1971
En el
primer año del echeverrismo ocurrieron muchos cambios y entre ellos, los
cinematográficos. La ventaja de que el hermano del Presidente hubiera sido
actor (Rodolfo Landa) hizo que se le pusiera atención al cine mexicano (algo
que no se ha visto en la progresista Cuarta Transformación). Hubo cierta apertura
que eliminó algunas censuras previas, además de que siguieron debutando nuevos
realizadores. En 1970 habían sido quince y ahora serían once.
Nuevas temáticas o puntos de vista que, al menos, comenzaron un proceso de renovación que se tornaría irregular con el paso de los años. No obstante, varias de las producciones estatales tenían otras intenciones de estar al día en comparación con otras cinematografías. Hubo innovaciones técnicas, mejoras de los estudios Churubusco, pero como contraparte, muchos despilfarros, excesos, además de la inserción en la industria de vividores del erario.
Por otro lado, no se dejó de producir fuera del estado, y los veteranos realizadores continuaron con el apoyo de los productores privados. Esto permitió un equilibrio entre lo comercial y lo subsidiado. Luego vendría la restitución de los premios Ariel, pero en 1971 iniciaron las Muestras Internacionales de Cine que quisieron resucitar a la añorada Reseña de Acapulco.
a)
Entre los jóvenes realizadores
Fin de fiesta – Mauricio
Walerstein
Los días del amor –
Alberto Isaac
Cayó de la gloria el
diablo – José Estrada
El jardín de tía Isabel –
Felipe Cazals
Ángeles y querubines –
Rafael Corkidi
Vals sin fin – Rubén
Broido
Los cachorros – Jorge Fons
La verdadera vocación de
Magdalena – Hermosillo
Victoria – José Luis
Ibáñez
b) La producción de los experimentados
Tacos al carbón –
Alejandro Galindo
Mecánica Nacional – Luis Alcoriza
María – Tito Davison
Santo y el Águila Real –
Alfredo B. Crevenna
El increíble profesor Zovek
– René Cardona
Tonta tonta pero no tanto –
Fernando Cortés
Doña Macabra – Roberto Gavaldón
Tu camino y el mío – Chano
Urueta
Los hombres no lloran –
Raúl de Anda Jr.
La Martina – René Cardona
Jr.
Trío y cuarteto – Sergio Véjar
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