lunes, 21 de septiembre de 2020

HONESTIDAD Y CRIMEN

 

SENDAS DISTINTAS

(Manhattan Melodrama)

1934. Dir. W. S. Van Dyke.

 

1-  Sinopsis completa

         En 1904, mientras navegan en un transbordador en el Río Este de Manhattan, los niños Blackie y Jimmy pierden a sus respectivos padres al ocurrir un incendio que provoca el naufragio del barco. Son adoptados por un buen hombre que había perdido a su hijo pero luego vuelven a quedar desamparados cuando éste muere accidentalmente. Apoyados por el sacerdote Joe, crecen bajo distintas circunstancias personales: Blackie (Clark Gable) sigue una senda de juego y crimen, mientras que Jimmy (William Powell) se recibe de abogado y es elegido fiscal. Se reencuentran precisamente por este hecho, pero Blackie envía a su amante Eleanor (Myrna Loy) para que le avise que más tarde se verán para celebrar el acontecimiento pero nunca llega. Dos meses más tarde, en la víspera de Año Nuevo, Eleanor reencuentra a Jimmy en una celebración y se enamoran. Eleanor deja a Blackie y más tarde, se casa con Jimmy. Blackie comete un homicidio pero queda una evidencia que aparentemente implica a Jimmy, aunque luego servirá para que el fiscal crea en la inocencia de su amigo. Jimmy se lanza como candidato a gobernador pero le amenaza un antiguo fiscal con revelar su relación con Blackie además del pasado de Eleanor. Al enterarse por ella de la situación, Blackie mata al tipo pero es identificado por un falso mendigo ciego y es encarcelado, condenado a la silla eléctrica, además de tener a Jimmy como el fiscal acusador. Luego de que éste es electo gobernador, Eleanor va a visitar a Blackie a prisión pero éste le pide que oculte a Jimmy la conversación que habían sostenido. Al pedirle a su esposo que conmute la sentencia de Blackie por prisión perpetua, el hombre se niega. Eleanor revela que Blackie se había enterado de la amenaza por ella misma y al ver la terquedad de su esposo, entonces decide abandonarlo. Al saber el motivo y reflexionarlo, Jimmy viaja a Sing Sing en la noche de la ejecución para decirle a Blackie que conmutará la sentencia. Éste lo rechaza porque no quiere pasar el resto de su vida en la cárcel. Blackie es ejecutado. Al día siguiente, Jimmy renuncia a la gubernatura, aclarando que había llegado a ella, indirectamente, por un crimen. Eleanor reaparece con la promesa de que ambos empezarán una nueva vida.

De niños: Mickey Rooney como Blackie / Jimmy Butler como Jimmy

[NOTA ANEXA]: La MGM de los años treinta

Desde sus inicios, la MGM se propuso ser el mejor estudio de Hollywood. Temas sofisticados (principalmente entre la clase alta), estrellas atractivas (Greta Garbo, Ramón Novarro), gran producción (escenografías, vestuarios, locaciones), brillante fotografía y edición que cuidara el ritmo impartido por directores prestigiosos (Louis B. Mayer, como otros de los empresarios del cine importaron a realizadores europeos o distinguieron a los nacionales que manifestaban un estilo mezclado con eficiencia). Todo se fue consolidando hasta la llegada del sonido y ya en los años treinta, con los mejores equipos técnicos y una nómina de grandes personalidades, la MGM era una fábrica de estrellas e historias que alimentaban las fantasías de espectadores que estaban viviendo la depresión económica. A precios baratos, por un par de horas podían escaparse de la triste realidad.

William Powell mira a Clark Gable y Myrna Loy

2- La honestidad contra el crimen.

Entre el inicio del cine sonoro y la mitad de 1934, el cine de Hollywood estuvo libre de ataduras morales. Desde los tiempos silentes se habían podido ver cuerpos desnudos y situaciones comprometedoras. Ya con el diálogo, era más fácil complementar lo que se mostraba. Los personajes eran libres y la sexualidad no estaba encadenada a los dictados de las buenas costumbres. Era posible ver a mujeres empresarias, dueñas de sí mismas que tenían aventuras casuales sin mayores remordimientos; o chicas sin escrúpulos que dormían con sus jefes para ir avanzando en su carrera profesional; o mujeres que seducían a hombres casados para forzarlos al divorcio y a un posterior matrimonio, sin dejar de tener relaciones laterales.

En el caso del crimen, los hampones eran presentados como personajes usualmente surgidos de los bajos fondos sociales, para alcanzar riquezas por medios ilícitos y cuyas vidas estaban rodeadas de lujos y mujeres que eran amantes pasajeras: imágenes que daban a entender que era el único camino para salir de la pobreza. En este caso, usualmente el crimen no triunfaba y los personajes morían o eran encarcelados. No obstante, su vida cotidiana era disipada y alrededor de ellos estaban hombres y mujeres degradados pero felices.

En esta película, realizada ya en las postrimerías de la libertad de temas y situaciones, previas a la implantación de un código moral que prohibió mostrar desnudos, expresar palabrotas, permitir que una pareja compartiera la cama, exhibir a una mujer embarazada, insinuar que hubiera un romance interracial o la existencia de personajes homosexuales, por citar unos cuantos ejemplos, se tienen dos acercamientos a los casos mencionados anteriormente: el personaje de Eleanor ha sido amante de Blackie por un tiempo (se da por entendido que han tenido relaciones sexuales) hasta que su relación con Jimmy hace que lo abandone para casarse con éste, quien la aceptará a pesar de que ya no es virgen (requisito indispensable en esos tiempos para indicar pureza y merecimiento de dicha). En una secuencia de la película, cuando el fiscal resentido va a amenazar a Jimmy, recibe un golpe que no le permite terminar la frase de que su mujer  ha sido la ex amante de Blackie. En otro momento, al pedirle Eleanor que conmute la pena de muerte de Blackie, le enfatiza que ambos aman a Blackie, dejando claro que el sentimiento de la mujer hacia el hampón no ha disminuido.


En el caso del crimen, Blackie es un tipo simpático (no en balde es el magnético Clark Gable quien lo interpreta) y fanfarrón que se torna implacable ante las deudas de honor, pero no olvida su infancia al lado del protector Jimmy. Comete dos crímenes a sangre fría sin mayores remordimientos ni piedad. A los tipos que mata se les presenta como seres detestables y de inferior calidad humana, por lo que no es sorprendente que el espectador tome partido y reciba una imagen ambigua del homicida. Su segundo crimen lo comete como un acto de “protección” hacia su amigo y acepta que lo inculpe y lo condene, ya que no hay otra salida: es evidente su responsabilidad. Todavía al final, cuando Jimmy le ofrece conmutar su pena, Blackie se torna en héroe valiente que prefiere morir a pasar lo que le queda de vida “pudriéndose” en prisión. Hay un abrazo, un agradecimiento: el espectador resiente que el simpático y atractivo hampón se dirija hacia su muerte.











        Y se encuentra el personaje honesto: Jimmy seguirá el camino recto desde niño ya que será lector constante, alumno dedicado, graduado con honores, querido por los votantes que lo elevan primero a fiscal y luego como gobernador. Hombre justo que no valora la caída de una dama para aceptarla como su esposa. Jimmy seguirá los dictados de su conciencia: el crimen requiere castigo. Al descubrir el motivo ulterior de Blackie para hacerle ganar un alto puesto de servicio público, no puede aceptar el éxito sustentado en la vida de otro hombre. Honestidad pura, el contraste entre sendas distintas que siguen los personajes y que cumplen con creces la promesa de su título original: un melodrama acorde con sus tiempos.

 Un momento de la filmación 

El cine de Chicago donde mataron a John Dillinger

[CURIOSIDADES]: 1.- Esta fue la primera película en que aparecieron juntos Myrna Loy (1905 – 1993) y William Powell (1892 – 1984). En ese mismo año interpretarían al matrimonio de Nick y Nora Charles en La cena de los acusados (Dir. W. S. Van Dyke) basada en la novela “El hombre delgado” de Dashiell Hammett, donde él es un detective retirado que se pone a investigar un caso que le llega sin esperar y ella se torna en su asistente. Fue tanto el éxito que dio lugar a cinco secuelas entre 1936 y 1947. Otros títulos con otros temas dieron lugar a un total de 13 películas juntos (aunque hubo una cinta extra: El senador fue indiscreto (1947, Kaufman) donde el protagonista fue Powell y Loy apareció, sin crédito, por unos momentos. 2.- Esta película fue la última que vio el hampón John Dillinger en su vida: al salir del cine, fue acribillado por la policía de Chicago. Es interesante que un gangster haya presenciado la ejecución fílmica (indirecta, claro) de uno de sus colegas momentos antes de que él mismo sería muerto. 3.- El realizador W.S. Van Dyke fue prolífico y eficiente: se le llamaba One Take Van Dyke porque filmaba rápido y siempre debajo del presupuesto asignado. A él se debe la primera película de Tarzán (1932) con Johnny Weissmuller que dio lugar a una exitosa serie, luego franquicia. En 1943 fue diagnosticado con cáncer por lo que decidió terminar con su existencia.

 El director W. S. Van Dyke (1889 - 1943)

 

lunes, 14 de septiembre de 2020

UN RESCATE INVALUABLE

 

CANCIONES Y RECUERDOS

1947-49. Dir. Fernando A. Rivero.

 

         Gran sorpresa este lunes 14 de septiembre cuando Canal Once exhibió a las 11:30 de la mañana, este documental que inició su filmación en 1947, que recopila imágenes del cine mexicano desde 1900 para cerrar en 1948 con imágenes de Las mañanitas (Juan Bustillo Oro, 1948). Aunque en los créditos viene registrado 1949 porque fue su año de estreno, no cabe duda del inicio del proyecto: aparecen Fernando Soler, Arturo de Córdova, Roberto Gavaldón y Alex Phillips, durante un receso de la filmación de La diosa arrodillada (1947), además de Luis G. Barreiro quien coloca un voluminoso libro, supuesta historia de nuestro cine, en manos de Córdova, para que los demás hagan comentarios y empiecen a rememorar el pasado. Barreiro fallecería en mayo de 1947. Bajo ese pretexto se pasa a las imágenes de Salvador Toscano a principios de siglo XX y se destaca la figura del torero Rodolfo Gaona en su casa, antes de prepararse para salir a sus faenas en una plaza de toros llena de damas con amplios sombreros y caballeros que les acompañaban, para mostrar una afición legendaria, ahora limitada por los tiempos que corren. Sigue la primera estrella del cine nacional, el General Porfirio Díaz, en uno de sus últimos actos antes de abandonar, tristemente, el país.

 Mimí Derba y Eduardo Arozamena en "La soñadora"

         Entonces llega lo más inquietante e importante del documental: el cine silente mexicano, ese que desconocemos, que filmó melodramas fuliginosos, apasionados y oscuros en sus temáticas, lujosos, de gran producción, queriendo crear una industria como la que había en Italia o Estados Unidos, principales países de donde llegaban películas, con todo un sistema estelar pionero que creó un público. Ver las imágenes de cintas filmadas a partir de 1917 es todo un privilegio y alimenta la curiosidad cinéfila aunque deja hambre, deseo de poder disfrutar las cintas en su totalidad para internarnos en ese México ya completamente lejano y desconocido.  Entre varios momentos, se puede apreciar a Mimí Derba en escenas mínimas de “La soñadora” (1917. Enrique Rosas) donde el escultor Eduardo Arozamena desea que pose para él.  “En defensa propia” (1917, Joaquín Coss) donde María Caballé baila con Julio Taboada (quien será el padre del director Carlos Enrique Taboada). Elena Sánchez Valenzuela (la original “Santa”, filmada en 1918) siendo amenazada en su honra por su patrón en “En la hacienda” (1921, Ernesto Vollrath), que vino a ser un exitoso antecedente de “Allá en el rancho grande” (De Fuentes, 1936), aunque sin alcanzar la fama mundial. Y una gran curiosidad, disfrutar de Elvira Ortiz como frágil dama que sufre profundamente ante la partida de su atractivo amado Guillermo Hernández en “Carmen” (1920, Ernesto Vollrath), una historia de trágico amor imposible por una sospecha de incesto, que se filmaría años más tarde como “Alejandra” (1941, José Benavides Jr.).

 Elena Sánchez Valenzuela y Luis Ross en "En la hacienda"
Elvira Ortiz y Guillermo Hernández en "Carmen"

         En el siguiente segmento aparece otro momento invaluable por lo que significó en su tiempo: una pequeña secuencia de “Abismos” (1930, Salvador Pruneda), experimento sonoro que se sincronizaba con discos, donde puede verse a Magda Haller y Ricardo Carti, con su diálogo original. A partir de este momento, inician secuencias de cintas características del cine nacional, ya con sonido directo. Se utiliza un sistema cronológico que va desde la filmación de “Santa” (1931, Antonio Moreno) y luego vendrán “La mujer del puerto”, “Chucho el roto”, “Allá en el rancho grande” hasta llegar a “Las mañanitas” ya mencionadas.

 Magda Haller (1930)

         Otro gran valor del documental es que presenta algunas panorámicas de los flamantes Estudios Churubusco ya que habían sido inaugurados en 1945, además de los Clasa, los Estudios Azteca, y en el cine silente, de los Estudios de la Universidad Cinematográfica. Tampoco se olvidó el maestro Rivero de incluir imágenes de los realizadores de importancia: Arcady Boytler, Emilio Gómez Muriel, Juan Bustillo Oro, Miguel Zacarías, entre otros, cuando se mencionaban sus películas. Hay un momento en el cual detiene una imagen de La mujer del puerto (1933, Arcady Boytler) porque aparece como extra el director José Benavides Jr. (quien moriría muy joven). La narración de Soler y De Córdova se intercala con la continuidad de Neftalí Beltrán, el poeta veracruzano que trabajó como guionista o adaptador para el cine mexicano.

 Así es mi tierra

         Al inicio del documental, producido por Rivero y el compositor Salvador Contreras, se comenta que es continuación de Recordar es vivir (1940) en donde el estimado director había hecho otra recopilación del pasado. Por medio de una leyenda se agradece a todas las personas que han colaborado para la industria del cine mexicano y se les dedica el trabajo. Durante la proyección, bastante equilibrada en la selección de ejemplos y la duración de sus secuencias, uno siente el fervor de quienes se dedicaban al gran cine mexicano, empresa seria, con mucho dinero de inversión e importante recuperación. También se afianza la idea de que los directores pioneros sabían narrar, tenían el apoyo de camarógrafos sensibles y eficaces en la técnica, porque si algo unifica a todas las películas antologadas es su fluidez. La secuencia de Jorge Negrete, Fanny Schiller, Alfredo Varela y El Indio Bedoya en Canaima (1945, Juan Bustillo Oro) está plena de tensión. Uno sabe que algo terrible va a suceder, que una venganza será consumada, simplemente por actuaciones, iluminación, ángulos de cámara y la edición. Eso se repite en cintas tan disímbolas como ¡Ay Jalisco no te rajes! (1941, Joselito Rodríguez) o El monje blanco (1945, Julio Bracho).

 El monje blanco

         La selección de secuencias es afortunada: Cantinflas en Así es mi tierra (1937, Arcady Boytler) y Ahí está el detalle (1940, Juan Bustillo Oro), en momentos que son verdaderamente distintivos de su comicidad. Lo mismo sucede con Tin Tan en El hijo desobediente (1945, Humberto Gómez Landero) al mostrarlo imitando a Negrete frente a la cámara, con sus muecas, tornando cómplice directo al público. Como el documental se llama Canciones y recuerdos, es natural que haya varias secuencias musicales (Meche Barba o Mapy Cortés bailando, Lucha Reyes y Esperanza Iris o el Trío Garnica Del Río cantando, Emilio Tuero como galán porfiriano). Al compararla con México de mis amores (1977, Nancy Cárdenas) uno nota la grandísima diferencia: era una cinta de “intelectuales” (Carlos Monsiváis colaboró en guión y selección) cuya visión del cine mexicano era más cerebral y de pose, utilizando la frialdad académica y esquemática. En este caso, el realizador era miembro de la industria, la conocía a fondo y eso permea una sensación de naturalidad y frescura. No hay disertaciones de géneros ni separaciones por subjetiva calidad, sino una muestra objetiva de las ilusiones que sembraba el cine mexicano: sus estrellas, sus tramas, sus realidades alejadas de la que se vivía cotidianamente para que el público soñara despierto.


domingo, 13 de septiembre de 2020

EL FINAL DEL VERANO

 

JIRI MENZEL

Y EL VERANO CAPRICHOSO


I – El pequeño dato autobiográfico

         Tanto la cercanía del fin del verano del que será inolvidable y aterrador 2020, como el reciente fallecimiento del director checoslovaco Jirí Menzel, me llevaron a buscar una vieja cinta de VHS donde tenía la grabación original de Verano caprichoso (1967), la película que el realizador filmó inmediatamente después de su galardonada Trenes rigurosamente vigilados (Ostre sledované vlaky, 1966) y que se exhibió en la última Reseña de Festivales en Acapulco 1968 para nunca tener distribución formal en México (solamente tendría un par de funciones dentro de un ciclo de cine checoslovaco en la primigenia Cineteca Nacional en 1974). El avance tecnológico que significó la posibilidad de tener en casa películas como si fueran libros fue la gran bendición para los cinéfilos, aunque después se tornó en un martirio con el paso de la cinta Betamax a la VHS y, posteriormente, en disco, del Laserdisc al DVD y luego al Blu-ray. Hubo ocasiones en que los títulos originales en cintas no pasaron al disco, o tardaron mucho tiempo en hacerlo. Eso me sucedió en 2010 con Verano caprichoso que conseguí solamente en VHS porque no se editaba todavía en DVD. Luego de una primera visión que me dejó un dulce sabor de boca quedó entre las joyas para resguardar luego de que en 2014 decidí deshacerme de todas mis cintas VHS, salvo selectas excepciones. Verano caprichoso estuvo entre mis búsquedas de cine checo en Amazon, porque había encontrado previamente en Gandhi varios títulos de Nemec, Forman y Passer: nombres importantes dentro de lo que se llamó la Nueva Ola Checa que se dio con mayor fuerza entre 1963 y 1969.

II- La Nueva Ola Checa

 Jan Nemec
Vera Chytilová

         Los estudiantes de cine de la escuela FAMU (situada en Praga), nacidos principalmente en la década de los años treinta (con algunas excepciones), conformaron una generación inquieta, preocupada por la renovación de viejos temas conformados al realismo socialista propio del cine de los gobiernos totalitarios que estaban supeditados a la Unión Soviética. Tuvieron la suerte de ser acogidos por los oficialistas Estudios Barrandov, legendarios y mejorados técnicamente por los nazis durante la ocupación alemana, además de que sus películas tuvieron éxito tanto en taquilla como en festivales internacionales, por lo que algunas de ellas pudieron ser exportadas y distribuidas en varios países. Ese sentido revolucionario de ir contra las formas académicas que ya se sentían obsoletas, es lo que les equipara con los nuevos realizadores en otros países que, curiosamente, coincidieron en la década de los sesenta para expresar sus voces e ir cambiando la piel del pasado. Las temáticas dieron lugar a un mayor relajamiento en la censura y a la forma en tratar asuntos que antes se sugerían o simplemente se evitaban.

 Milos Forman

[Nota aparte] En el cine mexicano (1964 -65) se tuvo el Primer Concurso de Cine Experimental, rimbombante título que rindió frutos: el incesto, la explotación capitalista, la exploración de situaciones intimistas, fueron captados por nuevos directores como Juan Ibáñez (Un alma pura), Juan José Gurrola (Tajimara), Barbachano Ponce (Lola de mi vida), Ícaro Cisneros (El día comenzó ayer), José Luis Ibáñez (Las dos Elenas), Héctor Mendoza (La sunamita), Manuel Michel (Tarde de agosto), entre otros.

Ewald Schorm

         Algunos realizadores de la generación previa ofrecieron títulos que aprovecharon el auge de este esplendor juvenil. En 1965, los veteranos Jan Kadar y Elmar Klos, filmaron La tienda en la calle mayor, cuya temática sobre la persecución judía en un pequeño pueblo checo les llevó a ganarse la Palma de Oro en Cannes y el Óscar en Hollywood. De ahí que se dirigiera la vista con mayor énfasis hacia esta cinematografía. Otros realizadores como Kachyna y Jasny también se mencionan al hablar de este movimiento, pero ya pertenecían a la generación anterior.

III - Verano Caprichoso

La película narra el acontecer de tres días en un pequeño pueblo checoslovaco. Aunque no se especifica, se sugiere que son los años entre guerras. Tres amigos descansan y beben en lo que es un pequeño balneario junto a un río. El encargado del lugar, Antonín (Rudolf Hrusinsky), el sacerdote Roch (Frantisek Rehak) y el comandante Hugo (Vlastimil Brodsky). Todos se meten a bañar cuando repentinamente cae una tormenta que será fugaz. Es un verano caprichoso, según afirma la mujer de Antonín, la obesa Katerina (Mila Myslikova) quien llega para servirles de comer, porque llueve, luego sale el sol, hace calor y las noches son claras. De pronto pasa una carreta de donde emerge un hombre que coloca un largo tubo entre las orillas del río y lo cruza con gran habilidad: es el acróbata y mago Ernest (Jiri Menzel) quien anuncia sus funciones y acepta comer lo que le ofrecen los hombres. A lo lejos se nota la figura de su compañera, una hermosa y escultural rubia llamada Anna (Jana Drchalová) que despierta los apetitos sensuales de los tres caballeros. Por este motivo, cada una de las tres noches siguientes mostrarán los intentos de cada uno de ellos por seducir a la joven muchacha, hasta que venga el momento de la partida. Los tres retornarán a su lugar junto al río. Se acerca el fin del verano.

         Basada en una popular novela escrita en 1926 por Vladislav Vancura (1891 – 1942), famoso escritor que sería multifacético y extravagante pero quien moriría ejecutado por los nazis al ser capturado mientras colaboraba con la resistencia checa. La novela nos presenta a tres hombres que se encuentran en la medianía de edad y cuya vida transcurre en medio de la rutina y la falta de incentivos para seguir adelante. Cada uno representa al comercio, a la milicia y a la religiosidad: el triángulo base de toda población por lo que les parece normal su conformismo. La llegada de la joven Anna enciende deseos largamente dormidos que les harán tomar conciencia de su pasividad. De pronto existe una ilusión y cada cual intentará tornarla realidad.


         La novela y la película son ambiguas en cuanto a la consumación sexual (Antonín le da un masaje, Roch le habla de poesía y Hugo le ofrece comida en sus reuniones). Es algo que dejan para la imaginación del lector y/o espectador, y es afortunado, porque incrementa la melancolía de todos ellos cuando Anna parte del pueblo. Aunque no hubiera sucedido nada, existió un momento en que su estatismo sufrió un brinco. La misma esposa de Antonin lo abandona cuando se entera de su noche con Anna para irse a disfrutar de Ernest, para que todos se den cuenta de que estas relaciones no podrán tener futuro. Todo es ilusión de momento. Por eso, en la imagen final, volvemos a encontrar a los tres hombres en el mismo lugar, recordando los segundos de aparente felicidad.


IV – Jiri Menzel

 Jiri Menzel, la noche en que ganó el Óscar

         A México llegaron varias películas de Jiri Menzel. Aunque tardíamente, pero Trenes rigurosamente vigilados estuvo medio año exhibiéndose en el Cine Regis del Distrito Federal y aquí llegó al Cine Rex que estaba por Zaragoza. Verano Caprichoso llegó solamente a Acapulco y a Distrito Federal como comenté previamente. Tijeretazos y Aquel que busca un puñado de oro, estuvieron en las Muestras Internacionales de Cine, y la primera pasó por televisión en alguna ocasión. La casa solitaria cerca del bosque estuvo en un Foro de la Cineteca. A pesar de haber filmado 16 largometrajes para la pantalla grande, es un eminente desconocido. No podemos dejar de lado a quien nos ofreció una visión ácida de la sexualidad como motor para el sentido defensor de la patria (como pasa en Trenes rigurosamente vigilados) o la sensualidad como medio para aguzar el sentimiento de que se vive usualmente de ilusiones (como los tres pilares de una comunidad en Verano caprichoso) o la misma sensualidad para evitar un problema embarazoso (un maestro cervecero cuya escultural esposa organiza una fiesta para sus jefes y distraerlos de asuntos contables, en Tijeretazos).

         Jiri Menzel (23 de febrero de 1938 – 5 de septiembre de 2020) ha muerto a los 82 años. Era el último sobreviviente de esa generación de la Nueva Ola Checoslovaca. El año pasado había muerto Vojtech Jasny; este enero fue el deceso de Ivan Passer. Ya hace tiempo que Forman, Chytilová, Nemec, Schorm, dejaron este mundo. Fiel discípulo de Otákar Vavra (1911 – 2011, de quien pudimos ver en una Muestra de Cine su Martillo para las brujas), académico y puntual en su cine perteneciente a las generaciones previas de los alumnos de FAMU, se notaron sus enseñanzas en su corrección al filmar, aunque en la temática haya roto cánones. Aparte del cine, Menzel dedicó mucho tiempo al teatro teniendo en su haber más de ochenta obras que van desde clásicos hasta contemporáneos como Michael Frayn.

 Jiri Menzel, octogenario

         Cuando los directores o las estrellas fallecen nos quedan sus películas. Siempre menciono que es el mejor tributo que podemos hacerles al verlas o volver a ellas y por eso se agudiza el deseo de buscarlas, complementar visiones y tendencias. Mi tributo fue retornar al Verano caprichoso que nos plasmó en pantalla. Me compartió la melancolía del verano que termina y del cual gozamos el sol y el calor, pero también me hizo recordar que las ilusiones nos alientan y nos impelen a realizarlas. Que en estos momentos, todo debe ser disfrutado, valorado, gozado como si fuera el final de la vida, así como este verano que se va…