domingo, 8 de noviembre de 2015

UN BESO DESDE EL MÁS ALLÁ


EL BESO DE ULTRATUMBA
1962. Dir. Carlos Toussaint.
 


         Emilio (Sergio Jurado) ha dejado el periodismo para tornarse novelista. A cambio se ha quedado sin dinero y busca la manera de encontrar a una mujer rica para casarse con ella. En una visita al Dr. Mariscal (Manuel Dondé), quien fuera amigo de sus padres y por lo tanto vive prestándole dinero, conoce a la nueva secretaria Laura (Ana Bertha Lepe), recién salida del internado donde ha estado toda su vida. Platicando, se entera que es hija de un industrial acaudalado. Inmediatamente se lanza a la conquista y a presionarla para hacerla su mujer.



 
Lo logra con la bendición de su padre Miguel del Castillo (Enrique García Álvarez) y el hermano (Mario Cid) de la muchacha. Antes de salir de luna de miel, don Miguel le entrega un valioso collar a Laura y diez mil dólares más un pasaje a Europa para su hijo que saldrá a estudiar. Durante la luna de miel, le llaman a Emilio para informarle que don Miguel se ha suicidado.




         Al volver a México, se enteran que don Miguel estaba arruinado. Había dejado un seguro de vida para Laura. Emilio deja, entonces, de fingir. Le echa la verdad en su cara a la mujer, sumisa, sola, sin dinero. Vende la casa que habían comprado y el hombre remata el collar de Laura.

 
Se la lleva entonces a su casa de infancia en un lejano pueblo. Laura se encuentra con un lugar prácticamente en ruinas, con ratas y otros insectos. Aparte no hay electricidad. Bien preparada para las labores femeninas, comienza a arreglar la casa. Emilio empieza a asustarla y a acosarla.

 
 

La mujer aguanta silenciosamente. Emilio la fuerza a que, enferma, vaya a sacar agua del pozo en plena lluvia. Laura muere de pulmonía en el preciso momento que Emilio le pide que lo bese. Emilio va en busca del médico (Roberto Araya) y el cura (Guillermo Álvarez Bianchi) pero al llegar la mujer no se encuentra en la cama. Emilio les asegura que ya estaba muerta y comienza a gritar. Los hombres se van con la sospecha de que algo turbio ha sucedido.

 
         Emilio queda solo y busca en la casa: oye ruidos y sube a la buhardilla para luego bajar y encontrar que se está calentando café sobre la estufa. Escucha que Laura le llama. Recorre la casa, abre una puerta cerrada con llave para luego hallarla nuevamente cerrada. Se encuentra con un vagabundo (Enrique Lucero) quien le pide que agradezca a la señora por el café que le dio y le dice que ahí está, en la cocina. Emilio vuelve a entrar, se sienta en la sala y es entonces, aterrorizado, ve a Laura bajar por unas escaleras, acercársele y decirle vengo a darte el beso que me pediste.




Al día siguiente llega el médico con la autoridad del pueblo (Carlos Suárez): encuentran a Laura muerta en la cama y a Emilio colgado en la buhardilla.



Carlos Suárez (comisario) sería el escudero de El Santo
en muchas de sus cintas. Roberto Araya (médico)
hizo más telenovelas que cine
 
         El beso de ultratumba fue otra incursión en el género del terror. En este caso viene a ser la consecuencia de un crimen perpetrado por la codicia insatisfecha de un hombre bastante cínico que cuenta a sus amigos que toda la vida he estado buscando una mujer rica con la cual casarme y si además es joven y guapa, pues mejor. Al enterarse que el supuesto padre millonario de la chica había tenido un revés de fortuna, lanza su frustración hacia la esposa, expresándole directamente la verdad de su malestar, abusando de la soledad y de la sumisión de quien había sido hija de familia, educada por monjas y viviendo en internados.



Una tarántula sube sobre la espalda de Laura
 
         Entonces, la película no entra de lleno al ámbito sobrenatural. Se narra un acoso y una mala intención: tratar de volver loca a la mujer, si acaso, para después matarla indirectamente, y de esa manera acceder al dinero de un seguro de vida. La cinta tiene dos partes: la urbana, donde el vividor aspirante a “gran escritor”, es un parásito social hasta que encuentra a la posible solución de sus ambiciones; luego viene la rural, cuando el hombre lleva a la mujer a vivir a su casa natal, en un pueblo donde están las ruinas, las faltas de comodidades, el descenso hacia el infierno para la mujer. Aquí es donde la película ofrece atmósferas propicias para el miedo: una persona que aparece de repente (el vagabundo que usaba el lugar abandonado como vivienda y quien pide comida a Laura), los bichos (ratas o una tarántula, por ejemplo), los ruidos de la noche (el viento, la lluvia).

 


De todos modos, Emilio tiene sentimientos ambivalentes ya que su mujer le provoca deseos sexuales. Primero la amenaza de manera terrible para inmediatamente cambiar y besarla apasionadamente. Al sopesar sus ambiciones contra sus deseos, ganan los primeros. Cuando Laura está muriendo puede sentirse un aire de compasión que luego es sometido: Emilio la contempla morir y sale de la recámara para fumar.
 


         Es una de las cualidades de la película: esta atmósfera de soledad y aislamiento. Una casa con pozo en el patio, puerta principal desvencijada, vigas tiradas, buhardilla repleta de desperdicios. El personaje del vagabundo, sucio y oscuro, incrementa el humor fantástico. Todo se interrumpe temporalmente con la llegada de tres viejas, amigas de los padres de Emilio, que dan idea de vida en el pueblo cercano (interpretadas por Magda Donato, Lupe Carriles y Tamara Garina) y que sirven para que el hombre les comente que su mujer muestra indicios de locura. Más tarde, el sacerdote, el médico y la autoridad, darán este mismo acercamiento a la civilización, aunque todo habrá sido consumado.



Ana Bertha Lepe mira a las tres enlutadas del pueblo:
Lupe Carriles, Magda Donato y Tamara Garina
 
         Octava película (de diez que filmarían entre 1959 y 1963) de Producciones Delta, firma impulsada por los periodistas Alberto Ramírez de Aguilar (1928 – 1970) y Carlos Ravelo Galindo (1929), donde eran argumentistas y guionistas (excepto en tres de ellas) y donde utilizaron los servicios de los directores Zacarías Gómez Urquiza y Carlos Toussaint (que se encuentran considerados como impersonales, aunque cada uno de ellos cuenta con títulos de interés), y en las últimas dos producciones ya realizadas como mera continuidad mercantil (no fueron argumentistas) para terminar con su compañía fílmica. Al ser reporteros de policía, los productores-periodistas dedicaron sus primeras películas a temas sobre crímenes o robos, usualmente situados en la urbe. Alberto Ramírez de Aguilar publicó tres novelas en vida que adaptó de sus experiencias en los casos criminales que le tocó investigar: una de ellas fue Los falsos héroes.
 
 
Es de suponer que este beso fantasmal sea una adaptación de algún caso particular al cual se aplicaron los elementos fantásticos.



Carlos Toussaint (1901 - 1975) fue escenógrafo,
sindicalista y director cinematográfico.
 
El beso de ultratumba no es una gran película pero fue hecha en una etapa donde la tendencia del cine nacional hacia la explotación del terror fue evidente (La cabeza viviente, El barón del terror, Espiritismo, entre muchas otras desde antes y después). Fueron los años en que se desarrollarían a personajes fantásticos y el propio héroe de las luchas libres se enfrentaría contra zombis, mujeres vampiro o marcianos. Poco antes las tramas con sesiones espíritas hablarían de fantasmas. También hay que reconocer los tiempos y momentos: durante su estreno, atmósferas y situaciones que ahora nos parecen ingenuas y sin mayor suspenso, pero que provocaban gritos y emociones diversas entre los espectadores, como le tocó a quien esto escribe.

 

ADDENDUM

Las películas de Producciones Delta, S.A., con año de producción y directores correspondientes.


1959 – Siguiendo pistas – Zacarías Gómez Urquiza
1960 – En busca de la muerte – Zacarías Gómez Urquiza
1960 – La noche del jueves – Zacarías Gómez Urquiza
1961 – El fusilamiento – Carlos Toussaint
*1961 – Me dicen el consentido – Carlos Toussaint
1961 – Los falsos héroes – Carlos Toussaint
1961 – Este amor sí es amor – Carlos Toussaint
1962 – El beso de ultratumba – Carlos Toussaint
*1962 – Furia en el edén – Mauricio de la Serna
*1963 – Alazán y enamorado – Gilberto Martínez Solares

 *no tuvieron argumentos ni guiones de los productores.
 
Nota- Agradezco a Fernando Gaona la excelente copia completa
de esta película.

 

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