martes, 14 de marzo de 2017

FANTASÍA, AMOR, VIDA Y MUERTE


UNA AVENTURA EN LA NOCHE

1947. Dir. Rolando Aguilar.





SINOPSIS

         Fernando Novoa (Jorge Reyes) es escritor y guionista de cine. Le llaman de la policía para que se presente en el departamento de su amigo, el director Arturo Centella (Luis Aguilar) y al llegar le piden que identifique su cuerpo, ya que se ha suicidado. Ha dejado una carta y el agente del ministerio público (Arturo Soto Rangel) le pide que le cuente la historia. Un mes atrás se habían colado en una sesión espiritista buscando algún argumento para filmar pero debido a su presencia provocan que todo salga mal y son víctimas de la ira del profesor William Castle (Manuel R. Ojeda) quien les profetiza que no pasará mucho tiempo sin que sientan el peso de su voluntad.


Fernando lee la carta ante el agente
del ministerio público

Un enfrentamiento entre el espiritista
Castle y el director Arturo



Cierta noche, volviendo de Toluca donde se filmaba una película, se detienen en la carretera para recoger a dos  jóvenes hermanas: Elena (Miroslava) y Amparo (Susana Cora) que habían sido abandonadas por un tipo que quiso abusar de ellas. Las llevan a su casa donde pasan momentos agradables. Al día siguiente van ambos a buscarlas pero una vecina les informa que las muchachas han muerto dos meses atrás en un accidente automovilístico, precisamente en la carretera donde les habían recogido. Arturo busca y encuentra la casa del padre de las muchachas, el científico don Adolfo (Carlos Villarías), quien les comenta que luego del accidente las había sometido a un tratamiento donde Amparo ya estaba restablecida pero no así Elena, y habían partido a un largo viaje. Cuando el hombre les deja solos, Arturo lo sigue y se da cuenta que hay un laboratorio donde están dos ataúdes y el equipo usual de matraces y mecheros. Poco después, reaparecen las jóvenes.


Las muchachas de la carretera

Fernando y Amparo bailan

Los vecinos informan que las
muchachas han muerto



 Arturo, obsesionado, lleva a Elena para que haga una prueba cinematográfica a lo que ella accede. Luego de esto, ella le pide que la lleve al lugar donde la había recogido para desaparecer inexplicablemente. Cuando se exhibe la prueba a los productores, solamente se escucha la voz de Elena, pero no aparece su imagen. Arturo recibe triste a Fernando quien le comenta que está triste, agotado, hastiado de la vida, y que Elena lo domina. Hasta aquí narra Fernando lo acontecido. En ese momento aparece Amparo quien le dice que se había enterado del acontecimiento.


El macabro laboratorio
con los ataúdes detrás



Como corolario de la trama, suceden dos cosas: Fernando entra a la recámara de Arturo y encuentra un broche que Elena usaba en su cabello. El médico legista confirma que Arturo murió de un derrame sanguíneo y no fue un suicidio. Al ir el agente del ministerio público con Fernando y Amparo a buscar al espiritista Castle, descubren que murió a la misma hora que Arturo y por la misma causa. Amparo desaparece. En un epílogo, entre imágenes de nubes, Arturo y Elena confirman su amor. En otras imágenes de lava y fuego, se condena al alma de Castle.

Amparo desaparece en la noche




LA PELÍCULA

         Estamos ante uno de los casos raros del cine mexicano donde se entra a la fantasía con algún aderezo de ciencia ficción y pocos elementos de horror. Tenemos a dos mujeres rodeadas por el misterio. Solas, en la noche, por el kilómetro 13 de la carretera Toluca-México, llaman la atención de esta pareja de personajes masculinos dedicados al cine: un director y un guionista. Más tarde, cuando Arturo besa a la bella Elena, le comenta que tiene sus labios fríos. Fernando sale a conseguir licor con Amparo y de vuelta, baila con ella. Al día siguiente, cuando se enteran que aparentemente están muertas, allanan la casa, descubren las copas, las botellas, el disco que habían tocado, pero todo cubierto de polvo (al estilo de El fantasma del convento (De Fuentes, 1934). Cuando van al comercio donde Fernando había ido con Amparo, el tendero le pregunta por la muchacha que lo acompañaba la noche anterior. Así tenemos a dos fantasmas corporizados. Hay otro momento donde Adolfito (Carlos Riquelme), hermano de las muchachas, les hace una demostración de un aparato donde puede incendiar objetos a distancia: establece que la línea entre realidad y fantasía es casi invisible...


Ante los labios fríos de Elena



         Cuando el padre de las muchachas les comenta que luego del accidente las sometió a un tratamiento para su recuperación, da a entender que en realidad no murieron. Más tarde, cuando Arturo espía el laboratorio de este hombre, se notan dos ataúdes al fondo. Sin embargo, en pocos momentos, aparecen ambas jóvenes: Amparo muy vital, pero Elena debilitada. Arturo se ha enamorado perdidamente. De ahí que haga planes con ella y busque la manera de convertirla en estrella, compartir su vida, tener algo en común. Elena accede a la prueba fílmica siempre con reservas. Luego de la misma, Elena le pide a Arturo que la lleve a la carretera donde la había recogido y le expresa que se amarán pero de otra manera. En ese momento, según cuenta a Fernando, la mujer desapareció extrañamente.


Un departamento moderno
frente a la gran ciudad



         Hay un momento en la película cuando Elena aparece en el departamento de Arturo quien le comenta que había dejado la puerta con llave, algo que verifica, pero que la mujer no explica. Luego vienen esas secuencias donde se exhiben las pruebas de Elena: donde ella estaba sola, hay un espacio vacío; donde dialogaba con un actor, se escucha su voz. El efecto que fue un chasco en Narda o el verano (Juan Guerrero, 1968) aquí fue resuelto con solvencia e imaginación. Elena era una presencia ausente. Algo que nunca se toma como importante, sino que se da por hecho. Lo espléndido de la cinta es que no se torna en defecto ni produce extrañeza.


Seré tuya, de otra manera...



         El mundo de los muertos entre los vivos. El antecedente de la sesión espiritista y la amenaza del profesor que dirige el lugar ocurre poco antes de que encuentren a las mujeres y comiencen las dudas y la mezcla de elementos que se complementan, se contradicen, se oponen. Si todos las vemos, no se comprenden ciertos hechos, pero es la atmósfera generada lo que resta importancia a lo que se volvería una situación incómoda para el espectador. Y todo se cierra perfectamente al final con una frase dicha por Arturo, que hay que centrarse en lo palpable, lo inmediato, ya que los sueños se acaban y la realidad también… O sea la vida misma.


La prueba fílmica de Elena

La proyección de la prueba sin Elena



         El amor loco. Arturo se enamora tanto de Elena que la única manera de consumar su amor será en ultratumba: seré tuya, que duda cabe, pero no como tú quieres… Y de ahí que los momentos finales sucedan en un supuesto cielo donde reinará la felicidad. Su carta final comienza con la frase: Hoy ha vuelto Elena, voy a alcanzarla...





         Producciones Raúl de Anda fue la compañía que tenía a Luis Aguilar como exclusivo y quien en esta película dejaba los roles de campo o históricos para interpretar a un personaje moderno, cuyo departamento ofrece una magnífica vista de la ciudad, aparte de ser director de cine. La bella Miroslava apenas filmaba su cuarta película. Aparecen dos glorias del cine nacional: Carlos Villarías, español, cuya carrera había sido importante en el cine hispano de Hollywood (interpretó el rol de Drácula en la versión en castellano de la cinta de Tod Browning, 1931), para luego pasar al incipiente cine nacional; Manuel R. Ojeda, director del cine silente mexicano, quien luego filmaría en el sonoro con poca fortuna, aparte de actuar en algunas películas. Susana Cora filmó poco en un período que abarca diez años, para luego retornar en papeles pequeños antes del retiro definitivo (su hija Susana Hill Cora, tendría una carrera efímera a finales de los años sesenta e inicios de la siguiente, luego de ser uno de los rostros del periódico El Heraldo, 1969). El argentino Jorge “Che” Reyes tendría una larga carrera a lo largo de tres décadas en cine y luego, la televisión.


Manuel R. Ojeda como el espiritista Castle

Carlos Villarías como don Adolfo

Carlos Riquelme como Adolfito,
el hermano de las muchachas



         Lo más curioso de esta película es que su argumento fue escrito por el loco genial Chano Urueta. El realizador Rolando Aguilar filmó varias joyas cuyo interés reside en presencias especiales: Noches de gloria (1937) con la popular pero muy fea Esperanza Iris o Club verde (1944), única aparición en el cine mexicano de la tiple Celia Montalván, entre otros títulos interesantes. Una aventura en la noche está muy bien narrada y es otra de las cintas insólitas del cine nacional. En este año se cumplirá el septuagésimo aniversario de su filmación.

Nota- La película se encuentra, aunque en una copia que deja mucho que desear, en You Tube. El DVD puede conseguirse en Estados Unidos.



























    

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