1961
Las cintas que serán sexagenarias este 2021 nos traen recuerdos de cuando
éramos felices (antes de marzo 2020, claro). Tal como he repetido siempre desde
mis primeros escritos amorosos hacia el cine mexicano: el tiempo es el mejor
juez. Aquí hay ejemplos de lo que antes se consideraba malo y ahora son
documentos en imágenes de toda una época.
•VIRIDIANA
Dirección de Luis Buñuel.
Coproducción con España.
La novicia Viridiana (La ahora nonagenaria Silvia Pinal en la gran oportunidad de su vida) deja el convento cuando cree que su tío Jaime ha abusado de ella. El hombre se suicida y deja su fortuna en dos partes. Una para Viridiana y la otra para su hijo bastardo Jorge quien vendrá a darle otro sentido a la vida de la ex novicia. Una imagen crítica de quienes piensan que el mundo se salvará de acuerdo con su voluntad, sin considerar a los otros con sus faltas y defectos. Los ideales de Viridiana están alejados de la realidad del mundo. Es una versión femenina del genial Nazarín (1959).
Dirección: Ismael Rodríguez.
Principios de siglo veinte. Norte de la república. Un par de medios hermanos han crecido alimentados por el rencor de su madre contra quien asesinó al segundo marido. El menor (Julio Alemán) tiene problemas psicológicos que lo convierten en frío asesino. El mayor (Antonio Aguilar) debe cargar con sus culpas y defectos, además de protegerlo. Imagen del destino trágico en conjunto, de las consecuencias funestas de la violencia. Se comprueba la grandez del guionista Ricardo Garibay.
• TLAYUCAN
Dirección: Luis Alcoriza.
Los habitantes del pueblo llaman blasfemo a Eufemio (Julio Aldama) por haber robado la perla de la coronita de la virgen ya que pensó que era una señal milagrosa al ver los “flashazos” de las cámaras de unos turistas. Esto lo delata. Mientras tanto, su mujer (Norma Angélica) es el objeto erótico del mirón rico (Andrés Soler) del lugar; una solterona beata (Antia Blanch) se emborracha y copula con un mendigo ciego (Noé Murayama) que vendrá a ser su marido; los cerdos se tragan la perla y habrá que revisar sus excrementos; el erotismo y la ironía vendrán a ser los elementos que definen a un pueblo que todavía cree en el goce y en la solidaridad.
• EN EL BALCÓN VACÍO
Dirección: Jomí García Ascot
Cinta independiente, filmada por refugiados e hijos de refugiados españoles, que habla acerca del dolor de la separación, la historia que se trunca, los hechos absurdos de la política (sobre todo, la franquista). Nunca exhibida comercialmente, realizada en fines de semana, precursora del cine que se haría durante el Primer Concurso de Cine Experimental. Una mujer vuelve, en la imaginación, a la casa de su infancia para tratar de recuperar pedazos de vida: una vida que le fue arrancada contra su voluntad.
• PUEBLITO
Dirección: Emilio Fernández.
Luego de cinco años sin filmar, el Indio volvió a las andadas con esta relectura simple de “Río Escondido” donde ya no le importaba la violencia para acabar contra la tiranía, pero continuaba con su apología de la educación para ser libres: ahora era la misma ignorancia la que vencía al cacique (Fernando Soler) que añoraba a su mujer (Lilia Prado) y no podía leer la carta que le había escrito. La maestra (María Elena Marqués) quiere su escuela y un ingeniero (José Alonso Cano) buscará la manera de proveer, sobre todo cuando se une la autoridad analfabeta con la buena voluntad.
• ROSA BLANCA
Dirección: Roberto Gavaldón.
La película tardaría once años en estrenarse. La denuncia de compañías petroleras que llegaban al crimen con tal de apoderarse de terrenos donde estaba el oro negro pareció ofensiva a las autoridades gubernamentales para los países que luego sufrieron expropiación. Aparecía el personaje del gobernador de Veracruz (en la vida real, Miguel Alemán) y actuaba Christiane Martell (en la vida real, relacionada con los Alemán). Estos elementos que le dieron miedo a mentes chatas, pero poderosas, le quitaron el impacto que la cinta hubiera tenido en sus tiempos de producción al ser estrenada cuando llegó la “apertura echeverrista”.
• ÁNIMAS TRUJANO
Dirección: Ismael Rodríguez.
Un indio zapoteca, borracho y soberbio, quien desea ser el mayordomo de las fiestas, llegará a cualquier extremo para lograrlo. Retrato de las ambiciones pequeñas e inútiles; indicio de la persona que se marea con un poder prácticamente nulo e indiferente; imagen de quienes viven sumergidos en su propia ignorancia con el sueño de triunfar sin mérito; Rodríguez importó a Toshiro Mifune para darle mayor resonancia y Figueroa filmó en efectivo Cinemascope. Perfecto ejemplo de las mentes pequeñas actualmente en el poder.
• EL TEJEDOR DE MILAGROS
Dirección: Francisco del Villar.
Una pareja de indígenas miserables, donde la esposa está a punto de parir, llega en Nochebuena a un pueblo donde les da posada una comadrona y abortera. La situación que asemeja al nacimiento de Jesús permite explotar al fanatismo religioso de la comunidad por parte de los ricos y cínicos del pueblo ante la ira de un sacerdote (Pedro Armendáriz, ya mostrando su calvicie sin pudor) igualmente contrastante y ambiguo. Crítica de la ignorancia e imagen de la hipocresía. Un nuevo realizador que daría lugar a un vasto zoológico en sus títulos fílmicos.
• LA FURIA DEL RING
Dirección: Tito Davison.
Un honesto promotor de lucha libre es asesinado porque se niega a arreglar sus encuentros. Su hijo es golpeado y hereda el negocio pero no así la manera de ser de su padre. Regresa un amigo que desea ser luchador y logra triunfar. Entran en disputa afectos e intereses particulares para que se vaya desarrollando lo que en realidad es un melodrama acerca de la dignidad humana dentro del género. El realizador Davison era un hombre cuidadoso y la cinta se nota diferente a las de El Santo, sobre todo en las secuencias de lucha libre que ya no son imágenes de rutina sino escenas planeadas para su filmación.
• LOS FALSOS HÉROES
Dirección: Carlos Toussaint.
Un joven (Alfonso Mejía) es atropellado por una mujer mayor (Evangelina Elizondo) y ella lo protege y convierte, con toda razón, en su amante. Además, ella lo introduce dentro de un grupo de otros jóvenes vividores para hacerlo consciente de su situación personal: es pobre, hijo de alcohólicos y nunca ganará lo que ahora disfruta fácilmente. Se une con los otros para robar bancos. Interesante descripción de la perversión dentro de cierto grupo social que incluye tanto a ricos ociosos como las rémoras que solapan corrupción y aspiran a una vida fácil.
• JÓVENES Y BELLAS
• MUCHACHAS QUE TRABAJAN
Dirección: Fernando Cortés.
Dos películas generacionales que muestran retratos idealizados de la juventud y el desarrollo económico de la capital. Ya sea por idilios en el campo donde las tensiones sexuales están presentes entre jóvenes sanos y optimistas hacia muchachas urbanas, sin problemas; ya sea porque hay un centro comercial en la incipiente área suburbana de la capital para brindar otro tipo de oferta consumista; ya sea porque los repartos juveniles describen una etapa particular de nuestro cine (Gastón Santos, Alfonso Mejía, Erna Martha Bauman, Ofelia Montesco, Angélica María, Álvaro Ortiz, entre otros que pronto serían desplazados); ya sea porque son divertidas, tienen música entrañable y contrastan mundos ideales y realistas.
Y
no olvidemos a Atrás de las nubes (Gilberto Gazcón), El barón del terror
(Chano Urueta), Cielo rojo (Gilberto Gazcón), ¿Cuánto vale tu hijo? (Mauricio
de la Serna), El fusilamiento (Carlos Toussaint), La maldición de la llorona
(Rafael Baledón), Espiritismo (Benito Alazraki), Pecado de juventud (Mauricio
de la Serna), Sol en llamas (Alfredo B. Crevenna) o Volantín (Sergio
Véjar).
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