HACE 100 AÑOS…
…se
filmaron solamente seis largometrajes, cifra que disminuía radicalmente la
experiencia previa de 15 y 12 títulos en los dos años previos. No se había
logrado crear una industria todavía, a pesar de los esfuerzos de la década
anterior. Imperaba el cine extranjero, situación que ha sido constante y
competitiva, con la excepción de la época de oro, durante la Segunda Guerra
Mundial. Por crónicas y documentos rescatados de publicaciones de antaño,
sabemos de las películas, sin que podamos, desgraciadamente, disfrutarlas en
imagen.
Ernesto García Cabral, Margarita Baer y Matilde Cires "Atavismo"
Es importante
destacar que se filmó “Atavismo” (estrenada en enero de 1924), dirigida por Gustavo
Sáenz de Sicilia (1885 – 1950), personaje importante en la evolución del cine
mexicano, quien así debutaba en la dirección cinematográfica, hecho que no volvería
a repetirse en la etapa sonora (aunque hablando de manera estricta, había
codirigido una cinta en 1922 y en 1936 filmaría un documental que no pudo ser
exhibido). Sicilia fue ingeniero, persona conservadora, procedente de familias
aristócratas, cuyas tendencias políticas apoyaron a Victoriano Huerta.
Posteriormente, trabajó en relaciones exteriores durante la presidencia de
Álvaro Obregón, pero sus ideas chocaron con las presidenciales, alejándose de
estos menesteres. Sería el fundador de la Compañía Productora de Películas Nacionales
que sería la que financiaría “Santa” (1931, Antonio Moreno) causando el inicio
formal del cine sonoro mexicano. “Atavismo” trataba el tema de las
consecuencias del alcoholismo. La mala vida de un dipsómano traía funestas realidades
en sus descendientes. El actor principal fue Ernesto García Cabral, popular
caricaturista y diseñador gráfico en tiempos posteriores
“Almas
tropicales”, filmada en marzo de 1923 en locaciones de Veracruz y Tamaulipas,
ya que su argumento narraba las aventuras de un capitán y su contramaestre cuando
su barco naufragaba y llegaban a las playas tropicales donde vivían tanto
aventuras de supervivencia como amorosas. Fue escrita, actuada y codirigida por
Manuel R, Ojeda y Miguel Contreras Torres, quienes seguirían filmando en la
etapa sonora, aunque Ojeda con menos títulos que el enérgico y audaz Contreras.
El mismo
Contreras Torres aprovechó el ya próximo retiro del torero Rodolfo Gaona para
filmar una cinta sobre la historia de su vida bajo el título de “Oro, sangre y
sol”. Para ello, contrató al propio personaje para interpretarse a sí mismo y
lo rodeó de varias estrellas de la escena y el teatro musical (una de ellas “La
Goyita” había tenido relaciones sentimentales con Gaona, para acallar los
rumores de homosexualidad que surgieron por esos años). En la película se
presentaban faenas de Gaona, y otros toreros españoles, famosos por esos
tiempos, como Belmonte o Joselito.
Otras
películas de las cuales no se tienen mayores datos fueron “El hijo de la loca” de
José S. Ortiz, cuya mayor curiosidad es que debutó como actriz Adela Sequeyro “Perlita”,
quien más adelante sería de las escasas y efímeras directoras del cine mexicano,
y cuyo galán era Ángel E. Álvarez. Este mismo actor Álvarez, actuaría y
codirigiría con Ortiz otra cinta del año “El secreto de un pecado”, cuya base
argumental era una hija ilegítima.
Finalmente,
la sexta cinta del año fue “Sacrificio por amor” de Francisco García Urbizu, nacido
en Zamora, Michoacán, donde fue presidente municipal, además de ejercer trabajos
periodísticos, historiográficos de su propia ciudad, y pictóricos. La cinta,
estrenada en noviembre de 1923 en Zamora, para luego tener otras proyecciones
en Guanajuato y la capital, trataba el asunto de la peste del cólera que azotó
a dicha ciudad, a través de la historia de un médico recién egresado quien
llega para apoyar el combate a la enfermedad. Muere la madre de su novia, y el propio
joven se contamina, es tomado por muerto y tirado a una fosa común. Gracias a
la intervención celestial, puede salvarse al médico, quien se casa con su
novia, además de erradicar la peste. Cinta ingenua y piadosa, pero que mostraba
a la provincia mexicana en todo su esplendor.
En
ese 1923, nacieron personalidades que tendrían mucho que ver con el cine
nacional: los guionistas Ricardo Garibay y Antonio Orellana, los directores
Alberto Isaac y Servando González (deleznable creador de mamotretos inútiles y
ya decadentes), el productor Jesús Sotomayor Martínez (a quien le debemos
cintas ya antológicas y singulares), los actores Carlos Cores, Gustavo Rojo,
Alberto González Rubio o Alberto de Mendoza, la cómica Susana Cabrera, entre
otras, que ya tendremos el privilegio de que Genaro Saúl Reyes nos comparta datos, títulos y detalles en su momento.
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