UNA ACTRIZ Y UNA SANTA
por Roberto Villarreal
Sepúlveda.
Bernadette (The Song
of Bernadette, 1943, Henry King) fue la tercera cinta norteamericana más
taquillera de su año: uno de los grandísimos éxitos de la Fox. La cinta narra
las experiencias místicas de una jovencita francesa a la cual se le apareció la
Virgen María en el pueblo de Lourdes, en 1858. Bernadette Soubirous (1844 – 1879) experimentó desde la
incredulidad absoluta de pueblo y autoridades hasta la más completa reverencia,
sobre todo luego del surgimiento de un manantial, en el lugar donde sucedieron
las apariciones, a cuya agua se le adjudicaron poderes milagrosos. En el siglo
XX sería canonizada y su cuerpo permanece incorrupto en la ciudad de Nevers.
La cinta marcó el debut oficial y estelar de la actriz Jennifer Jones (1919 – 2009) en el rol
principal, ya que había aparecido previamente, con su nombre original, o sea
Phylis Isley, en dos producciones menores con papeles pequeños (Nueva frontera y Nuevas aventuras de Dick Tracy, ambas en 1939 para Republic
Pictures, unos estudios especializados en películas de bajo presupuesto, sobre
todo cintas del oeste que explotaban la popularidad de John Wayne).
Decepcionada porque no alcanzaba a destacar en Hollywood, la actriz retornó a
Nueva York donde había logrado algunos triunfos en la escena y por la radio. En
estos años se casó, tuvo dos hijos y luego volvió a intentar el triunfo en
Hollywood.
David O. Selznick y Jennifer Jones con su hija Mary
quien se suicidaría en 1976.
Al buscar el rol de Claudia
(Goulding, 1943), basada en una exitosa obra teatral, conoció al productor
David O. Selznick, quien la colocó bajo contrato al mismo tiempo que se enamoró
perdidamente de ella. La influencia y poder enorme de Selznick contribuyeron a
que obtuviera el rol de Bernadette y
a que ganara el año siguiente el Óscar como mejor actriz para iniciar una
carrera que, curiosamente, no sería prolífica (24 títulos en un lapso de 30
años) si se le compara con otras actrices de su generación. No fueron muchas películas
pero varias de ellas se tornaron en clásicos entrañables.
Gregory Pack y Jennifer Jones durante el rodaje
de "Duelo al sol", una cinta del oeste plena de
erotismo, ejemplo del amor loco...
Bernadette es la
típica biografía fílmica que establece antecedentes para dar marco al hecho
principal en la vida del protagonista. En este caso particular, el director
Henry King, uno de los artesanos más eficaces y congruentes del cine norteamericano,
tuvo el tiempo adecuado (la cinta dura 156 minutos) para profundizar en los
diversos aspectos de la vida de la jovencita mística quien fuera prácticamente
sacrificada a la vida monjil en aras de mantener su experiencia mística: esta
es una de las audacias que se permite la cinta. Aparte de contar con una
actuación contenida e inocente de la Jones, su elenco fue excelente (Vincent
Price, Charles Bickford, Gladys Cooper, Anne Revere; además, la Virgen fue
interpretada, sin crédito en reparto, por la bella Linda Darnell, quien sería
otra actriz importante para la Fox).
Jennifer Jones con William Holden
en uno de los melodramas más entrañables
en la historia del cine norteamericano
"Angustia de un querer"
Jennifer Jones participaría
en roles que la colocarían en el gusto del público además de mostrar su versatilidad.
El drama psicológico en Cartas a mi amada
(Dieterle, 1945), la comedia en El
pecado de Cluny Brown (Lubitsch, 1946), el erotismo audaz en Duelo al sol (Vidor, 1946), la fantasía
en El retrato de Jennie, (Dieterle, 1948),
la aventura en La burla del diablo (Huston,
1953) o el melodrama delirante en La
furia del deseo (Vidor, 1952) y Angustia
de un querer (King, 1955 cuya canción-tema se tornó exitosa mundialmente
como “El amor es una cosa esplendorosa”).
Jennifer Jones nació en marzo de 1919 por lo que este año se
tornó centenaria y había que recordarla en el que fue su rol más significativo.
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