sábado, 28 de noviembre de 2015

UNA EMPRESA DE IMPORTANCIA


CINEMATOGRÁFICA MARTE S.A.

 
J. Fernando Pérez Gavilán (1937)
Mauricio Walerstein (1945)
 

            En 1966 se fundó Cinematográfica Marte S.A. por los productores J. Fernando Pérez Gavilán, quien tenía tiempo trabajando en los Estudios América, y Mauricio Walerstein, hijo del poderoso dueño de Filmex, Gregorio Walerstein.
 
Gregorio Walerstein (1913 - 2002)
 
Ambos tenían experiencia con películas que habían sido financiadas por esta vieja institución (surgida en 1941 para tornarse significativa para la industria del cine nacional), como las películas con El Santo y Jorge Rivero: Óperación 67 y El tesoro de Moctezuma.
 


            En diciembre de 1966 comenzó a rodarse Los caifanes que inauguró a la flamante compañía productora, bajo la dirección de Juan Ibáñez (1938 – 2000), prestigioso director teatral y debutante con el mediometraje Un alma pura dentro del Primer Concurso de Cine Experimental, legendario e importante evento que renovó de alguna manera al cine nacional. El guion de esta cinta (escrito por Carlos Fuentes e Ibáñez) había ganado un premio y con el apoyo de los Estudios América, se filmó como serie en cinco episodios, tal como se acostumbraba en esos tiempos. La película narra la aventura de una noche cuando una pareja acomodada se encuentra con cuatro mecánicos de Querétaro al meterse a su automóvil para guarecerse de la lluvia. El cuarteto los lleva consigo en su parranda para que conozcan un cabaret de mala muerte, le pongan brassiére y calzones a la Diana, se metan en una funeraria, para que los contrastes sociales exploten con la madrugada. La película mostraba a un México diferente y lo que narraba no había sido común en la industria (citas culteranas, cabareteras decadentes) aparte de dar oportunidad al ingreso de un nuevo director y estrellas frescas que harían carrera posteriormente (Sergio Jiménez, Ernesto Gómez Cruz, Óscar Chávez y Eduardo López Rojas).
 


            Pasaría año y medio para que se produjera la siguiente película Patsy mi amor (La entrega de una adolescente), 1968, con argumento de Gabriel García Márquez, adaptado por el realizador Manuel Michel (1928 – 1983)
 
Manuel Michel fue injustamente despreciado
por Patsy mi amor que ahora se ha vuelto cinta de culto
 
cuya experiencia anterior había sido un cortometraje en el Concurso mencionado, llamado Tarde de agosto. La cinta narra la educación sexual y sentimental de una chica burguesa que tiene excelente relación con su padre, es excelente estudiante en Filosofía y Letras, se reúne con su mejor amiga y otros compañeros. Debido a un accidente automovilístico, conoce a Ricardo, un hombre mayor, casado, con hijos, que le pide sus datos. Luego la busca para tener encuentros en moteles donde ella pierde la virginidad. Al enterarse que Patsy ha contado todo a su padre, el hombre la abandona. La chica quedará a la deriva hasta que toma su rumbo nuevamente, con mayor experiencia. Permitió el debut estelar de Ofelia Medina en el rol titular, además de propiciar la entrada de Michel a la industria. Por desgracia, fue un fracaso crítico y comercial. El director no volvería a filmar largometrajes (un cortometraje que se menciona en el siguiente párrafo; solamente cortos comerciales por encargo) y moriría prematuramente. Medina seguiría triunfando y adquiriendo renombre.

 


            Poco tiempo después comenzó el rodaje de Trampas de amor cinta ómnibus conformada por tres cuentos: El dilema escrita y dirigida por Tito Novaro (1918 – 1986), veterano actor secundario que ahora tenía la oportunidad de dirigir. Yvonne , con guion y dirección del ya mencionado Michel; y La sorpresa escrita por el debutante Jorge Fons (1939) junto con el escritor Gustavo Sainz. La película muestra distintos tipos de relaciones amorosas con salidas inesperadas: una pareja de lesbianas mata por excesos sexuales al hombre que se casa con una de ellas; una prostituta se hace pasar como chica decente para ganarse el amor de un tipo que desea explotarla; un mecánico recibe un reloj de lujo por la señora rica a la cual satisface sexualmente, lo esconde, luego no lo encuentra, para después verlo en la muñeca del lechero. Se seguía el esquema de las comedias picarescas italianas de principios de década, pero dio oportunidad de ingreso a la industria de dos nuevos directores. Novaro seguiría adelante dentro del cine comercial y sería el realizador de las películas con la cantante Yolanda del Río, bajo guiones escritor por su esposa Laura Marchetti, que se tornarían delirios involuntarios (La hija de nadie, por ejemplo). De Michel ya hablamos. Fons se tornaría en importantísimo realizador con el tiempo (Los albañiles, Rojo amanecer, El callejón de los milagros, entre otras) así como director de telenovelas.

 


            Al año siguiente, en 1969, se producirían tres proyectos iniciando con Paraíso escrita y dirigida por Luis Alcoriza (1918 – 1992) donde se muestra la otra cara de Acapulco, desmitificado como paraíso tropical (de ahí el título), al entrar al mundo de los lancheros, los buceadores, los clavadistas, las prostitutas: el otro aspecto social alejado de la imagen para ricos que, sin embargo, utilizan a estos habitantes para sus placeres personales. Los buzos Román y Lauro tienen problemas entre ellos cuando el primero se enamora de la prostituta Magali. Luego, por salir rápidamente a la superficie, Román sufre el problema de la despresurización que lo lleva a la muerte. Alrededor de esto se narran otras historias de personajes cercanos a los principales. Alcoriza, nombre importante en el desarrollo de nuestra industria, en los años sesenta, sobre todo, pudo lograr así la realización de una cinta soñada. Seguiría vigente con triunfos y fracasos hasta su muerte.

 
            El siguiente proyecto fue Siempre hay una primera vez que siguió el esquema de tres cuentos para conformar una cinta donde se muestran tres formas de iniciación sexual en las personas de sendas mujeres de diferentes clases sociales. Cada cuento fue dirigido por un realizador debutante que también lo escribió o adaptó con diversos colaboradores. Rosa realizada por José Estrada (1938 – 1986) narra como la pobre sirvienta de una familia clasemediera es violada por un pretendiente que la deja embarazada.
 
José Estrada siguió los pasos de Alejando Galindo
con su cine urbano, de catrines y peladitos,
pero se murió antes de tiempo, por desgracia.
 
Gloria dirigida por el experimentado actor Guillermo Murray (1927) cuenta la pérdida voluntaria de la virginidad de una cajera de banco treintañera por un joven compañero de trabajo, antes de casarse con un viejo y rico español. Isabel dirigida por el productor Mauricio Walerstein (1945) para así debutar como cineasta muestra las vicisitudes de una joven hija de millonarios que es violada por el taxista que la lleva en un recorrido por el México nocturno, antes de casarse con el rico pretendiente de su propia clase social. De esta manera, dos violaciones forzadas y una voluntaria ilustran esa primera vez siempre dolorosa para luego tornarse placentera según formas y modos. Los tres realizadores seguirían con sus carreras en el cine, aunque Estrada moriría inesperadamente en medio de muchos proyectos, Murray filmaría dos largometrajes posteriores para volver a la actuación y Walerstein haría dos cintas delirantes (Las reglas del juego y Fin de fiesta) antes de exiliarse voluntariamente a Venezuela donde seguiría con una productiva carrera.

 


            El cierre del año fue con El sabor de la venganza donde Alberto Mariscal filmó una nueva lectura de la narración de Ricardo Garibay que había dado lugar a Los hermanos Del Hierro (Ismael Rodríguez, 1961). Fue una coproducción con capital norteamericano donde se narra el desarrollo psicopatológico de Judd quien había sido testigo cuando niño de la muerte de su padre a manos de pistoleros. La madre le pide que cobre venganza y contrata a un profesional para que le enseñe a usar armas. Al crecer, Judd mata a uno de los asesinos que desata la enfermedad mental del joven. Todo acaba en tragedia sangrienta al estilo del mejor Shakespeare.

 


            1970 fue un año prolífico para esta productora al filmar cinco cintas. Para servir a usted primer largometraje de José Estrada narra las tribulaciones de un mesero que llega a chantajear a uno de sus benefactores para conseguir el dinero que le permitirá acostarse con una prostituta de lujo.
 
 
Una vez, un hombre… primer largometraje de Guillermo Murray cuenta una trama fantástica: un hombre decepcionado de la muerte prematura de un niño recibe la oportunidad de ir hacia donde se encuentran las Parcas, que cortan las películas de vida en una máquina editora para que la gente muera, y así esconder la película de su esposa enferma y embarazada.
 
 
Sin salida del debutante Toni Sbert (1937 – 2002) es una cinta policiaca donde un regenerado hampón comienza a ser víctima de ataques que alcanzan a sus seres queridos. Busca y encuentra a los culpables de estos atropellos: un jefe mafioso y su querida, quien fuera amante del hombre.

 


            Ese mismo año, la cuarta producción fue Las puertas del paraíso que marcó el debut en el cine industrial, y despedida, del realizador Salomón Laiter (1937 – 2001) quien había dirigido En el parque hondo, uno de los cuentos del largometraje Viento distante para el Concurso de Cine Experimental.
 
Salomón Laiter filmó una de las cintas más arriesgadas
para su tiempo y por desgracia no volvió a hacer cine.
 
Sobre un argumento de Elena Garro se narra la aventura de una pareja de amantes que debe huir del Distrito Federal: él tiene deudas de juego y la mujer es esposa del mafioso que persigue a su querido. En el trayecto encuentran a una pareja de jipis, el hombre consigue droga a cambio de sexo, reencuentra a su mejor amigo, hasta que vuelven a la capital para seguir con su amor voluble y cruel. La cinta mostraba abiertamente el consumo de droga y los mundos paralelos a la realidad usual. Se quiso filmar una especie de Odisea homérica que no fue tan contundente. La película tiene torpezas de filmación pero no deja de ser importante: ganó el Ariel y su filmación fue adelantada para su tiempo. Laiter no volvería a filmar (solamente un cortometraje artístico) y se dedicaría a la pintura hasta el tiempo de su muerte.
 
 
Y se cerró el año 1970 con la producción de La justicia tiene doce años donde el actor Julián Pastor (1943 – 2015) debutó como realizador para la industria, luego de haber dirigido cortometrajes independientes. Escrita por un par de jovencitos, la trama sigue el título literalmente: una niña de doce años se da cuenta que los adultos no siguen las reglas morales por lo que se pone a eliminarlos como merecen. Con torpeza, malos efectos especiales y un reparto que no ofrece la mayor gracia, resultó ser un gran fracaso, pero Pastor tendría una carrera salvable como realizador.

 


            1971 marcaría el final de la era brillante de esta compañía que seguiría operando como tal por algunos años más interviniendo en coproducciones. Fue el último año en que Gavilán y Walerstein trabajaron juntos porque al siguiente, Walerstein emigraría hacia Venezuela. Las tres cintas finales de esta colaboración fueron Tacos al carbón donde el maestro Alejandro Galindo volvía por sus fueros al recuperar el sabor urbano y capitalino de sus cintas de los años cuarenta y cincuenta. Fue el debut fílmico del exitoso cantante ranchero Vicente Fernández que interpretaba a un taquero exitoso que triunfa, abre una cadena de taquerías, tiene varias esposas e hijos con ellas hasta que es castigado por sus restaurantes insalubres que lo retorna a sus orígenes como taquero de calle.
 
 
Los cacos (once al asalto) es una comedia urbana de José Estrada, émulo del mejor Galindo, donde varios amigos de diversas profesiones populares se unen para asaltar una casa rica donde los sorprende la dueña. Luego ella se vuelve cabecilla de la banda. La conjunción de viejos cómicos como Borolas, Resortes, Harapos con nuevos como Héctor Ortega o Adrián Ramos, encabezados por la estelar Silvia Pinal dieron brillo a una cinta en realidad menor.

 


            Y finalmente llegó Diamantes, oro y amor que marcó el inicio en el largometraje del interesante escritor Juan Manuel Torres (1938 – 1980) quien había filmado previamente un episodio de la cinta colectiva Tú. yo, nosotros, pero seguiría con una carrera muy distinguida con cintas como La otra virginidad o El mar. La cinta es acerca de una joven que escapa de su propia boda porque quiere conocer el mundo. Encuentra a un empleado bancario que se enamora de ella y accede a sus peticiones de apoyarla a cometer unos robos. El hombre crea todo un mundo de fantasía para que la muchacha realice sus sueños. El reparto incluye a estrellas de la compañía Filmex (Julio Alemán e Hilda Aguirre) y el tono de la cinta es vacío, con poca gracia. Una triste despedida de lo que fuera una compañía importante.

 

Alejandro Galindo

Luis Alcoriza

            Muy importante en realidad. En una época donde era difícil que nuevos directores entraran a la industria, Marte permitió el acceso a once realizadores y rindió tributo a viejas glorias como Alejandro Galindo o con menos experiencia aunque interesante como Alberto Mariscal y Luis Alcoriza. Las temáticas se diversificaron y los cuadros de actores se enriquecieron. Pérez Gavilán siguió operando a Cinematográfica Marte en cintas como Crónica de un amor de Toni Sbert o Uno y medio contra el mundo de José Estrada, sus previos protegidos, aunque en colaboración. Luego haría una carrera decepcionante como director de cine.
 
 
Walerstein, como se dijo, se fue a Venezuela. La compañía no tuvo el apoyo económico de Gregorio Walerstein, aunque puede pensarse que el acceso a los Estudios América, el uso en repartos de sus estrellas exclusivas, o las posibilidades de colaboración, inyectaban dinero o sufragaban gastos. El año entrante será el cincuentenario de la filmación de Los caifanes que vino a distribuirse hasta el año siguiente. De ahí que era bueno recordar los logros de esta compañía. Sus películas se encuentran, en su mayoría, en el sistema Netflix o se exhiben con regularidad en los escasos canales que transmiten viejo cine mexicano. El mejor tributo siempre será ver o descubrir películas.

sábado, 14 de noviembre de 2015

TAN MALA QUE RESULTA ATRACTIVA


EL TERRÓN DE AZÚCAR
(The Big Cube)
1968. Dir. Tito Davison.

 

         Lana Turner interpreta a Adriana Román, actriz legendaria que se despide del teatro con una versión muy estrambótica, en escenografía y vestuarios, de Locura de amor donde es Juana la loca, pidiendo silencio porque su marido ha muerto. El motivo de abandonar su carrera es porque se casará con el millonario Charles (Dan O Herlihy), viudo que tiene una hija, Lisa (Karin Mossberg), que no la acepta del todo.

 
Adriana Roman (Lana Turner) acepta los aplausos
en su retiro de los escenarios

Rodeada de sus admiradores (Dan O'Herlihy,
Carlos Agosti, Richard Egan)
 

         La chica es inducida por una amiga (Pamela Rodgers) a ir a un centro nocturno con sus amigos donde Lisa conoce a Johnny (George Chakiris), estudiante de medicina que fabrica LSD en el laboratorio de su facultad para traficar. Al enterarse de la riqueza futura de Lisa, la corteja ante el rechazo de Adriana. Ocurre un accidente mientras Adriana viaja con su marido en un velero y como resultado Charles muere. Al leerse el testamento, el hombre ordena que su fortuna sea heredada a su esposa, mientras que el legado para su hija se le entregue hasta los 25 años de edad y si desea casarse, Adriana deberá dar su consentimiento.

 
George Chakiris, Karin Mossberg, Carlos East, Pamela Rodgers
 
Karin Mossberg, David Estuardo,
Pamela Rodgers y George Chakiris

         Johnny obliga a Lisa para que le ponga LSD en las medicinas que Adriana toma. La mujer tiene alucinaciones que la llevan al borde del suicidio. Es internada y pierde la memoria de corto plazo. Desconoce a Lisa quien, entonces, se casa con Johnny para darse cuenta de la verdad y el interés detrás de su ahora marido. Lisa se arrepiente y cuenta todo al dramaturgo Frederick (Richard Egan) quien siempre ha amado a Adriana.

 
Lana Turner y Norma Herrera
 
La casi enloquecida Adriana

         Frederick escribe una obra que haga revivir los momentos previos al intento de suicidio para causarle un impacto emocional. En pleno escenario Adriana entra en crisis y recuerda todo. Johnny, mientras tanto, divorciado de Lisa cuando ésta le amenaza con contar todas sus maquinaciones para enloquecer a Adriana, vive en un cuartucho donde el uso del LSD lo ha vuelto una piltrafa humana, logrando lo que buscaba para la actriz. Adriana recuperada inicia una nueva vida al lado de Frederick y Lisa.

 
Los esposos llegan a la casa para encontrarla
llena de jipis y a una chica enseñando los senos

         Esta coproducción entre México y Estados Unidos trajo a Lana Turner nuevamente a nuestro país. Ya había filmado Mil caras tiene el amor (1965, Alexander Singer), en Acapulco, para la Columbia donde se seguía la tradición de resucitar las carreras de viejas actrices (Ruth Roman, Virginia Grey, además). Lana Turner había sufrido varios fracasos en cintas menores y ya se encontraba en el descenso de su exitosa trayectoria comercial. Esta cinta no vino a ayudarla y a partir de entonces, filmó cintas intrascendentes y se refugió en la televisión, aunque siempre exigiendo vestuarios y alhajas de primera.

 
En la parte izquierda, la efímera Penélope
y el joven Héctor Bonilla (bueno, a punto de los 30)

         Ahora, Francisco Diez Barroso por el lado mexicano, había ofrecido un presupuesto mejor que las producciones usuales nacionales, sobre todo en el rubro para el vestuario y joyería de Lana, además de la asociación con una compañía norteamericana donde el esposo del momento de la actriz fue productor. La distribución estuvo a cargo de Warner Bros. La dirección fue asignada al prestigioso Tito Davison (luego de los grandes éxitos logrados con El derecho de nacer y Corazón salvaje) y la fotografía de Gabriel Figueroa (que en este caso no tuvo oportunidad de lucirse). En realidad, la nómina de producción pertenece a las personas que manejaban Clasa Films, aunque en este caso se llamaron Producciones Anco.

 
Durante el enlace cuando se tratan
cortésmente madrastra e hijastra

         El argumento original fue de Edmundo Báez (con el apoyo de Davison, frecuente colaborador) quien, en una entrevista, comentó que no estaba el tema del LSD hasta que el norteamericano William Douglas Lansford fue llamado para darle forma a la trama. En el original, había una intriga para deshacerse de la actriz sin integrar las alucinaciones del LSD. Cuando la cinta salió a distribución, el tema ya estaba pasado de moda y no llamaba la atención, ni escandalizaba.

 
Javier Bátiz con los efectos del LSD
al mando del grupo Los Finks

         Lo que queda es, entonces, una cinta curiosa para su tiempo, en lo que significa para la industria mexicana de esos finales de los años sesenta. La escenografía de Manuel Fontanals es convencional respecto a otros de sus trabajos superiores (les recomiendo leer un lujoso libro editado por la UNAM, sobre vida y obra de este personaje: Manuel Fontanals, escenógrafo del cine mexicano, coordinado por Elisa Lozano, con muchas fotografías y datos de interés), sobre todo en cuanto al antro, llamado Le Trip, donde Lisa es testigo del inicial enloquecimiento de un joven (Rogelio Guerra) al cual se le ha dado, sin estar enterado, de una gran dosis del LSD que lo lleva a la muerte.

 
Bárbara Ransom y Michel Strauss
 
José Roberto Hill en su frustrado strip tease

         Además están presentes muchos actores juveniles que adquirirían fama (o serían efímeros) en los años siguientes: José Roberto Hill, Héctor Bonilla, David Estuardo, Penélope, Carolina Cortázar, Michel Strauss, Carlos East, Bárbara Ransom, Norma Herrera, entre otros. El grupo musical que ameniza en el lugar es Los Finks que eran comandados por Javier Bátiz.  Además, aparece un extraño personaje llamado Abeja reina que es interpretado por Regina Torné, y viene a ser simbólico de quienes eran traficantes de droga: muy maquillada, con un traje que trae las rayas negras sobre amarillo y quien termina al lado de Johnny cuando está en su momento de locura final. Por otro lado está un actor secundario que hizo muchas cintas nacionales y que apareció en varias internacionales, Pedro Galván (aquí es el rector que corre a Johnny de la universidad) como Dos mulas para la hermana Sara o La pandilla salvaje.

Un buen actor secundario: Pedro Galván 
 
La simbólica Abeja Reina: Regina Torné

         Hay varios desnudos en esos años en que paulatinamente se harían más comunes: una bailarina del antro dentro de las alucinaciones del joven que muere muestra pechos y nalgas; la joven Pamela Rodgers realiza un strip tease en la casa de Lisa; Carolina Cortázar muestra su cuerpo luego de acostarse con Johnny. Los efectos especiales consisten en el juego de formas y luces proyectadas sobre los personajes sin llegar al caso del delirium tremens alcohólico. Es lo que sucede cuando Lana Turner sufre sus alucinaciones.

 
Pamela Rodgers en el momento en que
llegan los padres de Lisa

         La cinta fue estrenada tanto en versión doblada como inglés original aunque tardó dos años en llegar a su exhibición nacional. En Estados Unidos es considerada como un clásico camp (de tan mala resulta atractiva) sobre todo por los admiradores de Lana Turner (1920 – 1995) y en esa calidad surgió el DVD que sacó la Warner Bros., pero en México permanece inédita. No se exhibe por televisión ni ha llegado por los canales de paga (al menos, los que se ven en México).

 
Johnny (George Chakiris) cuando
ya está destruido por el LSD

         Para Tito Davison (1912 – 1985), su realizador, vino a ser un punto intrascendente en su carrera. Está presente el melodrama, su género de distinción, y hay algunas secuencias, cuando la trama se centra en Lana Turner como señora de casa, que tienen su toque. Posteriormente sufriría la decadencia de nuestra industria para filmar cintas rescatables (María, Un amor extraño o su última cinta La guerra es un buen negocio) o muy fallidas (Amigo o Te quiero).

 

Adriana enfrenta a Lisa en la obra
de teatro que le devolverá memoria, razón y triunfo
 

         Con todo lo mala que es esta película, uno puede disfrutarla por sus excesos, absurdos o simplemente por las presencias que uno encuentra en ella. Por eso había que mencionarla, para sacarla del olvido... 

 

          

 

        

domingo, 8 de noviembre de 2015

UN BESO DESDE EL MÁS ALLÁ


EL BESO DE ULTRATUMBA
1962. Dir. Carlos Toussaint.
 


         Emilio (Sergio Jurado) ha dejado el periodismo para tornarse novelista. A cambio se ha quedado sin dinero y busca la manera de encontrar a una mujer rica para casarse con ella. En una visita al Dr. Mariscal (Manuel Dondé), quien fuera amigo de sus padres y por lo tanto vive prestándole dinero, conoce a la nueva secretaria Laura (Ana Bertha Lepe), recién salida del internado donde ha estado toda su vida. Platicando, se entera que es hija de un industrial acaudalado. Inmediatamente se lanza a la conquista y a presionarla para hacerla su mujer.



 
Lo logra con la bendición de su padre Miguel del Castillo (Enrique García Álvarez) y el hermano (Mario Cid) de la muchacha. Antes de salir de luna de miel, don Miguel le entrega un valioso collar a Laura y diez mil dólares más un pasaje a Europa para su hijo que saldrá a estudiar. Durante la luna de miel, le llaman a Emilio para informarle que don Miguel se ha suicidado.




         Al volver a México, se enteran que don Miguel estaba arruinado. Había dejado un seguro de vida para Laura. Emilio deja, entonces, de fingir. Le echa la verdad en su cara a la mujer, sumisa, sola, sin dinero. Vende la casa que habían comprado y el hombre remata el collar de Laura.

 
Se la lleva entonces a su casa de infancia en un lejano pueblo. Laura se encuentra con un lugar prácticamente en ruinas, con ratas y otros insectos. Aparte no hay electricidad. Bien preparada para las labores femeninas, comienza a arreglar la casa. Emilio empieza a asustarla y a acosarla.

 
 

La mujer aguanta silenciosamente. Emilio la fuerza a que, enferma, vaya a sacar agua del pozo en plena lluvia. Laura muere de pulmonía en el preciso momento que Emilio le pide que lo bese. Emilio va en busca del médico (Roberto Araya) y el cura (Guillermo Álvarez Bianchi) pero al llegar la mujer no se encuentra en la cama. Emilio les asegura que ya estaba muerta y comienza a gritar. Los hombres se van con la sospecha de que algo turbio ha sucedido.

 
         Emilio queda solo y busca en la casa: oye ruidos y sube a la buhardilla para luego bajar y encontrar que se está calentando café sobre la estufa. Escucha que Laura le llama. Recorre la casa, abre una puerta cerrada con llave para luego hallarla nuevamente cerrada. Se encuentra con un vagabundo (Enrique Lucero) quien le pide que agradezca a la señora por el café que le dio y le dice que ahí está, en la cocina. Emilio vuelve a entrar, se sienta en la sala y es entonces, aterrorizado, ve a Laura bajar por unas escaleras, acercársele y decirle vengo a darte el beso que me pediste.




Al día siguiente llega el médico con la autoridad del pueblo (Carlos Suárez): encuentran a Laura muerta en la cama y a Emilio colgado en la buhardilla.



Carlos Suárez (comisario) sería el escudero de El Santo
en muchas de sus cintas. Roberto Araya (médico)
hizo más telenovelas que cine
 
         El beso de ultratumba fue otra incursión en el género del terror. En este caso viene a ser la consecuencia de un crimen perpetrado por la codicia insatisfecha de un hombre bastante cínico que cuenta a sus amigos que toda la vida he estado buscando una mujer rica con la cual casarme y si además es joven y guapa, pues mejor. Al enterarse que el supuesto padre millonario de la chica había tenido un revés de fortuna, lanza su frustración hacia la esposa, expresándole directamente la verdad de su malestar, abusando de la soledad y de la sumisión de quien había sido hija de familia, educada por monjas y viviendo en internados.



Una tarántula sube sobre la espalda de Laura
 
         Entonces, la película no entra de lleno al ámbito sobrenatural. Se narra un acoso y una mala intención: tratar de volver loca a la mujer, si acaso, para después matarla indirectamente, y de esa manera acceder al dinero de un seguro de vida. La cinta tiene dos partes: la urbana, donde el vividor aspirante a “gran escritor”, es un parásito social hasta que encuentra a la posible solución de sus ambiciones; luego viene la rural, cuando el hombre lleva a la mujer a vivir a su casa natal, en un pueblo donde están las ruinas, las faltas de comodidades, el descenso hacia el infierno para la mujer. Aquí es donde la película ofrece atmósferas propicias para el miedo: una persona que aparece de repente (el vagabundo que usaba el lugar abandonado como vivienda y quien pide comida a Laura), los bichos (ratas o una tarántula, por ejemplo), los ruidos de la noche (el viento, la lluvia).

 


De todos modos, Emilio tiene sentimientos ambivalentes ya que su mujer le provoca deseos sexuales. Primero la amenaza de manera terrible para inmediatamente cambiar y besarla apasionadamente. Al sopesar sus ambiciones contra sus deseos, ganan los primeros. Cuando Laura está muriendo puede sentirse un aire de compasión que luego es sometido: Emilio la contempla morir y sale de la recámara para fumar.
 


         Es una de las cualidades de la película: esta atmósfera de soledad y aislamiento. Una casa con pozo en el patio, puerta principal desvencijada, vigas tiradas, buhardilla repleta de desperdicios. El personaje del vagabundo, sucio y oscuro, incrementa el humor fantástico. Todo se interrumpe temporalmente con la llegada de tres viejas, amigas de los padres de Emilio, que dan idea de vida en el pueblo cercano (interpretadas por Magda Donato, Lupe Carriles y Tamara Garina) y que sirven para que el hombre les comente que su mujer muestra indicios de locura. Más tarde, el sacerdote, el médico y la autoridad, darán este mismo acercamiento a la civilización, aunque todo habrá sido consumado.



Ana Bertha Lepe mira a las tres enlutadas del pueblo:
Lupe Carriles, Magda Donato y Tamara Garina
 
         Octava película (de diez que filmarían entre 1959 y 1963) de Producciones Delta, firma impulsada por los periodistas Alberto Ramírez de Aguilar (1928 – 1970) y Carlos Ravelo Galindo (1929), donde eran argumentistas y guionistas (excepto en tres de ellas) y donde utilizaron los servicios de los directores Zacarías Gómez Urquiza y Carlos Toussaint (que se encuentran considerados como impersonales, aunque cada uno de ellos cuenta con títulos de interés), y en las últimas dos producciones ya realizadas como mera continuidad mercantil (no fueron argumentistas) para terminar con su compañía fílmica. Al ser reporteros de policía, los productores-periodistas dedicaron sus primeras películas a temas sobre crímenes o robos, usualmente situados en la urbe. Alberto Ramírez de Aguilar publicó tres novelas en vida que adaptó de sus experiencias en los casos criminales que le tocó investigar: una de ellas fue Los falsos héroes.
 
 
Es de suponer que este beso fantasmal sea una adaptación de algún caso particular al cual se aplicaron los elementos fantásticos.



Carlos Toussaint (1901 - 1975) fue escenógrafo,
sindicalista y director cinematográfico.
 
El beso de ultratumba no es una gran película pero fue hecha en una etapa donde la tendencia del cine nacional hacia la explotación del terror fue evidente (La cabeza viviente, El barón del terror, Espiritismo, entre muchas otras desde antes y después). Fueron los años en que se desarrollarían a personajes fantásticos y el propio héroe de las luchas libres se enfrentaría contra zombis, mujeres vampiro o marcianos. Poco antes las tramas con sesiones espíritas hablarían de fantasmas. También hay que reconocer los tiempos y momentos: durante su estreno, atmósferas y situaciones que ahora nos parecen ingenuas y sin mayor suspenso, pero que provocaban gritos y emociones diversas entre los espectadores, como le tocó a quien esto escribe.

 

ADDENDUM

Las películas de Producciones Delta, S.A., con año de producción y directores correspondientes.


1959 – Siguiendo pistas – Zacarías Gómez Urquiza
1960 – En busca de la muerte – Zacarías Gómez Urquiza
1960 – La noche del jueves – Zacarías Gómez Urquiza
1961 – El fusilamiento – Carlos Toussaint
*1961 – Me dicen el consentido – Carlos Toussaint
1961 – Los falsos héroes – Carlos Toussaint
1961 – Este amor sí es amor – Carlos Toussaint
1962 – El beso de ultratumba – Carlos Toussaint
*1962 – Furia en el edén – Mauricio de la Serna
*1963 – Alazán y enamorado – Gilberto Martínez Solares

 *no tuvieron argumentos ni guiones de los productores.
 
Nota- Agradezco a Fernando Gaona la excelente copia completa
de esta película.