miércoles, 29 de abril de 2015

CORAZÓN ROTO

 PRISIONERA DE UN AMOR
(He Ran All the Way)
1951. Dir. John Berry.

La película se llamó "Yo amé a un asesino" en España.
Fue la última cinta de Garfield quien moriría al año siguiente

         John Garfield (1913 – 1952) fue un actor fuera de serie en el Hollywood clásico. Empezó en el Group Theatre por lo que su formación social e histriónica tuvo otros alcances al estar del lado de Clifford Odets o Elia Kazan, por nombrar a dos personajes, en el Broadway propositivo. Debido a la obra del mencionado Odets, Puños de oro (Golden Boy) llamó la atención de un cazatalentos de Hollywood y un contrato con la Warner Bros. donde debutó en Cuatro hijas (Four Daughters, Michael Curtiz, 1938), donde interpretaba a uno de los pretendientes de cuatro hermanas. El triunfo fue resonante. De pronto se convirtió en estrella absoluta contra cualquier pronóstico.

John Garfield falleció a los 39 años de edad.
No tenía la apariencia usual de un galán de cine, pero fue extraordinario
actor y su magnetismo era intelectual.

         Garfield era de estatura mediana (apenas 1.70 m), un poco regordete, sin poseer la belleza clásica masculina, pero la mirada era expresiva y tenía lo que se definía como “magnetismo animal” al grado que su desempeño en la intimidad dio lugar a muchas leyendas, incluyendo que había muerto mientras tenía relaciones sexuales (algo que no fue cierto). Su cuerpo era medianamente atlético y de ahí que el rol de boxeador estuviera entre sus mayores éxitos. No obstante, lo que importa es la fuerza de su personalidad. John Garfield atrapa desde el momento en que se presenta ante los ojos del espectador. Sus roles de personaje duro y rudo (un vagabundo en El cartero siempre llama dos veces; un violinista pobre en De amor también se muere; abogado corrupto en La fuerza del mal; boxeador sin sentido ético en Carne y espíritu, entre muchas más) tenían al intérprete ideal. Fue un antihéroe en épocas de galanura.

La primera imagen de la cinta lo muestra dormido,
inquieto, sugiriendo alguna pesadilla.


         Una carrera en cine que se extiende por 13 años (1938 – 1951) dejó una treintena de títulos. De ese rol secundario, como músico que pretende a una de cuatro hermanas, terminaría todo en 1951 con Prisionera de un amor (He Ran All the Way, John Berry), cinta perteneciente al género “negro” donde interpreta a un hombre de barrio bajo, mantenido por una madre que lo detesta, que cierto día es inducido al crimen: lo que sería un robo se torna en el asesinato de un policía.

La madre de Nick (Gladys George) lo detesta. Su comportamiento
da idea de una existencia terrible. A la policía le pide que lo maten.


         Al escapar, Nick (Garfield) llega a una alberca municipal donde guarda el botín con su ropa en uno de los casilleros mientras se mete al agua para esperar a que pase el tiempo. Accidentalmente se topa con Peggy (Shelley Winters) con la que primero se porta cortésmente para luego despreciarla cuando no quiere quedarse con él. Arrepentido, la busca al salir del lugar y ella accede a que lo acompañe a su casa, un departamento donde vive con su padre (Wallace Ford), su madre (Selena Royle) y su hermano pequeño (Robert Hyatt).

Wallace Ford, Selena Royle, Shelley Winters
cuando conocen al delincuente Garfield, sin imaginar
las consecuencias futuras.

Ahí Nick explota emocionalmente, sobre todo al enterarse que lo han identificado. Dividido entre el afecto que le brinda Peggy aunque llega el momento de la duda, tendrá que encaminarse a su destrucción.

Nick se entera que ha sido identificado. No le queda más
que buscar la escapatoria imposible.


         La película sigue las convenciones del género “negro” que en este caso la clasifica dentro de la tendencia social: El personaje viene de un hogar inexistente (su propia madre le aconseja a los policías que lo maten cuando lo encuentren), de un medio empobrecido ya que Nick no tiene trabajo, por lo que puede imaginarse que es iletrado o ha sufrido muchas decepciones. Es fácilmente influenciable por su compinche Al (Norman Lloyd) quien será acribillado durante el robo y no le queda más que seguir con su destino, siempre esperanzado aunque condenado.

Nick le pide a Peg que huyan juntos. Algo se ha roto entre ellos,
sobre todo con este metafórico cristal hecho pedazos.


         El realizador John Berry (1917 – 1999) fue de los cineastas que fueron víctimas de la cacería de brujas que emprendió el cínico senador Joe McCarthy desde finales de los años cincuenta acusado de comunista. Tuvo que huir a Francia donde realizó parte de su carrera. Garfield también fue sospechoso y es que, durante su vida, había pertenecido a grupos de izquierda, además de proteger a varios de los cineastas mencionados (aparte de Berry, Garfield fue dirigido por Abraham Polonsky y sus guiones fueron escritos por Hugo Butler o Dalton Trumbo, entre otros).

John Berry fue el menos prolífico de los directores
acusados de comunistas en la época de Truman.


         Podría decirse que este hecho: poner su carrera en peligro por la etiqueta como comunista, fue uno de los motivos que le rompieran, literalmente, el corazón.

IMÁGENES DE LA PELÍCULA

Nick se esconde en una alberca pública

Nick quiere recuperar a la familia
que nunca tuvo, pero ésta lo rechaza también

Nick cree que Peg lo ha traicionado
y la empuja a bajar por las escaleras

Acorralado por el padre de Peg,
se le cae la pistola y le pide a la muchacha
que se la entregue

Peg se da cuenta que si le entrega
la pistola le matará o matará a su padre
y mejor dispara

Nick en la calle, dándose cuenta
de que ha llegado al final del camino

Peg llora lo que fue la posibilidad
de un gran amor



         

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