BEVERLY GARLAND
(1926 - 2008)
Hoy cumpliría 90 años. Fue mi naciente amor
de niñez: la primera actriz que me emocionaba ver cada semana en su serie de
televisión Señuelo (Decoy, 1957 – 1959)
donde interpretaba a la detective Casey Jones que debía ir encubierta para
resolver situaciones criminales de alta peligrosidad. Antecedente de otras
mujeres desafiantes que luego veríamos en La
mujer policía (Angie Dickinson), Cagney
y Lacey (Sharon Gless y Tyne Daly) o la más reciente e inquebrantable Olivia Benson en La ley y el orden UVE (Mariska Hargitay), Garland se involucraba
como convicta en una prisión de mujeres o se infiltraba con pandillas que
negociaban armas ilegales; investigaba los casos de personas inocentes acusadas
de crímenes inauditos (en uno de los episodios, una mujer mataba a una persona,
sin saberlo, por medio de una extraña cámara fotográfica). Y como era usual en
esos años, fue dirigida por realizadores que luego entrarían al cine con éxito
como Michael Gordon (Problemas de alcoba)
o Stuart Rosenberg (La leyenda del
indomable). Beverly Garland fue la primera actriz que estelarizó una serie
dramática de televisión, con un rol de dama implacable. Por ello recibió honores y fue inducida dentro del
Salón de la Fama.
Ese fue mi acercamiento con Beverly Garland,
hasta que tiempo después, cuando fue sistematizando mi conocimiento del cine y
veía películas de ciencia ficción en el Autocinema Aloha o como rellenos de
programas doblas en las salas maravillosas de cincuentas y sesentas, me di
cuenta de sus antecedentes en el cine. Garland fue reina de la ciencia ficción
(Emisario de otro mundo, Curusú: bestia del Amazonas,El hombre caimán,El conquistador del mundo)y siguió
apareciendo en episodios de otras series importantes de esos tiempos (Dimensión desconocida, El show de Boris Karloff). Más adelante
en su carrera aparecería en cintas interesantes como Juventud Irresponsable (Noel Black,1968)o Ahora me toca a mí (Claudia Weill, 1980).
Beverly Garland mantuvo una carrera constante
en la televisión. Tuvo roles recurrentes en series que siguieron hasta casi el
final de su vida (El séptimo cielo fue
la última). Por haber aparecido en las cintas mencionadas, asistía a
convenciones de fanáticos del cine de terror y ciencia ficción. Junto con su
esposo administró dos hoteles que llevaban su nombre hasta que una larga
enfermedad terminó con su vida a los ochenta y dos años de edad. Tenía que
recordarla porque fue significativa para mi vida como, estoy seguro, lo fue
para otras personas que experimentaron aquellos años pioneros de la televisión.
Hoy cumpliría 90 años. Gracias por los buenos recuerdos.
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