lunes, 24 de febrero de 2020

50 AÑOS DE SU ESTRENO


EL NIÑO SALVAJE
(L’enfant sauvage)

1970. Dir. François Truffaut.

         En 1964, el maestro Truffaut (1932 – 1984) leyó la reseña de un libro de Lucien Malson (Les Enfants sauvages: Mythe et réalité), acerca de los niños salvajes que habían sido encontrados a lo largo de la historia, donde destacaba el caso de Víctor de l’Aveyron, quien había sido encontrado en 1798 en los bosques de ese departamento al sur de Francia, llevado a París e internado en el Instituto para Sordos y Mudos que dirigía Jean Itard. El niño tendría alrededor de doce años, se movía utilizando sus cuatro extremidades, estaba desnudo, con una cicatriz en el cuello que daba a crear la hipótesis de que sus padres decidieron matarlo y abandonarlo en el bosque, tal vez por ser ilegítimo. El caso despertó el interés de Itard quien solicitó permiso para llevarlo a su casa y aprovechar la ayuda de una ama de llaves para el tratamiento del niño: investigar hasta dónde sería posible reintegrarlo a la sociedad. Itard no pensaba que fuera retrasado mental ni que tuviera otra enfermedad que limitara su entendimiento por lo que deseaba evitar que se le internara en un manicomio. En el mismo libro que llamó la atención de Truffaut venía como anexo el reporte del propio Itard sobre los avances de sus esfuerzos realizados en 1801 y 1806.

El libro que inspiró a Truffaut
a tratar el tema
Jean Pierre Cargol

         Inmediatamente contactó al guionista Jean Gruault (1924 - 2015), quien había sido su colaborador en Jules y Jim (1962) y cuyos trabajos anteriores eran Vanina Vanini (Rossellini, 1961), La religiosa (Rivette, 1966) o El ascenso al poder de Luis XIV (Rossellini, 1966), entre otros, que mostraban una gran capacidad para investigar y reunir muchos datos históricos y darles forma cinematográfica (Gruault trabajaría todavía en otras tres cintas con Truffaut), para obtener un guión. Ahí comenzó una serie de versiones que el director revisaba y devolvía hasta que, finalmente, pudieron acordar la que vendría a ser la definitiva en 1969. Truffaut tomó en cuenta aspectos y situaciones derivadas de otros casos ocurridos en el siglo XIV y el siglo XVII, así como ciertos rasgos descritos en Gaspar Hauser, de Jakob Wassermann. Esto es lo que daría lugar a que la crítica considerara a una buena película como eso: una ficción que no era precisa ni exacta acerca de los hechos que sucedieron realmente.


         Cuando llegó el momento de encontrar el reparto adecuado, Truffaut entrevistó a 250 niños para seleccionar finalmente a Jean Pierre Cargol, un niño de ascendencia gitana, ojos expresivos y piel morena, quien era sobrino del guitarrista español Ricardo Baliardo, conocido como Manitas de plata (1921 – 2014), descubierto por su asistente Suzanne Schiffman (1929 - 2001) en Montpellier, contra la idea inicial de que fuera un jovencito bailarín, con técnicas de danza que le dieran ritmo y facilidad de movimiento a su cuerpo. Cargol resultó ser un excelente y expresivo discípulo porque Truffaut decidió interpretar él mismo a Jean Itard. Pensó que si tenía a un intermediario en el rol, haría más difícil la dirección del niño Cargol. De esta manera sus instrucciones serían inmediatas, acordes con sus deseos. Para la filmación, Schiffman era quien se encargaba de indicar el inicio y final de las tomas. Por otro lado, esta película marcó el inicio de la colaboración del fotógrafo Néstor Almendros (1930 – 1992) con Truffaut, con quien volvería a trabajar en otras ocho ocasiones, incluyendo la última cinta en la filmografía de Truffaut (¡Viva el domingo!, 1983) que también, como en este caso, fue realizada en extraordinario y contrastante blanco y negro. La música que utiliza son conciertos de Vivaldi para mandolina y para flauta que dan otra atmósfera a la cinta.


         Truffaut pensó en esta película como otra variante y complemento de uno de sus temas principales: la niñez o adolescencia con sus faltantes o limitantes. Después del estreno de esta cinta, expresó Todo lo que le ocurre a un niño entre los tres y los catorce años puede ayudarlo a salir adelante en la vida o puede hundirlo. Las heridas sufridas a esa edad son incurables. La gente recuerda con ternura su infancia, pero, a menudo, ésta no es sino una pesadilla que uno desea que se esfume lo más rápidamente posible. Pesadilla de falta de cariño, pesadilla de soledad. La cinta la vio como otra lectura de lo que narró, autobiográficamente, en Los 400 golpes (1959), que mostraba la falta de amor, la indiferencia de sus padres y maestros, por lo que fue otro motivo de que interpretara al personaje de Itard como guía amoroso (que en su vida personal fue su mentor André Bazin) y dedicara esta película a Jean Pierre Léaud, su alter ego en el personaje de Antoine Doinel. Por otro lado, comentaba que en Fahrenheit 451 (1966) se narraba la historia de un hombre sin la cercanía ni el afecto de los libros, del mundo que ofrece amor a través de la cultura. En este caso, se cerraba el ciclo con un niño que ha crecido sin el lenguaje, sin la cercanía del otro, sin amor, sin idea del mundo.

El niño sin lenguaje

         La película es corta pues dura poco menos de hora y media. Su estilo seco en blanco y negro, utilizando el inicio o cierre de iris en algunas secuencias, como otro recuerdo del cine mudo que carecía del habla. Se muestra el tratamiento que imparte Itard para que Víctor (bautizado así porque le llamaba la atención el sonido de la “o”) pueda ir caminando verticalmente, aprenda a comer con cubiertos, reciba estímulos cuando hace las cosas bien y reciba castigo al comportarse mal. Una escapatoria de casa de Itard quien piensa que no volverá a verlo, termina con su retorno, o sea el aprecio de lo que ya no es la vida salvaje, la vida anterior. Itard se preocupa porque conozca el concepto de injusticia y lo castiga aunque hace las cosas bien. Víctor se rebela, ante lo que Itard queda satisfecho: ha aprendido el concepto moral, la diferencia entre un comportamiento correcto y otro equivocado.


         La cinta fue estrenada el 26 de febrero de 1970 en París, o sea que se conmemorará el medio siglo de su estreno en pocos días. A México llegó al año siguiente programada dentro de la Primera Muestra Internacional de Cine organizada por la Cineteca Nacional echeverrista, remanso anual de grandes títulos que podíamos conocer gracias al evento, y que aquí pudimos gozar en el tan añorado y mencionado Cine Elizondo que permitía la reunión de cinéfilos, intelectuales o público interesado en el hecho cultural. Por otro lado, el maestro Truffaut, un cineasta cinéfilo, verdadero amante de su oficio, representante consciente de emociones y sentimientos, preocupado por el sentido moral sin caer en moralinas ni panfletos, nació en febrero (1932). Es un buen momento antes de que finalice febrero de 2020 para que le recordemos a través de una de sus obras maestras, ahora cincuentenaria. Búsquela.

Disco con la música de la película
El niño sin amor (Los 400 golpes)
El hombre -o niño- sin cultura
(Fahrenheit 451)
Cartel original de periódico
que anunciaba la Primera Muestra
Internacional de Cine en Monterrey
(25 de noviembre - 15 de diciembre de 1971)
Estreno en Monterrey: único día
Cine Elizondo
Viernes 26 de noviembre de 1971




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