EL DEMONIO Y
LA CARNE
(Flesh and the
Devil)
1926. Dir.
Clarence Brown.
La gran belleza de Greta Garbo
El demonio y la carne, también podría llamarse “El
demonio y la mujer”, ya que un pastor en la película le comenta a Leo (John
Gilbert) que el demonio utiliza la carne de una mujer para tentar al hombre. En
este caso, la mujer es Felícitas (Greta Garbo), frívola esposa de un aristócrata
que seduce a Leo y lo torna en su amante enloquecido al grado que provoca un
duelo donde el marido es muerto. El ejército lo envía, como castigo, al frente
en Asia por cinco años pero por su buen comportamiento solamente dura tres.
Antes de partir, Leo le pide a su mejor amigo, Ulrich (Lars Hanson), quien
desconoce la relación existente entre aquel y Felícitas, que la cuide y vele
por ella. Al retornar de su exilio, Leo se entera que Ulrich se ha casado con
su antigua amante.
Los audaces besos de la película: mujer fatal y víctima
Gran melodrama, como puede notarse, basado en una novela de Hermann
Sudermann llamada “Lo que fue” (Es war),
pero que al ser traducida al inglés se llamó “The Undying Past” (El pasado que no muere) donde se destacaba la
amistad entre los dos hombres, sin utilizar nobleza, mandando al retador hasta
Sudamérica, aunque el personaje de la inescrupulosa mujer era el eje a través
del cual las pasiones se movían. En la cinta, Felícitas es una mujer sensual,
frívola, que vive para el placer y finge un amor que en realidad no siente. Leo
se convierte en su juguete. Cuando retorna y la encuentra como esposa de su
mejor amigo, le comenta que no era posible soportar la soledad.
Felícitas se casa con el mejor amigo
de su amante (Lars Hanson)
Garbo filmó apenas su tercera película norteamericana (había
participado en cinco largometrajes y dos cortos en su natal Suecia), luego de El torrente (Monte Bell) y La tentadora (Fred Niblo) también
filmadas en 1926. Lo que hace destacable a El
demonio y la carne es que fue grandísimo éxito taquillero donde Garbo
aparece bellísima, seductora, por lo que se colocó en el favor del público. Fue
la cinta que la convirtió en estrella y que determinó que sus películas
terminaran usualmente con un final negativo para la protagonista, pagando sus
pecados o siendo víctima del destino.
Hanson, Garbo y Gilbert
durante la filmación de esta película
La película tiene una secuencia donde los besos entre Garbo y Gilbert
son bastante audaces para su tiempo. Gilbert reposa en el suelo recargado sobre
la chaisse longue de la mujer quien
le acaricia el cabello. Luego ella acerca su boca a la del hombre y lo besa
apasionadamente. En ese momento entra el marido de la mujer para dar pie a la
tragedia siguiente. A lo largo de la cinta se mostrará a Felícitas persiguiendo
sus fines, sin importarle su situación moral. De ahí que literalmente se torne
en demonio-mujer fatal. Al final, coloca a los viejos amigos frente a frente
para ejecutar otro duelo donde el arrepentido Leo va a dejarse matar por su
amado Ulrich. Felícitas recapacita en el último momento, corre a detenerlos,
debe cruzar un lago congelado para llegar con ellos, pero el frágil hielo se
rompe y la mujer queda atrapada en las heladas aguas. Ulrich comprende que su
amistad con Leo es más fuerte que una mujer descarada por lo que triunfa, llega
la reconciliación y el perdón.
La muerte de la femme fatale
en el agua helada
Quise destacar esta película porque en este mes se celebra el
nacimiento de Greta Garbo, pero además son 90 años de su llegada a Norteamérica
y su inicio en el camino de la fama gracias, precisamente, a El demonio y la carne. Con esta cinta,
el realizador Clarence Brown inició una serie de siete cintas en las cuales
dirigiría a Garbo (entre ellas su primera película sonora en 1930, Anna Christie). En sus propias palabras,
Greta Garbo poseía una mirada que hacía cualquier toma perfecta, lo mismo que
su rostro simétrico que podía fotografiarse desde cualquier ángulo sin
menoscabo de su belleza. Y es que, si uno ve películas silentes, se nota que no
todos los actores eran magnéticos, al grado de trascender a la imagen. Garbo
fue todo un fenómeno y hace 90 años comenzó su magia y su mito.
Clarence Brown (1890 - 1987) con sus estrellas
Garbo en su primera cinta sonora: "Anna Christie"
Greta Garbo (1905 - 1990) madura, con esos rasgos perfectos
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