ALMA DELIA
FUENTES: SU PRIMERA ETAPA
Alma Delia Fuentes a los 16 años
La reciente aparición de unas fotos en
la revista Proceso (21 de diciembre de 2015) que muestra a la actriz Alma Delia
Fuentes en un total estado de indigencia a sus casi 79 años de edad (los
cumplirá en enero próximo) bajo circunstancias misteriosas ya que vive en el
garaje de una gran casona me ha llevado a recorrer (y compartirles) su
filmografía en una carrera que fue exitosa y que puede dividirse en dos partes:
21 películas durante su niñez y adolescencia que va de 1945 a 1953. Ahí
abandona el cine por su matrimonio con un primo de Emilio Azcárraga Milmo,
además de dar a luz cuatro hijos; luego retornaría en 1962 para filmar 32
cintas hasta la última en 1970. A partir de ahí el alejamiento del cine, el
mutismo absoluto al no conceder ninguna entrevista y, obviamente, el olvido del
público. Ahí estaban sus películas, pero el paso del tiempo es implacable. Alma
Delia no llegó a solidificar su carrera como fue el caso de algunas de su
coetáneas. Antes y después de Los olvidados filmó otras películas.
Los
olvidados no es una película de estrellas sino de personajes. El reparto
solamente tiene a Stella Inda como el nombre más comercial pero es el caso de una actriz que nunca alcanzó (ni
alcanzaría) un lugar preponderante en el cine (algunas películas para
especialistas). Alfonso Mejía y Roberto Cobo tendrían mayor fama en el futuro y
aquí quedan como portadores de papeles impactantes (no es la persona sino la
máscara). Alma Delia Fuentes viene a ser la cómplice del Ojitos y el objeto de posible sensualidad para el ciego, además de
ayudar a su abuelo a transportar el cadáver del malogrado Pedro, pero es otro
personaje. Los olvidados no fue popular
en su momento: luego vino el premio en Cannes y tomó otro aire para los
especialistas, perdiéndose en la altísima producción de su tiempo. Ya llegaría
el momento de trascendencia, de cinta capital, de revaloración buñueliana.
"Una familia de tantas" como la pequeña Lupita
Sus primeros papeles, como niña,
consistían en ser las versiones infantiles de las protagonistas o la hija
pequeña de familia. Así la vemos en Una
familia de tantas como Lupita, quien ya no será víctima del padre
autoritario que no ha aceptado el matrimonio de Maru, la quinceañera que se le
ha rebelado, o la hija mayor, forzada a abandonar la casa ante los golpes y el
maltrato. La madre ha antepuesto su voluntad para que, al menos, una de sus
hijas encuentre la felicidad en un mundo que ya ha cambiado sus costumbres y en
un México que entraba en la modernidad luego de ser el país revolucionario.
Después adquiere el rol de
preadolescente malvada en una cinta bastante popular, obra total del realizador
Humberto Gómez Landero (quien había filmado los primeros cinco largometrajes de
Tin Tan y antes fuera colaborador de Juan Bustillo Oro), llamada Guardián, el perro salvador. Alma Delia
era Olga, hija mimada de una familia poco amorosa. Con síntomas de locura,
contrata como sirvientas a las pobres Chachita y a su madre con el afán de
maltratarlas. El perro del título pertenecía a aquella, pero la horrible Olga
no le permitía que lo metiera a la casa. Viene a ser una variante de Cenicienta
atosigada por su madrastra, aunque en tono juvenil. Hay momentos delirantes
donde Alma Delia empieza a demostrar el odio irracional hacia la pobre
empleadita: ve su rostro en una muñeca y se fascina con el agua que la llevará
a intentar asesinarla en un lago. El perro salva a su ama pero la psicópata
juvenil recibe su merecido castigo moral al ahogarse. Alma Delia estuvo
convincente en ese papel que le hacía ser odiada por los espectadores.
Luego llegaría Los olvidados. Alma Delia tenía apenas 13 años y posteriormente
interpretaría roles de adolescente quizás porque mostraba un físico más
desarrollado para su edad. Sería la hija agobiada por su condición de bastarda,
en Historia de un corazón (papel por
el cual le entregarían el Ariel por mejor actuación juvenil); y repetiría esa
situación aunque con madre equivocada, en La
mujer sin lágrimas. Después volvería a ese rol de hija que desconoce su
origen verdadero en La loca. En estas
dos últimas cintas alternó con Libertad Lamarque.
1951 también le dio el rol de Anita, la jovencita enamorada de Luis Aguilar en A toda máquina que luego se apasiona por Pedro Infante quien le advierte que él transmite su mala suerte a las personas que quiere o lo quieren. La jovencita, de todas maneras lo besa, y luego sufre un accidente al atropellarla un tranvía con todo y automóvil.
1951 también le dio el rol de Anita, la jovencita enamorada de Luis Aguilar en A toda máquina que luego se apasiona por Pedro Infante quien le advierte que él transmite su mala suerte a las personas que quiere o lo quieren. La jovencita, de todas maneras lo besa, y luego sufre un accidente al atropellarla un tranvía con todo y automóvil.
En 1952 Emilio Tuero la contrató para
su compañía Argel Films para un trío de películas dirigidas por el vulgar José
Díaz Morales; en dos de ellas fue el objeto amoroso de Tuero (Secretaria particular donde era una
muchacha venida a menos que luego recibía una herencia; Martes 13 donde era el motivo de intento de suicidio del novelista
Tuero porque ella se casaría con otro) y en la tercera de Víctor Manuel Mendoza
(Cartas a Ufemia donde una rivalidad
amorosa hace que encuentre el amor con otro hombre). En realidad, Alma Delia
era una quinceañera que interpretaba roles para mujeres mayores y en estos
casos era notoria la diferencia en edades (casi un cuarto de siglo) con sus
galanes.
Ese mismo año sería la hija dudosa de
René Cardona y Miroslava en Las tres
perfectas casadas ya que estaba en el aire el misterio de cuál de tres
señoras respetables había sido infiel a su marido, entre las que estaba su
madre: el padre pensaba que podría ser fruto de dicho amorío. Y luego
interpretaría el otro lado de la moneda respecto a sus primeros papeles en Canción de cuna: ahora ella era la versión
juvenil de una niña abandonada en la puerta de un convento para ser cuidada y
educada por las monjas del mismo antes de salir por su matrimonio. Fue
prácticamente su última cinta en esta etapa.
Y es que en 1953, a los 16 años, filmó otra
película, Mi novio es un salvaje, aunque tardaría 14 años en ser exhibida (tal vez porque Alma Delia
ya estaba de vuelta en el cine y se quiso aprovechar su nueva popularidad: en
realidad, la cinta era muy mala por la falta de gracia, ritmo e ingenio).
Aparece en traje de baño mostrando un cuerpo maduro para su edad y se inventa
un doble personaje para resolver una cuestión de amor.
Irlanda Mora, Alma Delia Fuentes y Joaquín Cordero
en "Mi novio es un salvaje"
Alma Delia Fuentes logró sin problema
la transición de actriz niña a mujer (aunque adolescente), tal vez porque
interpretaba a mujeres mayores en edad. Lo que fue más difícil para Chachita
(por sus cambios físicos y altibajos) o María Eugenia Llamas (quien ya
adolescente se alejó del cine para dedicarse más al teatro, sobre todo en
Monterrey) por no mencionar a las efímeras Lucha María Ávila, Gloria Alonso o
la bobita María Gracia, se tornó natural para Alma Delia. Fueron esos cortes en
su carrera las que dejan la incógnita para definir los motivos de su
intrascendencia. Como siempre se le recuerda por Los olvidados, había que dejar claro que tuvo muchas otras
intervenciones en el cine de ese tiempo.
Filmografía
de su primera etapa: 1945 – 1953.
Títulos y
directores.
1945 –
Sinfonía de una vida – Celestino Gorostiza
1947 – La
barca de oro – Joaquín Pardavé1947 – La carne manda – Chano Urueta
1948 – Allá en el Rancho Grande – Fernando de Fuentes
1948 – Una familia de tantas – Alejandro Galindo
1948 – Dos almas en el mundo – Chano Urueta
1949 – De tequila, su mezcal – Carlos Toussaint
1949 – Guardián, el perro salvador – Humberto Gómez Landero
1949 – Si fuera una cualquiera – Ernesto Cortázar
1950 – Los olvidados – Luis Buñuel
1950 – Pata de palo – Emilio Gómez Muriel
1950 – El amor a la vida – Miguel Contreras Torres
1950 – Historia de un corazón – Julio Bracho Ariel 1952
1951 – La mujer sin lágrimas – Alfredo B. Crevenna
1951 – A toda máquina – Ismael Rodríguez
1951 – La loca – Miguel Zacarías
1951 – Mi esposa y la otra – Alfredo B. Crevenna
1952 – Secretaria particular – José Díaz Morales
1952 – Martes 13 – José Díaz Morales
1952 – Cartas a Ufemia – José Díaz Morales
1952 – Las tres perfectas casadas – Roberto Gavaldón
1952 – Canción de cuna – Fernando de Fuentes
1953 – Mi novio es un salvaje – Carlos Véjar Jr.
Muy triste su situación,tiene hijos que vean por ella.
ResponderEliminarUn final estilo García Márquez...
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