sábado, 10 de septiembre de 2016

90 AÑOS DE MAGIA Y MITO


EL DEMONIO Y LA CARNE

(Flesh and the Devil)

1926. Dir. Clarence Brown.


La gran belleza de Greta Garbo



El demonio y la carne, también podría llamarse “El demonio y la mujer”, ya que un pastor en la película le comenta a Leo (John Gilbert) que el demonio utiliza la carne de una mujer para tentar al hombre. En este caso, la mujer es Felícitas (Greta Garbo), frívola esposa de un aristócrata que seduce a Leo y lo torna en su amante enloquecido al grado que provoca un duelo donde el marido es muerto. El ejército lo envía, como castigo, al frente en Asia por cinco años pero por su buen comportamiento solamente dura tres. Antes de partir, Leo le pide a su mejor amigo, Ulrich (Lars Hanson), quien desconoce la relación existente entre aquel y Felícitas, que la cuide y vele por ella. Al retornar de su exilio, Leo se entera que Ulrich se ha casado con su antigua amante.


Los audaces besos de la película: mujer fatal y víctima



Gran melodrama, como puede notarse, basado en una novela de Hermann Sudermann llamada “Lo que fue” (Es war), pero que al ser traducida al inglés se llamó “The Undying Past” (El pasado que no muere) donde se destacaba la amistad entre los dos hombres, sin utilizar nobleza, mandando al retador hasta Sudamérica, aunque el personaje de la inescrupulosa mujer era el eje a través del cual las pasiones se movían. En la cinta, Felícitas es una mujer sensual, frívola, que vive para el placer y finge un amor que en realidad no siente. Leo se convierte en su juguete. Cuando retorna y la encuentra como esposa de su mejor amigo, le comenta que no era posible soportar la soledad.


Felícitas se casa con el mejor amigo
de su amante (Lars Hanson)



Garbo filmó apenas su tercera película norteamericana (había participado en cinco largometrajes y dos cortos en su natal Suecia), luego de El torrente (Monte Bell) y La tentadora (Fred Niblo) también filmadas en 1926. Lo que hace destacable a El demonio y la carne es que fue grandísimo éxito taquillero donde Garbo aparece bellísima, seductora, por lo que se colocó en el favor del público. Fue la cinta que la convirtió en estrella y que determinó que sus películas terminaran usualmente con un final negativo para la protagonista, pagando sus pecados o siendo víctima del destino.


Hanson, Garbo y Gilbert
durante la filmación de esta película



La película tiene una secuencia donde los besos entre Garbo y Gilbert son bastante audaces para su tiempo. Gilbert reposa en el suelo recargado sobre la chaisse longue de la mujer quien le acaricia el cabello. Luego ella acerca su boca a la del hombre y lo besa apasionadamente. En ese momento entra el marido de la mujer para dar pie a la tragedia siguiente. A lo largo de la cinta se mostrará a Felícitas persiguiendo sus fines, sin importarle su situación moral. De ahí que literalmente se torne en demonio-mujer fatal. Al final, coloca a los viejos amigos frente a frente para ejecutar otro duelo donde el arrepentido Leo va a dejarse matar por su amado Ulrich. Felícitas recapacita en el último momento, corre a detenerlos, debe cruzar un lago congelado para llegar con ellos, pero el frágil hielo se rompe y la mujer queda atrapada en las heladas aguas. Ulrich comprende que su amistad con Leo es más fuerte que una mujer descarada por lo que triunfa, llega la reconciliación y el perdón.


La muerte de la femme fatale
en el agua helada


Quise destacar esta película porque en este mes se celebra el nacimiento de Greta Garbo, pero además son 90 años de su llegada a Norteamérica y su inicio en el camino de la fama gracias, precisamente, a El demonio y la carne. Con esta cinta, el realizador Clarence Brown inició una serie de siete cintas en las cuales dirigiría a Garbo (entre ellas su primera película sonora en 1930, Anna Christie). En sus propias palabras, Greta Garbo poseía una mirada que hacía cualquier toma perfecta, lo mismo que su rostro simétrico que podía fotografiarse desde cualquier ángulo sin menoscabo de su belleza. Y es que, si uno ve películas silentes, se nota que no todos los actores eran magnéticos, al grado de trascender a la imagen. Garbo fue todo un fenómeno y hace 90 años comenzó su magia y su mito.

Clarence Brown (1890 - 1987) con sus estrellas

Garbo en su primera cinta sonora: "Anna Christie"

Greta Garbo (1905 - 1990) madura, con esos rasgos perfectos

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