EL BESO DE
ULTRATUMBA
1962. Dir.
Carlos Toussaint.
Emilio (Sergio Jurado) ha dejado el
periodismo para tornarse novelista. A cambio se ha quedado sin dinero y busca
la manera de encontrar a una mujer rica para casarse con ella. En una visita al
Dr. Mariscal (Manuel Dondé), quien fuera amigo de sus padres y por lo tanto
vive prestándole dinero, conoce a la nueva secretaria Laura (Ana Bertha Lepe),
recién salida del internado donde ha estado toda su vida. Platicando, se entera
que es hija de un industrial acaudalado. Inmediatamente se lanza a la conquista
y a presionarla para hacerla su mujer.
Lo logra con la bendición de su padre Miguel del Castillo
(Enrique García Álvarez) y el hermano (Mario Cid) de la muchacha. Antes de
salir de luna de miel, don Miguel le entrega un valioso collar a Laura y diez
mil dólares más un pasaje a Europa para su hijo que saldrá a estudiar. Durante
la luna de miel, le llaman a Emilio para informarle que don Miguel se ha
suicidado.
Al volver a México, se enteran que don
Miguel estaba arruinado. Había dejado un seguro de vida para Laura. Emilio
deja, entonces, de fingir. Le echa la verdad en su cara a la mujer, sumisa,
sola, sin dinero. Vende la casa que habían comprado y el hombre remata el
collar de Laura.
Se la lleva entonces a su casa de infancia en un lejano
pueblo. Laura se encuentra con un lugar prácticamente en ruinas, con ratas y
otros insectos. Aparte no hay electricidad. Bien preparada para las labores
femeninas, comienza a arreglar la casa. Emilio empieza a asustarla y a
acosarla.
La mujer aguanta silenciosamente. Emilio la fuerza a que,
enferma, vaya a sacar agua del pozo en plena lluvia. Laura muere de pulmonía en
el preciso momento que Emilio le pide que lo bese. Emilio va en busca del
médico (Roberto Araya) y el cura (Guillermo Álvarez Bianchi) pero al llegar la
mujer no se encuentra en la cama. Emilio les asegura que ya estaba muerta y
comienza a gritar. Los hombres se van con la sospecha de que algo turbio ha
sucedido.
Emilio queda solo y busca en la casa: oye
ruidos y sube a la buhardilla para luego bajar y encontrar que se está
calentando café sobre la estufa. Escucha que Laura le llama. Recorre la casa,
abre una puerta cerrada con llave para luego hallarla nuevamente cerrada. Se
encuentra con un vagabundo (Enrique Lucero) quien le pide que agradezca a la
señora por el café que le dio y le dice que ahí está, en la cocina. Emilio vuelve a entrar, se sienta en la sala y es
entonces, aterrorizado, ve a Laura bajar por unas escaleras, acercársele y
decirle vengo a darte el beso que me
pediste.
Al día siguiente llega el médico con la autoridad del
pueblo (Carlos Suárez): encuentran a Laura muerta en la cama y a Emilio colgado en la
buhardilla.
Carlos Suárez (comisario) sería el escudero de El Santo
en muchas de sus cintas. Roberto Araya (médico)
hizo más telenovelas que cine
El
beso de ultratumba fue otra incursión en el género del terror. En este caso
viene a ser la consecuencia de un crimen perpetrado por la codicia insatisfecha
de un hombre bastante cínico que cuenta a sus amigos que toda la vida he estado buscando una mujer rica con la cual casarme y si
además es joven y guapa, pues mejor. Al enterarse que el supuesto padre
millonario de la chica había tenido un revés de fortuna, lanza su frustración
hacia la esposa, expresándole directamente la verdad de su malestar, abusando
de la soledad y de la sumisión de quien había sido hija de familia, educada por
monjas y viviendo en internados.
Una tarántula sube sobre la espalda de Laura
Entonces, la película no entra de lleno
al ámbito sobrenatural. Se narra un acoso y una mala intención: tratar de
volver loca a la mujer, si acaso, para después matarla indirectamente, y de esa
manera acceder al dinero de un seguro de vida. La cinta tiene dos partes: la
urbana, donde el vividor aspirante a “gran escritor”, es un parásito social
hasta que encuentra a la posible solución de sus ambiciones; luego viene la
rural, cuando el hombre lleva a la mujer a vivir a su casa natal, en un pueblo
donde están las ruinas, las faltas de comodidades, el descenso hacia el
infierno para la mujer. Aquí es donde la película ofrece atmósferas propicias
para el miedo: una persona que aparece de repente (el vagabundo que usaba el
lugar abandonado como vivienda y quien pide comida a Laura), los bichos (ratas
o una tarántula, por ejemplo), los ruidos de la noche (el viento, la lluvia).
De todos modos, Emilio tiene sentimientos ambivalentes ya
que su mujer le provoca deseos sexuales. Primero la amenaza de manera terrible
para inmediatamente cambiar y besarla apasionadamente. Al sopesar sus
ambiciones contra sus deseos, ganan los primeros. Cuando Laura está muriendo
puede sentirse un aire de compasión que luego es sometido: Emilio la contempla
morir y sale de la recámara para fumar.
Es una de las cualidades de la
película: esta atmósfera de soledad y aislamiento. Una casa con pozo en el
patio, puerta principal desvencijada, vigas tiradas, buhardilla repleta de
desperdicios. El personaje del vagabundo, sucio y oscuro, incrementa el humor
fantástico. Todo se interrumpe temporalmente con la llegada de tres viejas,
amigas de los padres de Emilio, que dan idea de vida en el pueblo cercano (interpretadas
por Magda Donato, Lupe Carriles y Tamara Garina) y que sirven para que el
hombre les comente que su mujer muestra indicios de locura. Más tarde, el
sacerdote, el médico y la autoridad, darán este mismo acercamiento a la
civilización, aunque todo habrá sido consumado.
Ana Bertha Lepe mira a las tres enlutadas del pueblo:
Lupe Carriles, Magda Donato y Tamara Garina
Octava película (de diez que filmarían
entre 1959 y 1963) de Producciones Delta, firma impulsada por los periodistas
Alberto Ramírez de Aguilar (1928 – 1970) y Carlos Ravelo Galindo (1929), donde
eran argumentistas y guionistas (excepto en tres de ellas) y donde utilizaron
los servicios de los directores Zacarías Gómez Urquiza y Carlos Toussaint (que
se encuentran considerados como impersonales, aunque cada uno de ellos cuenta
con títulos de interés), y en las últimas dos producciones ya realizadas como
mera continuidad mercantil (no fueron argumentistas) para terminar con su
compañía fílmica. Al ser reporteros de policía, los productores-periodistas
dedicaron sus primeras películas a temas sobre crímenes o robos, usualmente
situados en la urbe. Alberto Ramírez de Aguilar publicó tres novelas en vida
que adaptó de sus experiencias en los casos criminales que le tocó investigar: una de ellas fue Los falsos héroes.
Es de suponer que este beso fantasmal sea una adaptación de algún caso
particular al cual se aplicaron los elementos fantásticos.
Carlos Toussaint (1901 - 1975) fue escenógrafo,
sindicalista y director cinematográfico.
El beso de
ultratumba no es una gran película pero fue hecha en una etapa donde la tendencia del cine nacional
hacia la explotación del terror fue evidente (La cabeza viviente, El barón del terror, Espiritismo, entre muchas otras desde antes y después). Fueron los años en que se desarrollarían a
personajes fantásticos y el propio héroe de las luchas libres se enfrentaría
contra zombis, mujeres vampiro o marcianos. Poco antes las tramas con sesiones
espíritas hablarían de fantasmas. También hay que reconocer los tiempos y
momentos: durante su estreno, atmósferas y situaciones que ahora nos parecen
ingenuas y sin mayor suspenso, pero que provocaban gritos y emociones diversas entre los
espectadores, como le tocó a quien esto escribe.
ADDENDUM
Las
películas de Producciones Delta, S.A., con año de producción y directores
correspondientes.
1959 –
Siguiendo pistas – Zacarías Gómez Urquiza
1960 – En
busca de la muerte – Zacarías Gómez Urquiza
1960 – La
noche del jueves – Zacarías Gómez Urquiza
1961 – El
fusilamiento – Carlos Toussaint
*1961 – Me
dicen el consentido – Carlos Toussaint
1961 – Los
falsos héroes – Carlos Toussaint
1961 –
Este amor sí es amor – Carlos Toussaint
1962 – El
beso de ultratumba – Carlos Toussaint
*1962 –
Furia en el edén – Mauricio de la Serna
*1963 –
Alazán y enamorado – Gilberto Martínez Solares
Nota- Agradezco a Fernando Gaona la excelente copia completa
de esta película.
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