2018. Dir. Claire Denis.
Monte (Robert Pattinson, terrenal, excepcional, maduro) vive
solitario junto con su pequeña hija Willow, con apenas meses de edad, en una nave
espacial que se dirige hacia el límite de un agujero negro, más allá del
sistema solar. La misión es intentar el paso de una corriente de energía que pueda ayudar
a la subsistencia de la Tierra. Han pasado años que significan décadas en
nuestro planeta. Monte recibe imágenes a través del vídeo que tal vez
ocurrieron muchísimos años atrás. No obstante, Monte tuvo otros compañeros de
viaje que han perecido. Otro detalle es que la tripulación estaba conformada
por prisioneros, algunos de ellos condenados a muerte, quienes han aceptado la
permuta del término de su vida por una extensión a su existencia en el espacio.
Monte y Willow pequeña
Monte y Willow adolescente,
rumbo a su destino
A través de adelantos y retrocesos en el tiempo, la cinta va
narrando la convivencia de estos condenados que tienen claro en sus conciencias que no habrá
vuelta atrás y que esta condición de vida es, al menos, mejor que perderla,
aunque ello puede suceder en cualquier momento. El personaje central, luego de
Monte, es la Dra. Dibs (Juliette Binoche) quien experimenta con la esperma de
los hombres, a los cuales premia con droga, que luego inyecta entre las mujeres,
sedadas y contra su voluntad, con la intención de crear fetos que sean fuertes
y perdurables en un medio difícil, contaminado por radiaciones. Dibs viene a
ser una Medea del espacio: en la Tierra ha asesinado a sus tres hijos y al
marido: tal parece que sus intentos de procreación se deban a una forma de
expiación.
Una Medea del espacio:
la infalible Juliette Binoche
Por otro lado está el deseo. Imposible cancelarlo entre
personas relativamente jóvenes que da lugar a una violencia que se desata. Monte
no se ha prestado al chantaje de la esperma a cambio de recompensa ya que ha
preferido conservar sus fluidos consigo mismo. Sin embargo, Dibs sabe que es el
único personaje fuerte para experimentar. Es extraño que se manifieste el deseo
sexual en las cintas de ciencia ficción (uno recuerda a “Prometeo” (2012,
Ridley Scott) donde la directora de la misión espacial Charlize Theron da a
entender su atracción y consecuente intimidad con el personaje de Idris Elba,
aprovechando la soledad en que se encuentran.
Los convictos con su condena
Un hombre que tiene fe y prefiere
vivir en el huerto artificial
La soledad y
la tristeza se hacen presentes inevitablemente: por un lado hay quienes
mantienen la fe y la confianza en la humanidad: otros solamente están, sin
mayores esperanzas que continuar respirando hasta el último segundo. Denis nos muestra
el vacío terrible que circunda el espacio: no hay nada alrededor. No hay
escapatoria. Ella misma cuenta en una entrevista que la génesis del argumento,
al cual le dedicó quince años antes de poder producirlo, fue el comentario de
que los prisioneros cuestan mucho al erario público. Con esta base se lanzó a
escribir el argumento y hasta tuvo asesoría de astrofísicos entre otros científicos para estar dentro de teorías y precisiones.
Dibs busca la esperma del más fuerte
A Robert Pattinson se le perdona
la frivolidad de la saga "Crepúsculo".
En esta cinta demuestra su talento
Una
narración plena de elipsis y secuencias aisladas en tiempo y espacio que pueden
irse conjuntando y asimilando en la mente del espectador para darle una
coherencia impecable. De antemano sabemos que no hay vuelta atrás: lo que
importa es el sentido humanizador. Es la metáfora del hoyo negro que viene a
equipararse con la conciencia de alcanzar el paraíso: equilibrar cuerpo y alma,
sacrificarse al lado del ser querido, llegar a la finitud.
Pattinson y la directora Claire Denis
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