domingo, 31 de diciembre de 2017

CENTENARIOS DEL 2018

ALGUNOS CENTENARIOS DEL MUNDO EN 2018

En este 2018 podremos conmemorar los aniversarios de actores y estrellas que nos heredaron un legado de entretenimiento aparte de que sus películas nos devuelven a experiencias de vida: por eso los recordamos y nos son entrañables; alrededor de esas vueltas a las salas de cine teníamos a nuestros seres queridos, una ciudad que nos era entrañable, las vicisitudes de la escuela o la universidad, los problemas amorosos o existenciales, y todo lo que nuestra memoria todavía nos permite colocar en este presente. Luego de México, patria nuestra vapuleada, saqueada y lastimada pero siempre optimista, con todos esos recuerdos que les compartí en seis entregas previas, hay que llegar obligatoriamente a Hollywood porque es innegable su hegemonía desde ayer y hasta ahora, para luego pasar al mundo. Aquí destaco algunos centenarios muy importantes. En el año irán revelándose otros.





*William Holden-

Gran personalidad que mezclaba rudeza y dulzura. Desde el primer estelar Conflicto de dos almas (1939) hasta su atormentado escritor en El ocaso de una vida (1950), su Óscar por Infierno en la tierra (1953) y su atractivo vagabundo en Picnic (1955). Unos cuantos títulos distinguidos.







*Robert Walker-

         Malogrado actor (murió a los 33 años) que presentaba una personalidad rebelde, polifacética, en el mejor estilo posterior de Brando y Dean. Desde el novio trágico en Desde que te fuiste (1944) o el joven empleado departamental en Venus era una mujer (1948) hasta el sociópata que desea intercambiar crímenes en la cinta de Hitchcock Pacto siniestro (1951), el rol que lo inmortalizó.

        



*Rita Hayworth-

         Una mujer hermosísima que pasó de muñeca de aparador en Las modelos (1944) a vulnerable esposa de hampón en Gilda (1946) para ser sublime mujer de misterio en La dama de Shangai (1948) y ya con la edad, belleza madura en Drama de primera plana (1959).





*Ida Lupino-

         Una bella actriz fuera de serie: desde la esposa criminal que enloquece en La pasión manda (1940) y la hermana ambiciosa en Una mujer perdida (1943) hasta la esposa engañada en El bígamo (1953) o la esposa cansada de los problemas por su esposo actor en Intimidades de una estrella (1955). Fue de las pocas directoras en el Hollywood de antaño.





*Teresa Wright-

         Actriz consumada que pasó del teatro al cine para demostrar su calidad. Ganadora del Óscar por Rosa de abolengo (1942) llegó a ser la sobrina que pasa de la admiración y afecto por su tío a la decepción de saberlo criminal en la cinta de Hitchcock La sombra de una duda (1943). Luego fue hija idealista en Los mejores años de nuestras vidas (1946) y víctima de la sospecha en Su única salida (1947)

        



*Ingmar Bergman-

         Uno de los mejores directores en la historia del cine. Sus películas, reflejos de la problemática existencial de los seres humanos iba más allá de las dudas religiosas, la simbiosis de personalidades, la fragilidad de la vida, la entrega erótica. Sus películas trascendieron sobre todo en los años cincuenta y sesenta ganando todos los premios más prestigiosos y legítimos del mundo: El séptimo sello (1957), El silencio (1963), Persona (1966), Gritos y susurros (1972) y se queda uno corto. Seguiría adelante aunque con menos producciones al paso del tiempo.





*Massimo Girotti-

         Una de las personalidades más atractivas del cine italiano que interpretaba a galanes con sustancia bajo las órdenes de grandes directores: Obsesión (Visconti), Crónica de un amor (Antonioni), El amor de una mujer (Grémillon) o Teorema (Pasolini).

sábado, 30 de diciembre de 2017

ANIVERSARIOS DEL CINE MEXICANO 2018 (6)

1978, 1988



         Un vistazo rápido a los últimos cuarenta y treinta años de nuestro cine mexicano para cerrar estos recuerdos.  ¿Cuáles películas merecen destacarse de tiempos que fueron nefandos y que posteriormente traerían la caída de la industria? Les ofrezco una corta selección de títulos. Cada uno por distintos motivos merece distinguirse. Algunos casos les parecerán extremos pero siempre habrá diversidad de opiniones ¿verdad? Los ejemplos de hace veinte y diez años todavía requieren de mayor perspectiva o nostalgia para mencionarlos.  



1978


*Amor libre (Jaime Humberto Hermosillo)

         Dos mujeres que se complementan porque son opuestas (una es desparpajada y promiscua; la otra es recatada e inocente) descubrirán sus verdaderas naturalezas al encontrar razón a sus vidas. Homenaje de Hermosillo a la comedia (y a la comedia musical).





*Cadena perpetua (Arturo Ripstein)

         Un ex ladrón y vividor que ha deseado reformarse no puede liberarse del acoso de un comandante que lo obliga a continuar con su vida de antes. Un guion exacerbado sobre la novela de Luis Spota permite al espectador adentrarse en el mundo de la violencia y la corrupción.





*En la trampa (Raúl Araiza)

         Un hombre cae en la trampa del matrimonio y todos sus ideales se derrumban. Su supuesta libertad es controlada por la esposa, el hijo, la suegra, la madre y sus requerimientos monetarios. Visión del pobrediablismo a la mexicana; de la mujer manipuladora.





*Muñecas de medianoche (Rafael Portillo)

         El cine procaz y vulgar del cabaret se redime por la gracia de sus protagonistas travestidos (el grandote Jorge Rivero y el genial Rafael Inclán) para evitar la muerte acordada con un implacable criminal. Ambos caen en el mundo del cabaret que da lugar a deliciosas confusiones.





*El tren de la muerte (Juan Orol)

         Última cinta en la filmografía de un realizador fiel a sí mismo: hombre-orquesta (guionista, productor, director) que narra la venganza de un pistolero contra tres tipos que asesinaron a su familia. Todo elemental (nunca cambió), un estilo de actuación sin reacción ni emoción: gran diversión, gran delirio.



Otros: A paso de cojo – Luis Alcoriza; Anacrusa – Ariel Zúñiga; Ángela Morante ¿crimen o suicidio? – José Estrada;

El año de la peste – Felipe Cazals; Del otro lado del puente – Gonzalo Martínez; Erótica – Emilio Fernández; Estas ruinas que ves – Julián Pastor; El gran perro muerto – Rogelio A. González; María de mi corazón – Jaime Humberto Hermosillo; Oficio de tinieblas – Archibaldo Burns; Ratero – Ismael Rodríguez; La sucesión – Alfredo Gurrola; Te quiero – Tito Davison.



1988


*El camino largo a Tijuana (Luis Estrada)

         Un hombre vagabundo se encuentra con una chica que está huyendo de unos traficantes. Cuando la chica es secuestrada, el hombre decide rescatarla. Ejemplo de cine negro a la moda del narcotráfico y del México moderno. Una cinta fuera de serie.





*La ciudad al desnudo (Gabriel Retes)

         Una pareja con problemas sentimentales y económicos se topan con un grupo de asaltantes en el motel de paso donde llegan a pasar la noche antes de irse a otra ciudad. La humillación y la venganza harán que la pareja sea llevada a extremos impensables para unirse más contra la crueldad del mundo.





*El costo de la vida – Rafael Montero

         Ahora es otra pareja con problemas económicos debidos a la crisis social. Uno pierde su trabajo, ella está insatisfecha con el suyo que no resuelve nada. No queda más que una vida de delincuencia. Imagen de la situación político-económica del país.





*El fiscal de hierro (Damián Acosta)

         Sobre un hecho de la vida real y un corrido popular, tenemos la historia de un hombre que fue enviado por la ley a limpiar la ciudad que se encontraba bajo el influjo y amenaza de una mujer desgradada e infeliz. Fue tan taquillera que dio lugar a tres secuelas.





*Dos tipas de cuidado (Ismael Rodríguez).

         Una mujer se inventa a una gemela para poder conseguirse un marido rico. Ante tiempos adversos y por seguir filmando, el maestro Rodríguez recurría a tramas gastadas sin dejar de lado sus preocupaciones sociales. Signo de los tiempos que se estaban viviendo.



Otros títulos: Diario íntimo de una cabaretera – Gilberto Mtz. Solares; Historias de ciudad – Cervantes, Montero, Lara, Novaro; El jinete de la divina providencia – Óscar Blancarte; El secreto de Romelia – Busi Cortés; El verano de la Sra. Forbes – Jaime Humberto Hermosillo; El violador infernal – Damián Acosta.






jueves, 28 de diciembre de 2017

ANIVERSARIOS DEL CINE MEXICANO 2018 (5)


1968

         Hace 50 años se filmaron 103 películas en un año marcado por dos eventos completamente opuestos en sus resultados: la modernidad y optimismo de las Olimpiadas en México contra la represión y muerte en Tlatelolco. Los dos hechos fueron filmados: Tlatelolco de manera clandestina e independiente (El grito. Leobardo Lópoez Aretche) y los Juegos Olímpicos con derroche presupuestal y tecnológico (Olimpiada en México, Alberto Isaac). Debutaron los realizadores Manuel Michel, Tito Novaro y Jorge Fons (quien será octogenario en 2018). Fallecieron actrices secundarias que tuvieron una carrera abundante y expresiva en el cine nacional: Maruja Grifell (puede identificarla como la “llorona” loca en Del can can al mambo), Paz Villegas (viuda de Carlos Orellana y, por ejemplo, mamá de Marga López en Nazarín), Enriqueta Reza (la sirvienta en Una familia de tantas), María Valdealde (la anfitriona de la fiesta donde llega Tin Tan como cantante flamenco, “El niño de pecho” en El rey del barrio), además del cómico José Jasso (Chema, el tendero rival de Piporro en El rey del tomate) y el actor, luego popular director en telenovelas, Jesús Valero (Carlos V en La virgen que forjó una patria).

         Y aquí va una selección mínima de varias películas que deben destacarse:

*¿Por qué nací mujer? (Rogelio A. González). Un melodrama soberbio donde se presenta una tipología de los personajes femeninos en el cine mexicano: desde la madre abusiva que se finge enferma para no ocuparse de la casa hasta la hija solterona que se convierte en la responsable de familia pasando por la tía soltera que tuvo hijo fuera de matrimonio o la hija mimada e insoportable. El epítome es la abuela esclavizada por un marido opresivo y tacaño o la otra abuela que ya de tan mayor se ha vuelto incontrolable. 


*El oficio más antiguo del mundo (Luis Alcoriza). Una cinta que intentó darle otro rostro al típico burdel del cine mexicano. Al encontrar a un cura asaltado y acuchillado en la puerta del lugar, dos de las pupilas lo meten a la casa. Ahí, la dueña (Gloria Marín) les permite que se quede hasta que se recupere. Mientras tanto, las mujeres empiezan a confesarse y sentir que tienen redención hasta que se descubre que el tipo no era sacerdote. Alcoriza jugó con las motivaciones y los traumas de las mujeres para llegar a un común denominador. Además, puso a una intelectual (Maricruz Olivier) y a su vulgar contraparte (Isela Vega). Queda como una curiosidad con reparto significativo de la época.


         *Santa (Emilio Gómez Muriel). Cincuenta años después de la primera versión de la popular novela de Federico Gamboa (todavía éxito de ventas) se llegó a la cuarta, en colores, con otra narración bajo retrocesos en el tiempo y una Santa más cínica por su propia circunstancia que desprecia. Julissa vino a ser la heredera contemporánea con su fiel Hipólito (Enrique Rocha), su seductor, su torero y otro personaje no considerado previamente en el cine, otro cliente que la saca del burdel para que ella no soporte los celos y provoque su enojo.


         *Trampa para un cadáver (Francisco del Villar). Ingenioso melodrama de intriga y suspenso acerca de un empresario (Guillermo Murray) que hereda la fortuna de su difunta mujer ante el enojo de sus hijastros que no podrán tocarla hasta que cumplan la mayoría de edad o se casen. Contratan a una mujer (Rosa María Vázquez) que es la amante del padrastro sin que éste lo sepa. A partir de esta premisa inicia un juego de gato y ratón donde empieza a haber giros interesantes. Tiene guión de Luis Alcoriza.


         *Remolino de pasiones (Alejandro Galindo). Una radionovela de Manuel Canseco Noriega (el mismo autor de Corona de lágrimas que Galindo filmara con éxito el año previo, sirvió para que este melodrama narrase la obsesión erótica de una mujer casada por el hombre que le recordaba a su fallecido amor de juventud. Al consumar su pasión provocaba el derrumbe familiar por lo que la pasión amorosa se tornaba en vengativa. Amparo Rivelles en gran dama a quien el sexo doblega.

*Todo por nada (Alberto Mariscal). En estos años se pusieron de moda las cintas europeas que replanteaban el género del oeste. Una buena muestra mexicana, copiando el estilo extranjero, resultó ser esta saga, bastante popular y taquillera, que le dio mayor presencia a los hermanos Mario y Fernando Almada, guionistas, productores y actores, al presentarlos como justicieros contra una banda de asesinos salvajes que habían exterminado a su familia.


*Trampas de amor (Jorge Fons, Manuel Michel y Tito Novaro). Cinta ómnibus que permitió el debut de dos de sus tres realizadores: Michel ya había filmado el largometraje, ese mismo año, Patsy mi amor. Tres cuentos eróticos donde lo pícaro y sorpresivo se deja como revelación final. Un par de chicas que agotan sexualmente a un conquistador; una pueblerina que quiere ser estrella y maneja al vividor que desea abusar de ella; un mecánico que sirve como objeto sexual de una dama rica recibe una sopa de su propio chocolate.


*Vagabundo en la lluvia (Carlos Enrique Taboada). El mismo año en que filmó su icónica El libro de piedra, para continuar el éxito de Hasta el viento tiene miedo y La trinchera, otro giro de tuerca sobre el tema revolucionario, Taboada filmó este inquietante ejercicio de suspenso y erotismo donde un tipo acosaba a damas ricas, ociosas y adúlteras como una especie de venganza natural.


*La manzana de la discordia (Felipe Cazals). Distinguido por sus cortometrajes previos (que extrañamente se exhibieron en las salas de cine como complemento cuando había programas dobles), Cazals filmó su primer largometraje de manera independiente, torpe por la falta de oficio, pero con mucho brío. Fue una cinta mítica e icónica para quienes éramos jóvenes y solamente sabíamos de ella por reportajes. Pasaron muchos años para que finalmente apareciera por televisión esta saga acerca de tres machos crueles, bebedores y violentos, como imágenes simbólicas de lo que estaba viviendo la sociedad en su momento. Uno de ellos era el extraordinario Jorge Martínez de Hoyos.


*Santo en el tesoro de Drácula (René Cardona, 1968). Una divertida y absurda aventura del luchador que inventa una máquina que permite el viaje al pasado. De esta manera se descubre al malvado vampiro y entre el ayer y el hoy se intenta buscar su tesoro. Restaurada hace un par de años (como El vampiro y el sexo) con secuencias que eran para exportación con chicas que mostraban pechos y nalgas viene a ser otro ejemplo de los recursos para que los productores recuperaran sus inversiones en el extranjero. Gran curiosidad. En esta cinta debutó el actor regiomontano Alberto Rojas quien tendría una exitosa carrera dentro del cine pícaro.


         En otros casos están cintas de las cuales ya he platicado en otras ocasiones y pueden encontrar en mis blogs como Patsy mi amor o El terrón de azúcar. Ya se ha hablado mucho de El libro de piedra o Al rojo vivo, filmada en Monterrey. Los veteranos Emilio Fernández, Ismael Rodríguez o Miguel Zacarías realizaron cintas no muy afortunadas: El crepúsculo de un dios, Los cuernos debajo de la cama y Estafa de amor, respectivamente. Una disímbola cinta formada por dos cuentos de Alcoriza y Chano Urueta: La puerta y la mujer del carnicero. Quedan algunas cintas por discutir que fueron populares y ya eran realizadas por los hijos de las viejas dinastías como Raúl de Anda Jr. y René Cardona Jr. con Vuelo 701 y El despertar del lobo. Siempre queda la intención de tratarlas con mayor extensión en el futuro, como otras no mencionadas.












miércoles, 27 de diciembre de 2017

ANIVERSARIOS DEL CINE MEXICANO 2018 (4)

1958



         Hace 60 años se filmaron 138 películas, número récord para la historia, hasta entonces, del cine nacional. A pesar de la alta producción se cerraron los estudios Azteca. Se organizó y celebró, solamente en la Ciudad de México, la Primera Reseña de Festivales Cinematográficos que después tendría su sede en Acapulco, donde se exhibían algunas de las cintas premiadas en los festivales internacionales de categoría (Cannes, Venecia, Berlín, entre otros). Algunas cintas del año se enviaron, por su parte, a festivales distintos sin alcanzar notoriedad con la honrosa excepción de la mejor película del año, o sea Nazarín, invitada directamente por el Festival de Cannes donde obtendría el Premio Especial del Jurado. Fallecieron personajes secundarios del cine nacional: el realizador pionero del cine silente y actor Guillermo Calles, la actriz Josefina Segarra (cuya presencia más notoria ocurre en ¡Así es mi tierra! de Boytler-Cantinflas) y Alfredo Gómez de la Vega, importante actor teatral cuya única actuación en cine fue en Barrio de pasiones (1947, Adolfo Fernández Bustamante) y aparte co-dirigió Santa (1943, Norman Foster) en apoyo actoral. Y fue el año en que El Santo debutó en cine para convertirse en ícono innegable.



         Algunas de las películas destacadas del año. Ya muchas de ellas se distinguen por detalles o cuestiones particulares fuera de sus imperfecciones. Varios directores tuvieron más de una cinta en el año pero selecciono lo más notorio. Una lista muy incompleta que espero ir incrementando durante el año.




         *Nazarín (Luis Buñuel). Indudablemente uno de los puntos altos del cine mexicano. Fuera de serie, ejemplo de lo que hubiera sido nuestra industria con más productores sensibles como Barbachano Ponce. Basada en la novela de Benito Pérez Galdós, adaptada a suelo mexicano en tiempos porfiristas, tenemos la figura del sacerdote idealista que desea imitar humildemente a Cristo sin imaginar las consecuencias que esto conlleva. Buñuel logró su cinta más redonda desde Los olvidados.




*La cucaracha (Ismael Rodríguez). Reunión insólita de los grandes mitos del cine nacional: María Félix y Dolores del Río. Una trama melodramática que habla más de pasiones amorosas de dos mujeres opuestas (la vulgar Cucaracha contra la aristocrática Isabel) que de la mentada revolución, vehículo usual en nuestro cine prestigioso para ofrecer una visión heroica y nacionalista. Aparte, añadan a Pedro Armendáriz, Emilio Fernández y otros futuros monstruos sagrados como Ignacio López Tarso o David Reynoso... ¡Ah, y la genial Lupe Carriles!




         *El hombre del alazán (Rogelio A. González). Un personaje usual del cine de caballitos adquiere tonos picarescos: un estafador de feria que es dominado por la pasión amorosa para luego cuestionarla ante la pérdida de su libertad. Un guion inteligente de Luis Alcoriza en las manos de un director excepcional. Fernando Casanova y Martha Mijares.




         *Misterios de ultratumba (Fernando Méndez). Una cinta de terror que deja cabos sueltos, busca la solución a lo que está más allá de la muerte para desviarse por otro camino. No importa mientras se aprecia una atmósfera admirable con manejo del suspenso. Espíritus, una loca furiosa interpretada por Carolina Barret, una casona oscura y amenazante.




         *Quinceañera (Alfredo B. Crevenna). Una película siempre vapuleada y con discurso bastante clasista al mostrar a tres chicas que llegan a la edad de las ilusiones, cada una perteneciente a estratos sociales diversos, pero que se ocupa de uno de los eventos más esperados, tradicionales y significativos de la familia mexicana: la entrada en sociedad y en la edad de merecer de las hijas. Entrañable por reparto, por mostrar una urbe apacible, por sus personajes que representan a valores simbólicos. Martha Mijares, en el rol de la quinceañera rica, se despedía del cine.




         *Las señoritas Vivanco (Mauricio de la Serna). Nueva reunión de las abuelas del cine nacional, obviamente Sara García y Prudencia Griffel, como señoritas porfirianas que reciben el producto del pecado de su donjuanesco hermano: una niña a la cual hay que criar y educar. La ruina económica no deja más que los hurtos a personajes miserables o infieles por lo que justifican los latrocinios para seguir sobreviviendo. Guion brillante de Elena Garro y Juan de la Cabada con adaptación de Josefina Vicens.




         *Miércoles de ceniza (Roberto Gavaldón). Una mujer (María Félix) es violada por un sacerdote. Con el paso del tiempo se vuelve dueña de un burdel durante tiempos cristeros apoyando por completo al gobierno. Se enamora de un médico por su trato justo e imparcial hasta que descubre que es, en realidad, un sacerdote. Imagen indirecta de una lucha social que nuestro cine no trataba y que se pudo realizar porque su objetivo era romántico más que impugnador.




         *La edad de la tentación (Alejandro Galindo). Un cuento moralizador donde los personajes son cuatro jovencitos bajo diferentes circunstancias familiares: uno tiene padre comprensivo y apoyador que lo aconseja y lleva a conferencias sobre sexo, se ejercita y no cae en el deseo sexual. Los otros viven con familias más bien disfuncionales y son atrapados en el torbellino carnal con diversas consecuencias que sirven como advertencias para los espectadores adolescentes. Despegue como nuevas estrellas de sus protagonistas juveniles: el versátil Fernando Luján, el apasionado Alejandro Ciangherotti Jr., el guapito sin experiencia Gastón Santos y el atlético, centrado Alfonso Mejía.  




         *La estrella vacía (Emilio Gómez Muriel). La versión fílmica de una popular novela de Luis Spota utilizó a María Félix para que el público pensara que la protagonista, una mujer cuya ambición de triunfar como estrella de cine la llevaba a dejar sus escrúpulos de lado, era imagen de su propia vida. Aunque algunos elementos empataban románticamente con la realidad eran en realidad cuestiones usuales en diversos casos. Lo que queda es un reparto maravilloso, vestuarios lujosos, una Félix bellísima y unos diálogos de antología: ¡y todo en colores!




         *Impaciencia del corazón (Tito Davison). La adaptación a ambiente mexicano de la espléndida novela de Stefan Zweig traslada el período previo de la Primera Guerra Mundial a los tiempos de la Intervención Francesa, además de agregar otros personajes. Una joven paralítica, hija de un hombre acaudalado, conoce a un capitán del cual se enamora perdidamente. Sin embargo, el joven oficial está más interesado en una prima de la muchacha por lo que continua viéndola para acercarse a la otra. El joven siente compasión por la incapacitada y le hace creer que la ama. Visión romántica de los deseos frustrados en ambos sentidos: amante y amado que lleva a resultados trágicos.




         *Nacida para amar (Rogelio A. González). La comedia musical excesiva, redonda, plena de fantasía, divertida. Versión frívola de La estrella vacía sin melodrama ni perversión, solamente con la falta de todo escrúpulo para alcanzar la fama. Loló (Ana Luisa Peluffo, magnífica) es una vedette legendaria (literalmente) que pasa por amantes, cambios sociales, maridos, giras internacionales, para demostrar que posee un vacío moral que la hace ¡feliz! Maravillosa y excepcional.




         *Sábado negro (Miguel M. Delgado). Cuando no era director a destajo de Cantinflas, Delgado realizaba cintas aceptables. En este caso, una incursión en el film noir a la mexicana con un inopinado buen guion (del churrero, ahora centenario, José María Fernández Unsaín) acerca del marido manso, oficinista, que aprovecha las vacaciones de su familia para asistir con un compañero oficinista al cabaret. Conoce a una mujer que lo seduce pero luego lo involucra en un crimen del cual es inocente. Jorge Martínez de Hoyos ofrece una excelente actuación. Aceptable atmósfera. La cinta volvería a filmarse veinte años después como Noche de juerga por el mismo realizador.




         *El brazo fuerte (Giovanni Korporaal). Cinta independiente que tardó 16 años para estrenarse. Visión del cacique mexicano alimentado por los intereses de los poderosos y la impotencia de los humillados. Agileo llega a un pueblo y gracias a una carta federal se le toma como amigo del Presidente. De esta manera inicia una existencia de abusos y descontroles hasta que muere y se descubre la verdad detrás de esta misiva. Irónica, desparpajada, con un reparto de desconocidos y una factura impecable.




         *La familia Ruffino (Julio Porter)

         *El fistol del diablo (Fernando Fernández). Dos series filmadas en los Estudios América que marcaron el debut de sus realizadores. Cada una contaba con cuatro títulos divididos en tres episodios. La familia Ruffino es una divertidísima relación de situaciones que vive este cuarteto musical, originario de Cuba, popularísimo por esos años, donde interpretan bellas canciones. El fistol del diablo parte de la esencia de la novela de Payno en tiempos actuales donde el diablo ofrece un fistol a sus posibles víctimas a cambio de su alma y consecuencias fatales. Es muy entretenida, con repartos secundarios y producción barata.



         Aquí hay otros títulos de interés y quedan todavía varios por rescatar:

Acapulqueña – Ramón Pereda

Ama a tu prójimo – Tulio Demicheli

Las aventuras de Carlos Lacroix – Zacarías Gómez Urquiza

Bolero inmortal – Rafael Portillo

Café Colón – Benito Alazraki

La cigüeña dijo sí – Rafael Baledón

Cuentan de una mujer – Juan J. Ortega

Los desarraigados – Gilberto Gazcón

Escuela de verano – Gilberto Martínez Solares

Estampida – Raúl de Anda

El grito de la muerte – Fernando Méndez

El hombre que me gusta – Tulio Demicheli

Isla para dos – Tito Davison

Lágrimas de amor – Alfonso Corona Blake

México nunca duerme – Alejandro Galindo

Mientras el cuerpo aguante – Gilberto Martínez Solares

La mujer y la bestia – Alfonso Corona Blake

Los pequeños gigantes – Hugo Butler

Raffles – Alejandro Galindo

Santo contra el cerebro del mal – Joselito Rodríguez

Santo contra los hombres infernales – Joselito Rodríguez

Sed de amor – Alfonso Corona Blake

Una señora movida – René Cardona

Señoritas (Fernando Méndez)

Thaimí, la hija del pescador – Juan Orol

La vida de Agustín Lara – Alejandro Galindo

El vestido de novia – Benito Alazraki