículo, me centro en los Estados Unidos). Hubo otras películas, sobre todo foráneas, que mostraban sexo simulado, como fue el caso con una cinta sueca: Soy curiosa (amarillo),  Vilgot Sjoman, 1967, que se volvió controvertida, más que nada por una escena donde la actriz besaba el pene flácido de su amante, pero que en realidad eran discursos políticos o educativos sobre el sexo. De hecho, Jacqueline Kennedy fue sorprendida saliendo del cine donde se exhibía esta película, reaccionando con furia contra los paparazzi que registraron con fotos el momento. A diferencia de esos antecedentes, Garganta profunda establecía primero a su personaje, expresaba su problemática, que obligatoriamente tendría que ser resuelta por medio del sexo. Era un intento inicial de su realizador, Gerard Damiano, por darle otro matiz a la pornografía: sin dejar de lado el sexo duro, habría trama. Era narrar lo de siempre, nada nuevo, nada distinto, pero la forma era distinta. Su cine posterior sería más elaborado. Alguna vez expresó que cuando era estilista (su empleo previo) escuchaba a sus clientas afirmar que no podían estar completamente satisfechas en su intimidad.

Linda Lovelace (1949 -2002)

         La película fue causando mayores controversias con el paso de los años. Linda Lovelace escribió varios libros autobiográficos donde primero explotaba su popularidad, para luego denunciar que había sido víctima de la avaricia: obligada a filmar sus escenas y que cada una de ellas era el equivalente a una violación. Su pareja, Chuck Traynor, fue quien la obligó (según distintas versiones, a punta de pistola o por medio de golpes) a realizar la película. Años más tarde, tanto documentales (Inside Deep Throat) como cine de ficción (Lovelace) han recreado lo expresado en dichas declaraciones, pero que la carrera posterior de la estrella colocó en tela de juicio. Linda Lovelace (1949 – 2002) se retiraría de la pornografía, se casaría y tendría hijos, sin ocultar jamás su pasado, además de participar en conferencias y protestas contra la explotación sexual de la cual se consideraba víctima. Garganta profunda permanece como ícono y símbolo de una época. Fue transgresora, en cuanto a que rompió formas y adelantó otro paso en la libertad de selección y entretenimiento de sectores de público. Hoy cumple cincuenta años de haber sido estrenada.

El porno chic tendría su siguiente hito en Detrás de la puerta verde (Behind the Green Door, Mitchell Bros.) que se estrenaría a finales de ese mismo 1972, donde se ilustraba un anónimo cuento donde una mujer era raptada en un café de carretera y llevada a un club privado donde los espectadores podrían verla tener relaciones sexuales con un afroamericano que aparecía por una puerta verde, provocando su excitación hasta el grado de que se iniciara una orgía. El narrador rescataba a la mujer, se la llevaba en su vehículo y fornicaban posteriormente. Fue otro grandísimo éxito comercial y convirtió a su protagonista Marilyn Chambers, como a la Lovelace, en ícono estelar del género, sobre todo, porque había sido imagen purísima en la campaña de un popular jabón, previamente a su participación en esta película.

         Y como el tiempo es el mejor juez, aparte de ofrecer otras perspectivas a los fenómenos culturales, debe de considerarse que se está hablando de una época en donde la pornografía era buscada, pero siempre “en lo oscuro”. Así como hay mucha gente a la que no le interesa, otros sectores de la humanidad la han convertido en negocio billonario. La escritora Susan Sontag habla de la poesía de la transgresión, cuando se sobrepasan los límites del conocimiento, o sea otro aspecto que llenamos gracias a la visión de cuerpos que realizan actos naturales. Lo que en aquellos tiempos solamente se podía disfrutar en sórdidas salas de cine que, además, producían efectos colaterales (prostitución, sobre todo), luego se volvió más accesible con la llegada de los videocassetes, posteriormente el DVD, y ahora, al alcance de la mano (no es albur), desde el infinito Internet. Los servicios de paga, de “streaming”, lo ofrecen soslayándolo como “entretenimiento para adultos” mientras que los medios noticiosos, cuando hablan de algún criminal, una de las principales acusaciones reside en la posesión de pornografía que ahora, sin problema, llega a nuestras casas (¿somos todos criminales?). Conocí parejas muy decentes, de zonas acomodadas en nuestro Monterrey, que se reunían para disfrutar de estas películas, en la intimidad, como una forma para “mejorar” su conocimiento y actuación en la recámara (la transgresión mencionada arriba).

 Gerard Damiano (1928 - 2008)

         Este paso del tiempo lleva a revalorar estos objetos culturales, más allá del discurso de explotación de mujeres (que no es el género exclusivo: hay toda una serie de variables dentro de la industria para satisfacer las diferentes identidades y orientaciones sexuales, para satisfacer necesidades de cada público), al referirse a trabajos profesionales bajo un sistema estelar, inducido por una industria. Garganta profunda fue obra de un realizador que dedicó su vida a este género, Gerard Damiano (1928 – 2008) quien nunca pensó en esta película como su mejor creación. El revuelo, la fama, el dinero que produjo, fue lo que permitió a Damiano continuar filmando. Ahora, al revisar su filmografía, encontramos verdaderas obras imaginativas, con argumentos sólidos, que utilizan al sexo como parte integral de su desarrollo.

Al año siguiente, Damiano ofreció la que puede considerarse su mejor película: El diablo en Miss Jones que narra cómo la decente solterona Justine (Georgina Spelvin), decide acabar con su vida porque la encuentra inútil y aburrida. Llega a lo que se puede considerar como un purgatorio, donde la recibe un hombre que le informa que por haberse suicidado, deberá ser condenada al infierno. Justine solicita, entonces, por justicia, que se le permita volver a la tierra para disfrutar de aquello que nunca pudo experimentar. Se le concede y Justine entra en todo tipo de perversión y promiscuidad, volviéndose adicta al sexo. Al retornar a recibir su castigo, se da cuenta de que el infierno será estar eternamente con las ansias insaciables de fornicar, pero el único hombre que tendrá a su lado, será impotente. Damiano utilizó la premisa de “A puerta cerrada” de Sartre, llevada a extremos carnales que resultan visualmente impresionantes.





         Ese mismo año, estrenó Memorias dentro de Miss Aggie donde la protagonista es la madura Aggie, quien vive con su compañero Richard, pero ya no recuerda en qué momento se destrozó su vida: así, empieza a recordar diversos pasajes de su juventud y otros tiempos, para irse dando cuenta de una naturaleza más oscura. Al final, Aggie se muestra enloquecida: su compañero es un esqueleto, el viejo amante Richard, al cual ella anima con su mente enferma. La historia de Joanna (1975) es la adaptación libre de “La historia de O”, una novela sobre las aventuras sadomasoquistas a las cuales se somete a una joven núbil. Odisea; el viaje extremo (1977)  presenta tres historias donde se exponen los problemas de las relaciones entre hombres y mujeres: una pareja que no puede separarse porque se desea incesantemente, varias mujeres que narran sus experiencias con el sexo, y una modelo condenada a solamente trabajar para revistas de caballeros: esta película se adelantó a su tiempo en cuanto a la denuncia de ciertos abusos. Los satisfactores de Alfa Blue (1981) ocurre en el futuro, en un planeta donde las computadoras son las que resuelven las necesidades sexuales de sus habitantes: un movimiento rebelde se levanta en contra, exigiendo usar los cuerpos.

Damiano, en total, filmaría más de 50 películas, entre documentales, largometrajes y vídeos, y si se considera la teoría de autor, resulta personaje completo y excitante en su filmografía. Aparte de escribir sus argumentos, los producía y dirigía, además de, ocasionalmente, ser el director de fotografía. También apareció como actor en alguna de ellas, pero no en roles de sexo explícito. La pornografía siempre será elemento polémico de discusión. Sin embargo, a través de la fantasía y de tomas elaboradas, se muestra lo que sucede (o se quisiera que sucediera) dentro de la intimidad. En este siglo XXI, pleno de realidades y confesiones públicas, la pornografía no tiene nada nuevo que contar y, a pesar de todo, sigue estando ahí.

Autor completo: Gerard Damiano