OLIVIA DE HAVILLAND CUMPLE 1OO AÑOS
Este próximo
viernes 1° de julio, la actriz Olivia de Havilland, nacida en Tokio, llegará a
su centenario, viva, en su casa de París. De una belleza extraña, poco
convencional, además de poseer un gran talento, fue descubierta por el
austriaco Max Reinhardt, gran innovador teatral, para que apareciera en su
única cinta norteamericana (codirigida por William Dieterle) basada en Shakespeare
Sueño de una noche de verano, en
1935. Por tal motivo, la Warner Bros. le extendió un contrato como exclusiva
por siete años y comenzó a aparecer en cintas que se tornaron clásicas. Al lado
de Errol Flynn llegó a filmar ocho películas siendo la primera Capitán Sangre (1935) pasando por Las aventuras de Robin Hood (1938). En
1939 apareció como Melanie Hamilton en Lo
que el viento se llevó y logró un papel extraordinario. De hecho, es la
única persona del reparto que permanece con vida cuando se escriben estas
notas.
Luego de este rol,
donde fue “prestada” a la MGM, se tornó más exigente. Se negó a aparecer en
algunos roles que le ofrecían por lo que fue suspendida de su contrato que
terminaría en 1942. Cuando esto sucedió, la Warner le exigió que continuara
hasta que “cubriera” los meses en que no había trabajado. De Havilland se enojó
y llevó el caso a la corte donde tuvo un gran triunfo trascendente. A partir de
ese instante, los estudios ya no podrían manejar a sus estrellas como desearan.
Este caso la convirtió en ser todavía más querido por la comunidad artística de
Hollywood. Libre, De Havilland pasó a la Paramount donde le ofrecieron Lágrimas de una madre (To Each His Own,
Leisen, 1946) que la llevó a ganar el premio Óscar como mejor actriz.
Luego, vuelta a “prestar” a la Fox interpretó otro rol memorable en Nido de víboras (The Snake Pit, Litvak,
1948) y retornar a su estudio original para aparecer en La heredera (The Heiress, Wyler, 1949) que
le daría un segundo reconocimiento como mejor actriz y nuevamente en la Fox Mi prima Raquel (My Cousin Rachel, Koster,
1950).
A
partir de entonces su carrera se volvió intermitente. Casada con un francés se
mudó a París para filmar ocasionalmente. Melodramas intensos como No serás un extraño (1955) o La luz en la plaza (1962). En 1964 entró
al género de terror que explotaba a las bellezas de antaño como mujeres maduras
en roles extremos: Diez horas de terror
donde, atrapada en un elevador, debía soportar las torturas de un grupo de
jóvenes ladrones o como sustituta de Joan Crawford en Cálmate dulce Carlota donde era la prima malvada de Bette Davis.
Siguió actuando tanto en cine como televisión pero en roles mucho menores
(papeles especiales) en cintas de desastres como Aeropuerto 1977 o superproducciones escandalosas Los aventureros.
Olivia
de Havilland volvió a Hollywood en 2003 para presentar a los ganadores
sobrevivientes en la 75ª. Entrega Anual de los Óscares. Luego grabó un vídeo
para la edición conmemorativa en DVD de Lo
que el viento se llevó. Vive retirada ya sin dar entrevistas, pero su
presencia fílmica quedará mientras existan este mundo y sus películas. Tributo
merecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario