1921
Imagen de "En la hacienda" con Elena Sánchez Valenzuela
Hace
100 años el cine mexicano filmaba largometrajes en poca proporción, pero de
manera constante. 1921 vio la creación de En la hacienda que es un
antecedente argumental de la que quince años más tarde será la piedra base de
la industria cinematográfica nacional (“Allá en el Rancho Grande”). Fue
dirigida por Ernesto Vollrath, productor y exhibidor argentino asentado en
México, quien además realizaría otras tres cintas: Carmen y Amnesia protagonizadas
por una de las divas nacionales de ese tiempo, Elvira Ortiz, además de la
adaptación de La parcela, basada en la novela de José López Portillo y
Rojas.
Miguel Contreras Torres sería un prolífico cineasta nacionalista ya en la época sonora, pero este 1921 filmó El caporal como autor completo, además de producir Con las alas abiertas de Luis Lezama y De raza azteca de Guillermo Calles. Todas ellas importantes títulos para el desarrollo del cine, aunque por desgracia ya perdidas. Existe la noticia de que en Jalisco, una mujer, María Cantoni, filmó una cinta llamada El que a hierro mata. Toda una cinematografía escasa, pero formal, que serían las primeras semillas de todo lo que vendría después.
1931
Santa
dirigida
por Antonio Moreno, importado de Hollywood, cumplirá el nonagésimo aniversario
de haber sido filmada, pero se estrenaría hasta marzo de 1932. La historia de
la prostituta de buen corazón que se encuentra entre la pureza y la perversión,
creación del escritor Federico Gamboa, ya había dado lugar a una versión
silente en 1918 debido a que se basaba en una novela popular que ha seguido
vendiéndose hasta nuestros días. Habrá otras dos versiones en 1943 y 1968,
además de adaptación a teatro y televisión. Un personaje trascendente en los
pininos de lo que será una industria importantísima.
Una imagen delirante de "¡Qué viva México!"
Se filma en México la inconclusa ¡Qué viva México!, proyecto en cuatro episodios del soviético Sergei M. Eisenstein, que intentaría captar la esencia nacional en cuanto a tradiciones e idiosincrasias del mexicano. La cinta fue terminada muchos años después en versiones por otros realizadores aunque nunca se sabrá exactamente cuál hubiera sido el producto final por parte de su peculiar e inteligente realizador. Quedan, sin embargo, imágenes alucinantes que impactan.
1941
Hace ochenta años sucedieron varios hechos trascendentes para el cine nacional:
1) Se fundaron tres poderosas
compañías productoras que serían constantes en su producción con el paso de los
años: Filmex (Gregorio Walerstein y socios), Films Mundiales (Agustín J. Fink)
y Posa Films (Cantinflas y Jacques Gelman).
2) Debutó Emilio “Indio”
Fernández, con La isla de la pasión, poco exhibida, donde mostraba sus
afanes nacionalistas que serían mejor desarrollados en sus futuras películas.
3) Debutó Julio Bracho,
hombre de buen gusto, esteta con antecedentes teatrales, con ¡Ay, qué
tiempos, señor don Simón! Exaltación, con dosis de comicidad y crítica, a
los tiempos porfirianos. Lo que en Bustillo Oro era sentimentalismo, en Bracho
se tornaba crítica, sin restarle méritos al otro realizador. Fue la primera
película de la mencionada Films Mundiales.
4) Se filmó ¡Ay Jalisco,
no te rajes! de Joselito Rodríguez que se tornó éxito taquillero al nivel
de “Allá en el Rancho Grande” y colocó a su protagonista en el plano estelar.
Además, permitió el debut de Evita Muñoz “Chachita”, con apenas cinco años,
quien sería la niña más trascendente del cine nacional.
5) Se filmó Cuando los hijos
se van de Bustillo Oro, otro taquillazo inesperado donde se exaltó el valor
de la familia y el sacrificio filial. Nadie como su director para examinar lo
que era el núcleo social más importante, en su versión tradicional.
6) Se filmaron Ni sangre
ni arena de Alejandro Galindo y El gendarme desconocido de Miguel M.
Delgado, por la Posa Films, para que comenzara la carrera formal de Cantinflas.
Delgado sería su realizador de cabecera en el futuro, con pocas excepciones, ya que Galindo nunca se entendió con el protagonismo del cómico, pero le hizo una de sus mejores películas.
7) Se filmó Virgen de
medianoche por Alejandro Galindo, otra visión de cine de hampones a la
mexicana donde su realizador insistió en la temática de su ahora invisible
“Mientras México duerme” (1938) y que seguía los cánones impuestos por el cine
norteamericano. Se nombra a los Estados Unidos como “Gringolandia”.
8) Se filmó La gallina clueca de Fernando de Fuentes que fue otra incursión en el cine de familia y en la exaltación de la madre. En realidad no pasan grandes cosas, ni tampoco se inscribe la cinta en el melodrama. Al maestro De Fuentes le interesó construir el retrato de una mujer de tesón y temple, interpretada por Sara García, siempre regida por los grandes valores humanos y su labor entre los hijos, única razón y fin de sus esfuerzos.
Y se tuvieron otros casos interesantes que, de vez
en cuando, todavía exhiben por la televisión. Su mejor homenaje será su visión.
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