LLEGA JAIME HUMBERTO HERMOSILLO
En los años setenta se pone de moda el
cine de ficheras que continuará con variantes hasta la siguiente década. Ya no
es la prostituta discreta que sufría en silencio sus vejaciones o los azares
del Destino en los melodramas de dos décadas atrás. Ahora son mujeres felices,
descaradas, abiertas al placer y al goce sexual: a ganarse el pan con su
cuerpo. Y como añadidura, el ambiente cabaretil tiene entre sus habitantes al
homosexual en sus diversas variantes. Ya sean parejas (Las del talón), meseros (Bellas
de noche entre infinidad de ejemplos) y el mismito diablo (La pulquería 2).
Rafael Inclán como el Ayates y Alfonso Zayas como el Diablo
en "La pulquería 2" llegan a ser pareja
En esos mismos años setenta aparece
Jaime Humberto Hermosillo en el cine industrial. Iniciando con La verdadera vocación de Magdalena y El señor de Osanto, su tercera película
dará inicio a una serie de cintas donde tratará a la homosexualidad con otro
punto de vista. Ya no es la sordidez (Fin
de fiesta, Walerstein, 1971) donde una madre mata al amante de su
respetable hijo abogado, por ejemplo. Ya no son las amaneradas ni las locas
desatadas.
Sara García es la madre escandalizada
que llega a matar al amante de su hijo,
el prestigioso José Gálvez, para cuidar
su reputación
El
cumpleaños del perro (1974) muestra a un joven y atractivo profesor de
educación física que mata a su esposa para refugiarse en la casa de su padrino,
sastre maduro, cuya obesa esposa quiere denunciar al joven. El sastre, a su
vez, la elimina para escapar junto con su ahijado ¿hacia el paraíso? Todo es
ambiguo porque nunca hay nada explícito. El padrino expresa que el joven es
como el hijo que nunca tuvo, pero el homoerotismo está en el ambiente.
Héctor Bonilla es el objeto del deseo de su padrino
El padrino (Jorge Martínez de Hoyos) se emborracha
en una reunión que tiene con su ahijado:
es el preámbulo para que se desborden las pasiones
Matinée
(1976) parte de la amistad de dos niños. El padre de uno de ellos llevará
en su camión una mudanza al Distrito Federal. El otro escapará de casa y su
amigo lo esconderá en el camión. Hay un asalto, matan al padre y los maleantes
se llevan a los pequeños como rehenes. Los dos cabecillas de la banda son
amantes, ex presidiarios que iniciaron su relación en la cárcel. Los niños se
convierten en sus sirvientes, más que nada por la inocencia y el sentido de
aventura que por otra cosa. Se planea el asalto a la Basílica de Guadalupe que
pondrá en juego las pasiones y terminará con la muerte de los amantes. No hay
exageraciones: son personajes masculinos, sin amaneramientos ni actitudes
estereotipadas.
Héctor Bonilla y Manuel Ojeda forman la pareja
homosexual que se conoció en la cárcel
y ahora intentan asaltar la Basílica de Guadalupe
Las
apariencias engañan (1977) viene a ser una provocación de Hermosillo al
presentar al personaje hermafrodita (que bien podría ser transexual) con la
idea de subrayar la ambigüedad y la naturaleza dual masculina. Un actor es
contratado por un amigo para hacerse pasar como el hijo perdido de un anciano
enfermo en Aguascalientes. La idea es que este hombre permita el matrimonio de
su sobrina con el amigo, quien lo cuida, y a la cual no deja casar. En realidad
la sobrina es el hijo, ahora transformado en mujer. El actor se siente atraído
por la mujer. En esta cinta, el personaje del amigo besa al actor ante su
rechazo, pero declara con orgullo su homosexualidad. Al final, la sobrina se
casa con el actor, al cual somete analmente. Aguascalientes se muestra con
puerto como divertimento privado. Es lo que pasa con esta cinta que le habla al
público de otras formas de vida, de oscuridades en las vidas de las personas,
de otras caras de la felicidad.
Una película excesiva que habla de la ambigüedad en el ser humano,
pero declara abiertamente la homosexualidad. Isela Vega
puede ser hermafrodita o un transexual.
Gonzalo Vega se enamora de la mujer pero se deja
poseer por el hombre: encuentra la felicidad
En ese mismo año se filma una de las
obras soberbias que presenta al personaje homosexual en el cine mexicano El lugar sin límites.
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