1919: CIEN AÑOS
A partir de 1916, cuando se filmó el primer largometraje de
ficción en la capital (La luz) y otro
en Yucatán (1810 ¡o los libertadores!),
se empezó a ver al cine como experimento pero más bien se quería que fuera
negocio. Solamente en 1917 se filmaron 14 largometrajes para luego bajar a 5 en
1918 y volver a subir a 12 en 1919, aunque no todas se estrenarían y, por lo
tanto, se perderían como la mayoría de las producciones silentes. En 1918 el
gran éxito fue Santa, pero en 1919 se
filmó, aunque se estrenó hasta el 11 de diciembre, ya a final de año, El automóvil gris, producida y dirigida
por Enrique Rosas con el apoyo de Joaquín Coss y Juan Canals de Homs,
directores artísticos y actores en la trama. La película fue en realidad una
serie en 12 episodios que luego, hacia 1933 sería sonorizada de manera muy
primitiva, dejándola en casi dos horas de duración, pero permitiendo su
preservación, quedando como documento de época y escaso ejemplo de lo que fue
nuestro cine mudo.
La cinta narra los robos y asesinatos perpetrados por la
famosa banda que utilizaba dicho auto como vehículo de transportación y escape.
Al ser capturados algunos de sus integrantes, se les mandó fusilar y este hecho
fue filmado para luego ser integrado a esta película incrementando por lo tanto
su valor documental. La famosa banda fue mencionada en Las abandonadas (Emilio Fernández, 1944) al hacer que el General
interpretado por Pedro Armendáriz fuera uno de los cabecillas (ya que según
rumores, el candidato presidencial Pablo González fue el jefe y cerebro de los
delincuentes en la banda real). La película fue taquillera pero su realizador
moriría prematuramente en 1920 (a los 45 años de edad), dejando una dinastía
que se haría productiva y legendaria en el cine sonoro (Producciones Rosas Priego),
quedando como uno de los padres del cine mexicano.
Las otras películas de 1919 fueron también estrenadas hasta
el siguiente año pero varias de ellas producidas, extrañamente, por la Defensa
Nacional para alabar los valores del país, no salieron a la luz pública. Destacaron
La llaga dirigida por Luis G. Peredo
con la intención de repetir el éxito de Santa
ya que estaba basada en otra novela de Federico Gamboa y la interpretaba
también Elena Sánchez Valenzuela. Una película exitosa fue Viaje redondo (José Manuel Ramos) que narraba las peripecias de un
ranchero en la gran capital para dar paso a lo que será un género exitosísimo
en el cine sonoro, o sea la comedia ranchera. En esta película debutaron dos
cómicos del teatro frívolo Leopoldo (Cuatezón) Beristáin quien solamente
filmaría otras cuatro películas en el cine sonoro, pero también alguien que
sería icónico hasta su muerte, o sea, Joaquín Pardavé. También hay que
mencionar que se filmó La banda del
automóvil (Ernesto Vollrath) para explotar el tema, aunque no tenía nada
que ver con la realidad que posteriormente emularía la producción de Rosas.
En 1919 comenzaron algunas acciones incipientes de censura
promovidas por el propio presidente Carranza en cuanto a las imágenes denigrantes
que las producciones norteamericanas mostraban de México. Igualmente se empezó
a regular la exhibición estableciendo impuestos a las salas cinematográficas.
La producción nacional era escasa pero el cinematógrafo ya había prendido a
muchos espectadores con el exceso de cine extranjero. Ya habían comentarios y críticas entre quienes veían otra
expresión artística a lo que inició como un juguete científico propio de
finales del siglo XIX. Ahora nos inundan títulos y hay más películas que tiempo
disponible para disfrutarlas.
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